El llanto de un pequeño es un sonido desgarrador para su madre. Se trata de un mecanismo adaptativo que asegura que los cuidadores principales atiendan prontamente al infante cuando reclama su atención. Sin embargo, cuando ya se ha intentado de todo y los llantos no cesan, es normal que aparezcan la frustración, la desesperación y el desánimo. Por ello, queremos ofrecerte algunos consejos para mantener la calma cuando el bebé llora.
Todos sabemos que tener un bebé en casa implica convivir con los llantos más o menos a menudo. Somos conscientes de que este es el único mecanismo que el infante posee para comunicarse y estamos abiertos a lidiar y a responder ante él. No obstante, algunos niños tienen un temperamento más complicado o atraviesan etapas en las que su intranquilidad impide el correcto descanso de sus padres, por lo que comienza a afectar su salud. ¿Cómo actuar en estos casos? Te lo contamos.
La importancia de mantener la calma cuando el bebé llora
Sabemos que no es fácil mantener la calma cuando el bebé llora, pero es fundamental que, como madre, hagas un esfuerzo extra para tranquilizarte en estas situaciones. Y es que tu propio estado emocional tiene una enorme influencia sobre tu bebé. Recuerda que los niños aún no son capaces de regularse a sí mismos. Así, cuando sienten dolor, incomodidad, miedo, hambre o cualquier otra sensación negativa, necesitan de sus figuras de apego para obtener sostén y confort y recuperar el bienestar.
Conoce qué hacer para mantener la calma cuando el bebé llora
Recuerda que tú eres el pilar y la figura de referencia de tu bebé. Por eso, debes estar estable para proporcionarle los cuidados y el ambiente relajado que necesita. Esto es mucho más sencillo decirlo que hacerlo, pero existen algunas claves que pueden ayudarte.
Recuerda que siempre existe un motivo
Cuando nada parece funcionar para calmar a tu bebé, puedes llegar a pensar que te manipula emocionalmente o que solo quiere atención, pero nada más lejos de la realidad. Los bebés no tienen la complejidad cognitiva para hacerlo, por lo que sus actos siempre están motivados por una necesidad real. Así, tal vez tenga sueño, hambre o frío; quizás está cansado y no puede dormir o se siente enfermo. Tener presente que existe un motivo para su llanto te ayudará a mantener la calma y a ser más compasiva.
Eres una buena madre
Este es otro de los mensajes ineludibles que siempre debes tener presente. Eres una buena madre, aunque tu bebé no deje de llorar. Es posible que, tras varios intentos de consolarlo, comiences a frustrarte, a sentirte torpe y culpable, pero esto solo aumentará tu ansiedad. No te juzgues ni seas dura contigo misma. Ten en cuenta que todas las madres atraviesan esta situación en múltiples momentos y eso no habla de su capacidad para cumplir su rol. Simplemente, los bebés lloran y no siempre es sencillo calmarlos.
Tu presencia y tu contacto son muy valiosos
¿No sabes qué hacer para tranquilizar a tu hijo? Simplemente, mantente presente, está a su lado lo más cerquita que puedas. Aunque no lo creas, tu presencia tiene un poderoso efecto reconfortante para el bebé, ya que tú eres su lugar seguro. Aun cuando continúe su llanto, has de saber que al estar a su lado le ayudas a sentirse amado y seguro, lo cual es realmente valioso. Así, si quieres incrementar estas emociones positivas, puedes realizar el contacto piel con piel. Para ello, debes colocar al niño solo con el pañal sobre tu pecho desnudo.
Aprende a relajarte
Si no logras calmar a tu bebé, puedes comenzar por tratar de regular tu propia ansiedad. Como hemos dicho, esto repercutirá directamente en el ánimo del niño. Así, puedes colocar música relajante o luz tenue para adecuar el ambiente. Incluso, puedes practicar alguna técnica de respiración. Aprender a regular tus emociones es fundamental para poder ayudar a tu hijo a lidiar con las suyas.
Conoce tus límites y respétalos
Por último, es muy normal que en algún momento la desesperación se apodere de ti y sientas que no puedes más. No te sientas culpable, esto es natural. No obstante, aprende a identificar los momentos en los que llegas a tu límite y pide ayuda. Quizá tu pareja, un familiar o una amiga cercana puede hacerte el relevo con el bebé durante unos momentos. Esto os ayudará a los dos a despejaros. No temas delegar, no es necesario que seas perfecta.
En suma, es probable que durante los primeros años de maternidad te enfrentes en varias ocasiones a situaciones de este tipo. Por ello, es necesario que te armes de paciencia, de comprensión y de compasión hacia ti misma. Recuerda que eres la mejor madre para tu hijo. En ocasiones, los bebés necesitan llorar para descargar energía. Si has comprobado que se encuentra bien, simplemente permanece a su lado y transmítele amor y sosiego. Esto es mucho más valioso de lo que piensas.
Bibliografía
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