Los mariscos cuenta con una elevada densidad nutricional. Por este motivo, suponen un grupo de alimentos adecuados para incluir en muchas dietas. Ahora bien, existe una serie de limitaciones respecto de su ingesta. A los bebés, por ejemplo, no se les puede ofrecer. Te vamos a contar a partir de qué edad es adecuado que los niños los consuman.
Antes de nada, es preciso destacar que la inclusión a destiempo de los alimentos en la dieta de los bebés puede incrementar el riesgo de que desarrollen alergias u otros problemas de tipo autoinmune. Por eso, es clave respetar siempre los tiempos y las indicaciones del pediatra.
La inclusión del marisco en la dieta de los niños
A partir de los 6 meses se inicia la alimentación complementaria. En estos momentos se pueden comenzar a incluir en la pauta algunos alimentos procedentes del mar, como ciertos pescados. Sin embargo, para ofrecerle mariscos a los niños habrá que esperar al menos hasta los 2 años de vida. De lo contrario, podrían desarrollar alergias, lo que condicionaría la dieta de por vida.
Asimismo, hay que tener en cuenta que no todos los productos englobados dentro de este grupo pueden ser adecuados para los más pequeños. Es preferible siempre comenzar por las gambas o los langostinos cocidos o a la plancha. Además de contar con un sabor muy bien aceptado por los más pequeños, no tienen demasiadas cáscaras que puedan generar un atragantamiento. Con el tiempo se podrán incluir en la dieta otro tipo de preparaciones que incluyan cangrejo o almejas, aunque ambos comestibles requieren de una cierta destreza para ser ingeridos sin riesgos.
Beneficios de los mariscos
No queremos despedir este espacio sin comentarte algunos de los beneficios derivados del consumo de mariscos. Ahora bien, habrá que asegurarse de que están incluidos en el contexto de una dieta equilibrada y variada. Si existe un déficit de nutrientes esenciales, podría terminar por desarrollarse una patología crónica.
Mejoran la función muscular
El marisco es capaz de aportar proteínas de alto valor biológico, pero cuenta con pocas calorías. Estos elementos presentan todos los aminoácidos esenciales que el organismo no es capaz de sintetizar por sí mismo. Además, tienen una buena puntuación en cuanto a digestibilidad, por lo que el aprovechamiento será óptimo.
De acuerdo con una investigación publicada en la revista Annals of Nutrition & Metabolism, es esencial asegurar que durante las primeras etapas de la vida la ingesta proteica sea óptima. En este momento, los requerimientos se encuentran elevados debido al desarrollo y al crecimiento del organismo. Para generar tejidos es imprescindible que existan estos nutrientes en cantidades suficientes.
Previenen el desarrollo de los problemas de tiroides
Con el objetivo de asegurar el buen funcionamiento de la glándula tiroides es preciso garantizar que el aporte de minerales sea adecuado. Tanto el hierro como el yodo intervienen en los procesos fisiológicos desarrollados en dicho órgano y modulan la síntesis de hormonas tiroideas. Así lo evidencia un estudio publicado en la revista Biological Trace Element Research.
De hecho, el yodo es fundamental para evitar una situación de hipotiroidismo a medio plazo. Afortunadamente, el marisco resulta una fuente de este mineral, como muchos otros alimentos procedentes del mar. En el caso de que la patología ya se haya desarrollado, será preciso también monitorizar el aporte del nutriente.
Hasta los 2 años los niños no deben comer mariscos
Como has podido comprobar, los mariscos constituyen un grupo de alimentos con beneficios para la salud. Sin embargo, no pueden incluirse en la dieta infantil desde los 6 meses. Habrá que esperar más para evitar la aparición de alergias que puedan condicionar la pauta de por vida.
En un primer momento, es mejor idea ofrecer productos de sencilla digestión y con poco riesgo de provocar problemas autoinmunes, como las carnes magras y los pescados. A medida que el niño cumple meses, se podrá incrementar el espectro de alimentos con el objetivo de garantizar la variedad en la pauta.
Por último, a la hora de introducir mariscos en la dieta, es mejor optar por las piezas que resultan más fáciles de comer para que el menor se acostumbre. Incluso, se pueden preparar sopas con las cabezas o las cáscaras de ciertos productos como las nécoras. De este modo, se obtendrá un caldo con potente sabor y con elevada densidad nutricional.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Richter, M., Baerlocher, K., Bauer, J. M., Elmadfa, I., Heseker, H., Leschik-Bonnet, E., Stangl, G., Volkert, D., Stehle, P., & on behalf of the German Nutrition Society (DGE) (2019). Revised Reference Values for the Intake of Protein. Annals of nutrition & metabolism, 74(3), 242–250. https://doi.org/10.1159/000499374
- Luo, J., Hendryx, M., Dinh, P., & He, K. (2017). Association of Iodine and Iron with Thyroid Function. Biological trace element research, 179(1), 38–44. https://doi.org/10.1007/s12011-017-0954-x