La gestación está marcada por cambios físicos en el cuerpo de la madre, que ocurren como mecanismo de adaptación para albergar una nueva vida. Algunos de ellos, producen síntomas totalmente insospechados a lo largo del embarazo. ¿Quieres conocerlos?
1. Rinitis del embarazo
También conocida como resfrío de la embarazada, es un cuadro de congestión nasal prolongada que inicia en el primer trimestre y resuelve luego del parto.
Ocurre por acción vasodilatadora de los estrógenos sobre la mucosa nasal, que estimulan a las glándulas a producir más moco de lo habitual. Como consecuencia, la embarazada puede experimentar una sensación constante de obstrucción en la nariz y molestias al respirar.
2. Sangrados nasales y de encías
Al igual que con la rinitis, la acción de los estrógenos sobre los vasos sanguíneos aumenta la llegada de sangre a la mucosa nasal y oral. Esto predispone a que ocurran sangrados ante traumatismos mínimos.
En el caso de la nariz, este sangrado se llama epistaxis y si bien puede ser molesto, es leve y cede rápidamente. Lo importante es saber que esta hemorragia no genera mayores riesgos para la salud de la mamá y su bebé.
Por otro lado, las encías se inflaman desde etapas tempranas del embarazo y son particularmente sensibles a traumatismos menores, como los del cepillado dental. Esto se conoce como gingivitis del embarazo.
3. Hábito de pica
La pica es un anhelo por ingerir sustancias atípicas, como arcilla, concreto, almidón, pasta de dientes o hielo. En algunos casos, puede ser un indicio de anemia ferropénica, pero no es su única causa.
Si bien es un síntoma común fuera del embarazo, puede aparecer durante la gestación y desaparecer luego del nacimiento.
Uno de los riesgos más importantes de este hábito es la posible intoxicación con metales pesados, como el plomo. Esta sustancia se encuentran presente en algunas pinturas de las paredes de concreto.
4. Estreñimiento
Los movimientos intestinales se enlentecen durante la gestación, principalmente en los dos primeros trimestres.
Los estrógenos relajan los músculos de la pared intestinal y aumentan el tiempo de permanencia del alimento, con el objetivo natural de favorecer la absorción de micronutrientes. Así mismo, provoca una reducción en el ritmo evacuatorio y esto favorece que se acumulen heces duras y secas.
5. Eructos y gases
El estómago también retrasa su tiempo de vaciado y tiende a distenderse con mayor facilidad. Además, sus compuertas (llamados esfínteres) también se relajan y estos dos factores combinados favorecen al ascenso del contenido estomacal hacia la boca.
En la medida que el útero crece, la presión que se ejerce sobre los órganos abdominales empeora aún más este fenómeno.
Como consecuencia del enlentecimiento intestinal, se produce una gran cantidad de gases por la fermentación del alimento, los cuales buscan salir a través de la boca (eructos) o el ano (gases).
6. Mayor salivación
El tialismo es un síntoma extraño del embarazo y se debe al aumento excesivo en la salivación, que puede alcanzar hasta los 2 litros por día.
Si bien no se ha constado un aumento franco en la producción, se cree este fenómeno está relacionado a las dificultades para tragar que experimentan las embarazadas con las nauseas.
Para mejorar el malestar, se recomienda limitar la ingesta de alimentos que contengan almidón y altos niveles de azúcar.
7. Trastornos visuales
Los cambios oculares del embarazo suelen ser transitorios, ya que por efecto de las hormonas gravídicas se engrosa la capa más externa del ojo: la córnea.
Esta modificación ocular genera dificultades para ver con nitidez (o agudeza visual) o para enfocar sobre los objetos, como ocurre en la hipermetropía.
No obstante, la pérdida repentina de la visión, la aparición de destellos o la limitación en la amplitud del campo visual debe hacer sospechar una patología neurológica y requiere una evaluación médica de manera urgente.
8. Oscurecimiento de la piel
Durante el embarazo, las áreas de la piel normalmente pigmentadas, como la aréola o la vulva, se oscurecen aún más.
Este fenómeno ocurre también en otras áreas del cuerpo habitualmente claras, como el mentón o las mejillas. Este es el famoso cloasma o melasma de la embarazada y su causa aún es incierta. Se cree que la progesterona es la responsable, ya que con el descenso de sus niveles en el posparto el síntoma resuelve.
9. Várices vaginales
Las várices venosas en las piernas ocurren a causa de múltiples factores, como la edad y la genética. Pero durante el embarazo, pueden aparecer como consecuencia de la compresión de las grandes venas abdominales por el útero en crecimiento.
De la misma manera, algunas embarazadas sufren de várices vaginales, las cuales pueden coincidir o no con aquellas en las piernas. Además de causar molestias estéticas, provocan inflamación en la zona genital, picazón o dolor. Y cuando son de gran tamaño, tienen riesgo de romperse y causar hemorragias.
Para evitarlas o tratarlas, se recomienda el uso de pantimedias compresivas hasta las rodillas.
10. Insomnio
“El embarazo causa un aumento en los trastornos del sueño y cambios relevantes del perfil y el patrón del sueño que persisten durante el período posparto”.
-Kathryn Lee-
La Academia Americana de Medicina del Sueño ha descripto una alteración del sueño específica, que inicia en la gestación y puede persistir en el posparto.
Se caracteriza por la presencia de insomnio o somnolencia excesiva y puede asociarse a distintas complicaciones del embarazo, como hipertensión materna o retraso de crecimiento intrauterino fetal (Louis, 2010).
Las causas del insomnio del embarazo son los cambios hormonales y de las molestias físicas, como el crecimiento del abdomen.
Aunque se trate de un síntoma frecuente, es importante consultarlo con el obstetra para descartar condiciones de salud más severas, como las apneas del sueño.
El cuerpo de la madre se prepara para la llegada del bebé
Aunque muchos de estos síntomas son conocidos, seguro que con algunos te habrás sorprendido. En cualquiera de los dos casos el motivo de ser es el mismo: tu cuerpo comienza a prepararte para la maternidad.
Durante 9 meses, nuestro perfecto organismo se adapta a las necesidades de una nueva vida y esto nos enseña día a día lo que implica cuidar de un hijo. Por eso, intenta recordar que todo cambio tiene un significado noble y que no es más que la adaptación natural para vivir una nueva e inmejorable aventura.
Bibliografía
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