Desde hace varios años han proliferado los círculos de mujeres. Ya sea por la necesidad de buscar una tribu que ayude a criar a los niños o para darle voz a los sentimientos, anhelos, inquietudes y dudas que muchas veces tenemos y no encontramos un lugar seguro para compartir.
La importancia de este tipo de encuentros ha quedado más que clara. Gracias a ellos, cada vez son más las mujeres que encuentran un espacio en el que pueden ser ellas mismas y dedicarse unos minutos de atención, sin distracciones y sin la necesidad de demostrar nada.
El origen de los círculos de mujeres
En realidad, es una tradición atávica que encuentra su origen desde que la humanidad existe, cuando las personas se reunían en círculo alrededor del fuego para compartir todo lo que les inquietaba. No había una jerarquía, puesto que todos estaban al mismo nivel mirándose a los ojos hablando de sus vivencias más personales.
Aquí se creaba un espacio de conexión en el que se afianzaban lazos y la comunidad se relacionaba de igual a igual. Con e tiempo y la instauración del modelo patriarcal, estas prácticas se fueron perdiendo.
Los círculos de mujeres en la actualidad
Una de las precursoras de estos espacios ha sido la psiquiatra Jean Shinoda Bolen, que afirma los siguiente:
“El círculo es una forma arquetípica que resulta familiar a la psique de la mayoría de las mujeres, pues es personal e igualitario; y cuando las mujeres lo trasladan al lugar de trabajo o a la comunidad -a menudo con ciertas modificaciones, a fin de que los hombres lo acepten y no se sientan intimidados por él- las tareas que requieren colaboración experimentan una mejora, y surge un acercamiento emocional y una relación mucho menos jerarquizada entre las personas que trabajan juntas”.
Después de escribir varios libros dedicados a las mujeres, creó el concepto del “círculo millonésimo” con el fin de ofrecer una guía práctica para la celebración de estos espacios. Todo ello con el fin de avanzar hacia una humanidad más consciente y equilibrada.
Paralelamente dio vida a Gather The Women, una comunidad virtual con mujeres de 52 países que se reúnen buscando el empoderamiento personal con la finalidad de conseguir la transformación social que el mundo necesita.
“El poder latente de las mujeres unidas es el recurso aún no explotado que la humanidad y el planeta necesitan.”
-Jean Shinoda Bolen-
¿Cómo son los encuentros en este tipo de círculos?
Puede haber muchas formas de reunirse, incluso de manera virtual, como has podido comprobar, algo muy habitual en los tiempos que estamos viviendo y con la ventaja de que puedes conocer a mujeres de todo el mundo.
El lugar de reunión puede variar y puede ser una casa particular, un bosque, una playa o algún espacio concreto. Así pues, se suele establecer un coste simbólico que cubre unos gastos mínimos. Aunque también hay círculos de mujeres con fines terapéuticos en los que la duración y el tratamiento hace que tenga un coste mayor.
Si te preguntas acerca de los temas que se tratan en estos círculos, te diremos que son muy diversos. Pueden establecer un tema previamente o tratar siempre algo en concreto. Por ejemplo, los hay en torno a la meditación, la creación de mandalas, el cuidado de un jardín… A aquellos que hablan sobre maternidad, sexualidad, nutrición, el duelo…
Cabe mencionar que estos son espacios que se consideran sagrados y es muy habitual que se hagan pequeños altares en el centro con amuletos, piedras, incienso y objetos arquetípicos.
También es muy habitual realizar una pequeña meditación al inicio del encuentro para poner la intención en el momento presente, en el respeto y en el enriquecimiento mutuo.
Las 13 pautas para crear un círculo de mujeres
En el el millonésimo círculo se dan una serie de puntos que son de gran ayuda a la hora de dinamizarlo.
- Propón turnos de habla.
- Cuando surja una duda o lo necesites, pide ayuda.
- Habla y escucha desde el corazón.
- Abre y cierra el círculo escuchando la voz de cada participante.
- Considéralo un espacio sagrado.
- Ofrece experiencia en lugar de consejo.
- Escucha con atención, sin juzgar.
- Habla desde tu propia experiencia y creencias, en vez de hablar desde la de las demás.
- Decide con las demás mujeres cómo se llevarán a cabo las decisiones.
- Acoge la diversidad de puntos de vista.
- Comparte el liderazgo y los recursos.
- Decide con las demás mujeres qué se va a mantener como confidencial.
- Trabaja a favor del consenso cuando se necesite.
De un círculo de mujeres surgen amistades, colaboraciones, sanación y, a fin de cuentas, una nueva propuesta de hermandad tan necesaria en nuestros días.
Sin duda, es una de las herramientas imprescindibles para las mujeres de las sociedades actuales, donde el individualismo nos ha hecho necesitar más que nunca la comprensión, el apoyo y el consejo de la tribu.