Cómo educar sin refuerzos ni castigos según Montessori

Educar sin refuerzos ni castigos es posible según la metodología Montessori. Esto aportará muchos beneficios en la educación de tus hijos.

Niño castigado mirando a la pared.

Seguro que, como madre, te has parado a pensar en qué será lo correcto para educar a tu hijo. ¿Refuerzos y castigos serán positivos o, quizá, sean contraproducentes? Vamos a ver qué dice el método Montessori sobre educar sin refuerzos ni castigos.

Puede que alguna vez te hayas hecho estas preguntas sobre la educación de tus hijos: “Si cuando mi hijo hace algo mal lo castigo, ¿estaré haciéndole más inseguro?”. Pero también piensas: “Si hace las cosas bien y lo refuerzo, quizás repita el buen comportamiento o acción positiva sólo para recibir la recompensa”. Según Montessori podemos educar sin refuerzos ni castigos. Sigue leyendo, quizás te sirva de ayuda.

Claves para educar con la metodología Montessori, sin refuerzos ni castigos

Organiza el entorno de tu hogar

Es muy importante en la educación Montessori preparar el hogar para que el niño pueda aprender de manera independiente a través de experiencias reales.

Es importante establecerlo desde la primera edad, en la que el niño toma contacto con el entorno que le rodea. En edades más avanzadas necesitará material para aprender letras y números. Todo esto es esencial para desarrollar su curiosidad innata.Madre abrazando a su hija porque una educación sin refuerzos ni castigos es posible.

Permítele la autonomía que necesita

Acompaña a tu hijo en sus aprendizajes. Dale el margen que necesita para que desarrolle su propia autonomía, cometa sus errores y aprenda de ellos. Los errores serán necesarios para que pueda desenvolverse con soltura en el mundo real, tanto en su niñez como en su vida adulta.

Sin refuerzos ni castigos, consecuencias Sí

Cuando ya tengamos establecidas las bases para educar a los niños bajo la metodología Montessori, podemos pasar a hablar de refuerzos y castigos.

Este método, basado en la crianza respetuosa, opina que no debemos mencionar la palabra ‘premio’ o ‘castigo’ en ninguna circunstancia. Hay que hablar de consecuencias, según las acciones de los niños. Por ejemplo, si tu hijo después de jugar no quiere recoger los juguetes.

  • Castigo: “No has recogido los juguetes cuando debías hacerlo y por esa razón no podrás ver la televisión y te irás más pronto a la cama”.
  • Refuerzo: “Como has recogido todo cuando has jugado, te dejo que veas un ratito la televisión antes de irte a la cama”.
  • Consecuencia: “Si recoges los juguetes una vez termines de jugar, te quedará tiempo para ver un ratito la tele. Si lo sacas todo y no recoges, al final, tardarás más y no tendrás tiempo de ver la tele, y se hará la hora de irse a dormir”.

El ejemplo deja claro que, al final, tenemos el mismo resultado. Si el niño hace lo que tiene que hacer, podrá ver la tele antes de dormir, pero si no lo hace, no podrá verla porque no le dará tiempo. Aquí lo que cambia es la forma en la que se lo decimos. De esta manera, no lo ve como una imposición, sino como algo que hay que hacer para que le dé tiempo a para poder ver la televisión o jugar con sus ‘papis’.

Ventajas de educar sin refuerzos ni castigos

Incrementa su automotivación

Es el niño el que decide realizar las cosas por sí mismo y no porque nadie se lo haya dicho muchas veces. De esta forma, su autodisciplina, responsabilidad y automotivación se ven favorecidas.

Aumento de su satisfacción

Cuando se da cuenta de que hace cosas rutinarias sin que haya ningún castigo o refuerzo por medio, se sentirá muy orgulloso y satisfecho.Padre e hijo jugando a los coches juntos.

Las capacidades individuales del niño se estimulan

Educar mediante consecuencias es de gran ayuda para estimular sus capacidades, y le estamos dando la oportunidad de ser todo lo autónomos que puedan.

Aumenta su autoestima

Está demostrado que la educación mediante consecuencias es de gran ayuda para que los niños ganen en autoestima y confianza en sí mismos.

Refuerzo de la cooperación

Ellos se sienten colaborativos a la hora de realizar las tareas que pueden hacer a su edad, y esto va a reforzar la comunicación con la familia, el afecto y la cooperación.

Como ves, educar bajo la metodología Montessori es educar a un niño feliz, confiado, con una gran autoestima y con un sentimiento de que puede ayudar a sus papás él solito. Sin refuerzos ni castigos, pero sí consecuencias, se puede educar, como ya has visto, en este artículo. ¿Tienes claro qué camino vas a escoger?

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