Cómo reclamar una calificación injusta en una asignatura

Si crees que la calificación que trae tu hijo del colegio es injusta y no se corresponde con su desempeño, debes saber que pueden reclamar una revisión. Te explicamos cómo.

Madre e hijo en una tutoría con su profesor para reclamar una calificación.

Todo estudiante que recibe una calificación que le parece injusta, puede pedir una revisión al profesor para reconsiderarla o reclamar ante la instancia superior de la institución educativa. Como padres también tenemos este derecho y debemos hacerlo valer si no estamos conformes.

Para esto hay que seguir unos pasos donde coinciden todos los involucrados. El proceso además puede tener algunas variantes de acuerdo al país donde ocurra. A continuación, te explicamos qué se debe hacer.

La evaluación sometida a examen

Revisar el proceso de evaluación es válido no solo en un caso de suspenso, sino en cualquier etapa y ante cualquier instrumento que haya utilizado el profesor para hacer seguimiento del rendimiento académico: test, exámenes, talleres, trabajos de investigación, entre otros.

Valga destacar que es deber del profesor comunicar por escrito, desde el inicio del curso, los criterios que seguirá para evaluar. Y al menos ocho días antes de una prueba, dar a conocer los objetivos específicos y los contenidos que serán medidos.

Asimismo, los centros educativos y el docente en particular tienen la obligación de conservar las evaluaciones hasta tres meses después de iniciado el siguiente curso. Y, en caso de que exista una reclamación, deberán guardar toda la documentación vinculada al procedimiento.
Madre e hija hablando con un profesor para reclamar una calificación injusta.

¿Cómo reclamar una calificación injusta?

Frente a un suspenso sospechoso de ser injusto, el primer paso es acompañar a nuestro hijo ante el profesor para pedir aclaración y revisión.

El reclamo debe hacerse durante los tres días que siguen a la comunicación de la nota. Se indagará sobre los aspectos evaluados para determinar con la mayor claridad posible si los errores son totales o parciales.

El diálogo es fundamental para resolver conflictos

Una vez hecha la verificación, el segundo paso será solicitar que se reconsidere la decisión. Para llevar adelante todo este proceso, es fundamental tener una buena comunicación con el profesor que ha puesto la calificación.

Acá debe aplicarse el principio de colaboración y entendimiento mutuo entre docentes, alumnos y padres. Se trata de exigir en los mejores términos el derecho a una evaluación objetiva y justa.

Pero si los argumentos presentados por el evaluador no resultan satisfactorios, queda abierta la opción de exigir una revisión más exhaustiva de la calificación.

¿Qué pueden reclamar los alumnos o sus representantes legales?

El profesor nos debe proporcionar información sobre el examen y los instrumentos de evaluación incursos en el suspenso.

Es necesario saber que si los criterios del evaluador no están claros, los juicios corren el riesgo de ser arbitrarios o injustificados. Así lo refiere una investigación sobre «La opinión del alumno como método de mejora educativa». Además, podemos encontrar incoherencias entre la herramienta empleada para evaluar y los contenidos del programa.

Entre los puntos que nos pueden orientar para examinar la calificación, se encuentran los siguientes:

  • Desequilibrios entre la forma de enseñar y evaluar.
  • Carencia de sistematicidad.
  • Abuso de la evaluación reproductiva, basada en repetición de contenidos en desmedro de la capacidad de reflexión, crítica, argumentación y creatividad de los estudiantes.
  • Fractura entre el sistema de evaluación y los objetivos y métodos.
  • Desatención de la función formativa de la evaluación con énfasis en la medición, certificación y acreditación de resultados.

De conseguir algunos de ellos servirán de argumento para reclamar la calificación injusta. Todos estos aspectos son considerados en el artículo «Características de la evaluación educativa en el proceso de aprendizaje», publicado en la Revista Universidad y Sociedad.

¿Cómo se tramita un reclamo por una calificación injusta?

El procedimiento para reclamar una calificación injusta puede variar un poco de un centro educativo a otro. Incluso, los tiempos reglamentarios establecidos en cada paso pueden ser distintos de acuerdo al país donde se hace el trámite. Sin embargo, el elemento común que tienen todos es que si el reclamo no se arregla de palabra, debemos hacerlo por escrito. 
De este modo, el documento será fechado y sellado como recibido, quedando así formalizada la vía administrativa que da inicio al procedimiento.

El plazo para resolverlo empezará a correr desde ese mismo momento. De forma general, lo primero que ocurre es que la dirección del centro comunica al profesor la existencia de la reclamación. El profesor debe elaborar a continuación un informe detallado de los hechos y aclarar por qué considera, a su juicio, que aplicó correctamente los criterios de evaluación.

Por último, este informe elaborado por el profesor será revisado por la dirección del centro, quien será la encargada de resolver la reclamación y notificarnos su decisión.

En caso de desacuerdo

Si disentimos del dictamen, será preciso introducir un nuevo reclamo ante una instancia superior y, en algunos casos, con evaluación externa a la institución.

El expediente contendrá informes, instrumentos de evaluación, alegaciones y cualquier otra información que se considere pertinente. Frente a esta nueva solicitud, la dirección o el ente competente, tendrá que valorar en un tiempo perentorio los alegatos y emitir una decisión definitiva.

 

Madre con su hijo en una reunión con su profesor para reclamar una calificación que consideran injusta.

La calificación no es un fin en sí misma

La calificación sin duda es importante, pero no lo es todo. Hace visible el esfuerzo y la dedicación de nuestros hijos, aunque a veces esconde el verdadero progreso. En ese sentido, antes que una competencia, la nota representa un estímulo y un marcador de cómo influyen las circunstancias particulares.

Cuando se observa desde esta perspectiva, la calificación es apenas una parte de un proceso mayor: el de la evaluación, un elemento sustancial en el mejoramiento de la calidad educativa, tal cual lo expone un artículo de la revista Actualidades Investigativas en Educación.

A partir de esta conciencia, el error o los errores son comprensibles y pueden ser asumidos con mayor responsabilidad por parte de nuestros hijos. Además, les fortalece en paralelo la capacidad de discernir ante la sospecha de que se ha cometido una injusticia. De ser ese el caso, contarán con más seguridad y control sobre los argumentos, propiciando una solicitud respetuosa para que les aclaren las razones del suspenso.

Una experiencia para aprender

La educación es una actividad compleja en la que participan muchos actores con diversidad de intereses. Todos de alguna manera confluyen en la elevación cognitiva y la promoción de los estudiantes, es así que la calificación adquiere tanta preponderancia.

En casos graves, una calificación injusta se usa como un instrumento de control y poder, como una forma de amenaza, de intimidación, incluso de exclusión. Así lo aborda una investigación sobre la violencia que sufren o ejercen los docentes, cuyos resultados fueron publicados en la Revista de Investigación Educativa de la Universidad de Murcia.

Por eso suscita interés un reclamo de calificación injusta. Evitar el impasse, pero sobre todo ir más allá de él, se logra con buena comunicación y disposición para el aprendizaje.

Bibliografía

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