Es un hecho que no siempre se pueden evitar los problemas y las situaciones difíciles, lo cual, además, no es recomendable. La adolescencia es una etapa especialmente complicada, por lo que resulta importante desarrollar la capacidad de afrontar las adversidades y saber recuperarse tras ellas. Sigue leyendo y descubre cómo fomentar la resiliencia en adolescentes.
“Si caíste ayer, levántate hoy”.
-Herbert G. Wells-
¿Qué es la resiliencia?
El origen del estudio de la resiliencia en las ciencias sociales procede de los esfuerzos por conocer el riesgo de los niños en desarrollar psicopatologías debido a enfermedades mentales de los padres, problemas prenatales, conflictos interpersonales, entre otros.
Los resultados sobre estos estudios demuestran que el desarrollo de la resiliencia ayuda a afrontar exitosamente el estrés y los eventos adversos.
La resiliencia es un concepto complejo y no existe un consenso claro entre los expertos sobre su definición. No obstante, existe cierto acuerdo en una cuestión: la resiliencia significa afrontar de forma efectiva el riesgo y las adversidades.
En este sentido, la definición más acertada que encontramos hasta la fecha es la propuesta por el profesor de psicología Norman Garmerzy, que define la resiliencia como la capacidad para recuperarse y mantener una conducta adaptativa después del abandono o un evento estresante. En definitiva, la resiliencia es la capacidad de recuperarse tras los momentos difíciles, y adaptarse a las adversidades, llegando incluso a aprender de ellas.
“Un problema es una oportunidad para dar lo mejor que tienes”.
-Duke Ellington-
¿Cómo desarrollar la resiliencia en adolescentes?
Todos los adolescentes pueden desarrollar resiliencia a través del aprendizaje de habilidades sociales y de planificación, del desarrollo de una autoestima saludable y estableciendo un pensamiento positivo:
- Aprendizaje de habilidades sociales. Saber hacer amigos y mantenerlos, saber solucionar conflictos y saber trabajar en equipo son algunas habilidades que conducen a desarrollar resiliencia. Además, si el adolescente es capaz de establecer relaciones y conexiones en su entorno, tendrá más oportunidades para construir buenas relaciones.
- Establecer hábitos de pensamiento positivo. Las personas que poseen resiliencia piensan racionalmente y procuran mirar el lado positivo de las adversidades. Mantenerse y seguir adelante incluso cuando la cosas están mal. La adolescencia es la etapa en la que aprendemos que las situaciones difíciles y los problemas forman parte de la vida.
- Desarrollar una autoestima saludable. Esto es clave para sentar las bases de la resiliencia. De esta forma, el adolescente se respeta a sí mismo y a los demás. Por lo tanto, cree que los demás deben tratarlo con respeto también, y será menos vulnerable frente el bullying.
- Marcarse metas, objetivos y planes. La resiliencia significa sentir confianza sobre uno mismo. Saber organizarse y desarrollar habilidades para la planificación te mantiene preparado para el trabajo duro. Para ello, los adolescentes deben potenciar sus fortalezas y conocer sus limitaciones.
La resiliencia en la adolescencia: ¿por qué es importante?
Un adolescente resiliente no solo es capaz de enfrentarse a las situaciones difíciles y saber recuperarse tras ellas, sino que será también capaz de adaptarse a las diferentes adversidades y obstáculos que irá encontrándose en su vida.
Resulta fundamental que los jóvenes sean capaces de desarrollar resiliencia y adaptabilidad desde edades tempranas para poder enfrentarse a una sociedad tan competitividad como la nuestra.
“En medio de la dificultad reside la oportunidad”.
-Albert Einstein-