Ya te habrás cansado de leerlo y repetirlo: ser madre es una experiencia única y especial. Los niños son algo del otro mundo, le ponen sal -cuando no, ¡pimienta!- a cada uno de nuestros días. Con lo bueno y lo malo de la maternidad, esos seres pequeñitos roban nuestro corazón en las simpáticas situaciones en que nos envuelven.
Estar al cuidado de tus hijos puede ser una aventura maravillosa. Con el paso del tiempo te sorprenderás de tus capacidades ocultas, así como tareas antes impensadas. Acompáñanos a descubrir aquellas simpáticas situaciones que solo las madres serán capaces de comprender a la perfección.
3 simpáticas situaciones que implican improvisación materna
Comienzan a surgir imprevistos de todo tipo. Entonces, empiezas a redescubrirte a ti misma. Y sí, a final de cuentas, resultaste ser todo una experta en improvisar detalles.
Una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz
-Agatha Christie-
Recetas de cocina con lo que hay en la nevera, platos hechos a base de sobras, uniformes escolares y disfraces son solo algunos de tus dotes de improvisación.
- Improvisar baños públicos donde no los hay. Sea hombre o mujer, lo que menos importa es la anatomía. Porque siempre encontrarás cómo salir de un apuro cuando al niño le urge hacer sus necesidades.
- Improvisas uniformes escolares. Un colibrí, un pato, una dama antigua o lo que sea. Ya todo reto ha sido superado con total éxito. Lo haces tú misma y con los materiales disponibles en casa. ¡Cuánta habilidad!
- Los disfraces que todos quieren. No importa si tus hijos sueñan con ser superhéroes o princesas. Con lo que tengas al alcance de tu mano, reciclas elementos y consigues que tus hijos interpreten cualquier personaje.
2 simpáticas situaciones que generan divertidas riñas internas
No, no sola la hora de la comida, del baño y de mantener la limpieza y el orden pueden desatar en casa la tercera guerra mundial. Como verás, te olvidas de algunos otros detalles que son capaces de sacarte canas verdes. Ojo, cuando los leas, además, podrán robarte una sonrisa.
- El cuidado de la ornamentación del hogar. “No juegues con la pelota cerca de las ventanas”, “No toques eso, que es delicado”, repetimos sin cesar. A veces, incluso, en vano. Cuánto temor y pánico desatan los niños cuando se acercan a los adornos frágiles de la casa.
- Las típicas peleas por la ropa. Conforme van creciendo, niños y niñas comienzan a querer elegir su ropa. Claro, su sentido de la moda comienza a gestarse. Miles de cambios de ropa por día, cestos de lavado atestados de ropa impecable y placares impecables. Doblar y guardar definitivamente no parece ser una opción para ellos.
Volver al pasado: 3 simpáticas situaciones maternales
La maternidad implica, en cierta forma, volver al pasado. Mirar la vida desde la visión del adulto, pero acariciando el toque mágico de la niñez. Permitirse volver a vivir la infancia, animarse a romper el molde de la mayoría de edad para disfrutar doblemente este momento único.
- Catadoras de juguetes. Sí, nuevos juguetes en la etapa adulta. Es que esas modernas muñecas y cocinitas son atractivas. Y si tuviste un varón, tienes la oportunidad de probar otros juguetes. Diviértete con el robot lanza torpedos y los autitos a control remoto.
- Experta en superhéroes y princesas. El llanero solitario ya pasó de moda. Es hora de ponerse al día y empezar a empaparse de los personajes infantiles que hoy están en la cresta de la ola. ¡Peppa Pig, la Doctora Juguetes, Paw Patrol y el Hombre Araña te esperan!
- Emprender el conocimiento del cuerpo. Con algo de pudor, te haces cargo de tal desafío. Es que siempre es todo sonrisas hasta que llega esas fatídicas preguntas: “Mami, ¿por qué haces pis sentada”, ¿por qué papá hace pipí de pie?”. Y por qué, no la interrogación clave: “¿De dónde salen los bebés?”.
2 simpáticas situaciones que atraviesa toda mamá
- Una preocupación a futuro. Nada te hace más feliz en el mundo que “achuchar” a tu pequeñito. Pero te invade una duda que genera cierta angustia: ¿Qué rol tendré el día de mañana en la vida de mi hijo? El síndrome del nido vacío acecha y comienzas a pensar en la relación con tu nene cuando tenga novia y forme su familia. Recuerdas que tiene toda una vida por delante, y automáticamente se te pasa.
- Por siempre en su memoria. Ten por hecho que esos chiquillos jamás se olvidarán de ti. Eres su madre y, por eso mismo, no hay nadie como tú. Haz fortalecido el más bonito y fuerte lazo. Perdurará inquebrantable, inmutable y eterno. Así, esas pequeñas manitas que sostenías mientras jurabas que todo estaría bien, serán las que te acariciarán y abrazarán cuando más lo necesites.