Vómitos y flemas: ¿qué hacer para evitarlos?

¿Son pasajeros los vómitos y las flemas o se trata de síntomas de una enfermedad? Realmente dependerá de cada caso en particular, pero si tienes dudas, siempre es lo mejor consultar al pediatra.

Los vómitos y flemas suelen surgir como consecuencia de una afección en el bebé, por lo que el tratamiento debe apuntar a estas.

En los niños y las niñas, los vómitos y las flemas pueden tener distintas causas y significados. Hay una variada lista de posibles desencadenantes de este síntoma de alerta del cuerpo. Dependiendo de la edad del pequeño enfermo, cada familia buscará maneras de afrontar la situación. A veces, es algo pasajero; otras, en cambio, es indispensable visitar a su pediatra.

En el caso de los bebés, lo que es frecuente es la regurgitación. Se trata del proceso espontáneo y natural por el que una poca cantidad de leche sale por la boca. Por su parte, el vómito necesita de un esfuerzo del cuerpo y consiste en la expulsión abrupta de los contenidos estomacales. Existe un área del cerebro específica que activa el vómito cuando se sufre una infección o intoxicación.

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Cómo reconocer los tipos de vómitos y flemas en cada caso

Es necesario reconocer el tipo de vómito del que se trate para poder resolver en el momento qué pasos dar. En este sentido, se distinguen dos grupos:

  • Vómitos orgánicos: aparecen en casos de enfermedad o daño físico. Por lo general, van acompañados de más síntomas como diarrea, malestar estomacal, decaimiento o fiebre. En estos casos, la visita al médico debe darse lo antes posible; si solo hubo un episodio de vómito sin síntomas, se debe mantener al niño o niña en observación. Existen evidencias conforme dicha situación podría llegar a cronificarse sin el tratamiento adecuado.

En la práctica, siempre es mejor que su pediatra conozca lo sucedido y lo añada al historial clínico del pequeño paciente para considerarlo en patologías posteriores.

  • Vómitos funcionales: se dan especialmente en bebés de menos de un año, de manera natural y sin causas o síntomas de enfermedad. Como el vómito funcional puede acontecer varias veces en los primeros meses de vida, el pediatra controlará el peso, crecimiento y estado general del bebé.

Las regurgitaciones del bebé no deben confundirse con los vómitos.

Posibles causas y tratamiento de vómitos y flemas en niños

En lactantes, el exceso de comida o leche puede desencadenar rápidamente un vómito. Por eso, el problema antes del año no es tanto el vómito, sino el temor a que el bebé se ahogue con este.

Siempre que se hable de lactancia exclusiva, el único modo de prevenir el vómito es mantener al bebé sentado luego de cada toma, a fin de que pueda digerir la leche.

Por otra parte, la gastroenteritis es una de las típicas enfermedades que provocan vómitos y flemas en niños y niñas. Es causada por un virus que suele identificarse en general como rotavirus; sus síntomas incluyen diarrea, fiebre alta y un estado anímico malo. Según un estudio de revisión, esta infección es más frecuente en invierno y es una importante causa de mortalidad infantil.

En caso de un vómito por gastroenteritis, hay que conducirse con cuidado a la hora de suministrar líquidos. Aunque la rehidratación es indispensable en estos casos, el hecho de tomar mucha agua o líquido de repente solo provocará más y más vómitos. El mejor líquido a tomar es el agua.

Nunca hay que intentar rehidratar a los niños y las niñas con bebidas para deportistas, ya que poseen un desaconsejable exceso de sodio. En cuanto a las bebidas rehidratantes de venta en farmacias, lo recomendable es que sean recetadas y recomendadas por el propio pediatra.

Cabe destacar que la deshidratación es un episodio muy preocupante que puede poner en riesgo la vida del bebé, según un estudio publicado en Emergency Medicine Clinics or North America.

Con respecto a la comida, el niño o la niña que padece gastroenteritis raramente se sentirá apetente, por lo que lo más conveniente sería que coma platos variados, aunque en pocas cantidades. En ningún caso hay que forzarles a comer; al contrario, entre comida y comida debe quedar espacio para que el sistema digestivo pueda trabajar.

“La gastroenteritis es una de las típicas enfermedades que provocan vómitos y flemas en niños y niñas”.

El origen de las molestias estomacales

¿Qué puede comer un niño con molestias estomacales? En principio, lo ideal es una dieta blanda, siempre dentro de lo saludable; es muy importante la recuperación de los nutrientes expulsados a través de la diarrea y el vómito.

Otra causa de los vómitos y flemas en bebés son la tos y los mocos. De esta forma, cuando las vías respiratorias están tapadas, los pequeños pueden sentir náuseas y hasta vomitar.

En un análisis diario, las molestias derivadas de la tos y los mocos ocurren sobre todo por la mañana, después de la acumulación de mocos durante la noche. En cualquier caso, hay que investigar el origen de los síntomas.

Por último, hay que recordar que, con independencia del tipo de moco que sea, siempre es fundamental la hidratación de los bebés y los niños. Para un efectivo control, si se observa poca salida, boca seca, el niño orina poco o no le salen lágrimas al llorar, puede haber un cuadro de deshidratación.

Ante la presencia de síntomas de deshidratación siempre es recomendable iniciar tratamiento con un suero de rehidratación oral. El mismo se puede preparar en casa con 1 litro de agua potable, 8 cucharaditas de azúcar y 1 cucharadita de sal. Todos los ingredientes se deben mezclar hasta diluir, la mezcla debe ser menos salada que una lágrima.

El suero se debe administrar después de cada vómito, en cantidades que dependen de la edad del niño. Se deben administrar entre 50 y 100 mililitros en niños menores de 2 años y entre 100 y 200 mililitros en niños mayores según los planes de rehidratación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, es necesario buscar atención médica inmediata si los síntomas de deshidratación son severos y afectan la consciencia del bebé.

Existen diferentes maneras de quitar las flemas al bebé.

¿Es posible prevenir los vómitos y las flemas?

En la práctica, los vómitos y las flemas suelen producirse como consecuencia de alguna afección en los niños, como ser un virus de gastroenteritis, los mocos y la tos, la fiebre, etc.

¿Qué se puede hacer para prevenir y evitar los vómitos y las flemas? Al tratarse de síntomas de una patología o enfermedad, son difíciles de prevenir, por lo que lo mejor será buscar el tratamiento apropiado.

Puede ser útil extraer las flemas o mucosidades de la nariz del bebé con un aspirador nasal, para evitar que desde allí pasen a la garganta del pequeño:

Otra cosa diferente es cuando el pequeño tiene el hábito de vomitar para conseguir algo que quiera, o simplemente para “llamar nuestra atención”. En estos casos, la solución no debe pasar por ignorarlo, sino por investigar y descubrir aquello que le genera malestar y que nos quiere indicar con su actitud.

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Bibliografía

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