Estos dos conceptos, apego e hiperpaternidad, son términos utilizados para caracterizar una tendencia cultural con respecto al estilo de crianza de los niños. Comenzó a discutirse a inicios de este siglo; actualmente, diferentes sociólogos y psicólogos han advertido sobre los efectos negativos de este fenómeno social.
La preocupación excesiva de los padres por sus hijos trae como consecuencia una generación de niños ansiosos e inseguros; en algunos casos, llegan a presentar hasta problemas de salud.
Es normal que los padres deseen lo mejor para sus hijos y que intenten ponerles a salvo de los peligros. Sin embargo, seguir un patrón de crianza basado en el apego excesivo rebasa los limites de una relación psicológicamente sana entre padres e hijos.
En la actualidad, en muchos casos se habla de un exceso de crianza, o de que los padres están demasiado involucrados en la vida de sus hijos. Se dan diferentes denominaciones: padres helicóptero, madres soccer, padres quitanieves, padres guardaespaldas; pero el nombre adecuado es hiperpadres.
¿Qué es la hiperpaternidad?
El objetivo de ser los mejores padres siempre será el principal de todos aquellos que inician una familia. Sin embargo, algunas veces, esta motivación puede expresarse con demasiado ímpetu; la hiperpaternidad se refiere a padres involucrados excesivamente en la vida de sus hijos.
Un exceso de protección por parte de los mayores puede llegar a limitar el desarrollo de sus hijos. De este modo, influyen demasiado en su personalidad, ya que los presionan con numerosas actividades extracurriculares e intervienen en su vida social, entre otras actitudes negativas.
La hiperprotección paterna puede llegar a interferir en el destino académico y la carrera profesional del joven, además de coartar su autonomía e independencia. Los padres, por ende, están llamados a lograr un equilibrio y evitar caer en la trampa de la hiperpaternidad.
Algunas señales de alarma
Determinadas actuaciones por parte de los padres indican el riesgo de caer en la hiperpaternidad:
- Mimar al niño en exceso.
- Hablar en plural sobre las tareas que le corresponden al niño, como las escolares y extracurriculares.
- Tomar todas las decisiones.
- Anticiparse a los deseos del niño.
- Evitar a toda costa que el niño se aburra, para lo que le compran todo tipo de dispositivos: tabletas, consolas de videojuegos y todo aquello que este de moda.
- Utilizar palabras como “pobre, es pequeño”, “está cansado” u otras similares para excusarlo e incluso cumplir por él algunas tareas.
- Hiperestimular al niño.
- Supervisarlo de forma permanente.
- Ser permisivos.
- Confundir al niño en cuanto a los roles de autoridad en el hogar.
“La preocupación excesiva de los padres por sus hijos trae como consecuencia una generación de niños ansiosos e inseguros”
¿Como afecta a los niños tener hiperpadres?
Los niños que provienen de hogares con padres con problemas de hiperpaternidad generalmente desarrollan conductas inapropiadas; en la mayoría de los casos, no logran desenvolverse solos. Están limitados para resolver por sí mismos los problemas cotidianos en la escuela o en otros ámbitos.
Esta limitación en su proceso de desarrollo les hace:
- Inseguros, poco propensos a tomar decisiones.
- Pocos tolerantes a la frustración.
- No toman decisiones con autonomía.
- Tienen poca conciencia del riesgo y les cuesta establecer relaciones de costo-beneficio.
- Niños con estrés por la continua presión de los padres.
- Caprichosos.
- No muestran empatía en su relación con los demás.
- No comprenden la relación logro-recompensa.
¿Por qué los niños necesitan espacio?
Los niños necesitan a sus padres para darles amor, respeto y protección. Ellos deben ser su guía y mantenerles seguros, felices y saludables.
Además, los padres deben enseñar las herramientas emocionales básicas, necesarias para resolver los problemas y conflictos que se le irán presentando en el trascurso de la vida.
Por otra parte, los mayores deben estar capacitados para poner limites, permitir que sus hijos se equivoquen y que tomen decisiones con autonomía y respeto; de esa forma, se fomenta su autoestima y la confianza en sí mismos.
Hay que considerar la importancia de que los niños desarrollen su propia personalidad, descubran sus gustos y aversiones; ellos necesitan espacio para crecer y convertirse en adultos responsables, que velen por sí mismos y por sus acciones.
Por todo esto, los padres han de ser asertivos y evitar estilos de crianza autoritarios y o permisivos; tienen que utilizar como alternativa el refuerzo positivo. Aunque siempre piensen en el bienestar integral de sus hijos, es indispensable aprender a no presionarlos ni mimarlos demasiado.
La supervisión constante de los pequeños no les garantizará una vida perfecta; hay que dejarles crecer y desarrollarse como individuos para una vida más plena y feliz.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Carballo Márquez, A. (2017). Cerebro, estrés y parentalidad. https://www.recercat.cat/handle/2072/326345
- De Vega, B. G., & Millet, C. E. (2017). Niños mimados, adultos débiles: llega la generación blandita. El Mundo, 11. http://www.adfundacion.es/imagenes/noticias/ksi996.pdf
- Millet, E. (2016). Hiperpaternidad. España: Plataforma. http://www.ampapoveda.com/wp-content/uploads/2018/05/Nota-de-Prensa-HIPERPATERNIDAD-de-Eva-Millet-Plataforma-Editorial-2016.pdf