Tus hijos siempre dan señales de su vocación, identifícalas

Tus hijos siempre dan señales de su vocación, identifícalas
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 03 febrero, 2022

Muchas veces pensamos que nuestros hijos tienen que llegar a la adolescencia para identificar su vocación y elegir, si así lo desea, una carrera universitaria, cuyos conocimientos le abrirán las puertas del éxito. Sin embargo, la adolescencia es una etapa difícil, llena de cambios que a veces nubla la mente de quien debe tomar una decisión.

La verdad es que no hay que esperar tanto. Desde que es un bebé tu hijo da señales de cuál es su vocación, solo debes estar atenta a esas señales y observarlo. Principalmente debemos prestar atención a aquello por lo que nuestros hijos se interesan de manera espontánea,  observar y alentar esa inclinación natural que tiene por curar animalitos, o por coleccionar objetos redondos, por preguntarse el porqué de las cosas o por armar legos todas esas son señales que dan indicios de qué es lo que le apasiona.

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Eventualmente dirá que quiere ser veterinario o bombero y en cierta etapa querrá ser de todo, lo hará como lo hace cualquier niño que se encuentra explorando el mundo, no obstante cuando está descontaminado de la influencia de la televisión, el internet y los amiguitos de la escuela, tu hijo se inclinará de manera natural por hacer alguna actividad en particular porque es esa la que le realmente le divierte.

Al principio será un juego, algo sin importancia quizás para él, pero tú, en cambio, verás que no solo se divierte y se concentra cuando está armando las piezas de un aparato o mejor dicho desarmando uno; y observándolo con vivacidad descubrirás no solamente que le gusta hacer tal o cual actividad sino que además lo hace de maravilla, que se mueve como pez en el agua, o como dirían los científicos, verás “que está en su elemento”.

Por eso es tan importante dejar que tu hijo juegue con libertad y que experimente con todo lo que esté a su alcance, pues ¿cómo descubre el escultor su vocación si no lo dejan jugar con barro? Lo mismo le pasa al mecánico, al médico, al ingeniero, al intelectual, al músico, a la gimnasta olímpica, al astrofísico. Todos, de seguro, mostraron algunos destellos de su afinidad por alguna tarea que pudieron experimentar de alguna manera en su vida y les hizo sentir de manera especial.

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Desarrollar su vocación lo hará feliz    

Las personas que hacen lo que les gusta se divierten cuando trabajan, para ellos desarrollar su vocación se parece más a un juego o a una actividad placentera que a una actividad pesada con la cual la sociedad en general ha asociado el trabajo. Un matemático saca con una destreza impresionante cuentas, le encanta hacerlo y no se esfuerza mucho haciéndolo, está en su elemento. Lo mismo le pasa a un músico, a un escritor, a un arquitecto, a un ingeniero informático…

De niños no sabemos muy bien qué hace un cirujano o un astrofísico pero sí sabemos en qué invertir nuestro tiempo de manera divertida, de hecho a esa edad toda experimentación se realiza a través del juego. Darle libertad y confianza para sentirse a sus anchas, para revisar libros, para tocar a los animales, para sembrar una planta, para mirar las estrellas bajo la luz de la luna, para golpear con fuerza una batería y descubrir si eso que está haciendo no solo le entretiene, sino que le relaja y a la vez lo apasiona, hará la diferencia.

Tú, por tu parte, debes estar convencido de que tu hijo tiene todas las posibilidades de ser una de las personas más felices, influyentes y exitosas del mundo. Y que para alcanzar sus sueños solo tiene que creer en él mismo. Esa confianza le hará identificar claramente su vocación.

Parte de tu tarea es enseñarlo a tener autoconfianza, a tener fe en él como persona y a estar seguro de que él puede ser feliz y que el éxito es la consecuencia de hacer lo que amas, lo que le apasiona y que además le gusta de manera espontánea.

 


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  • Pantoja, C. (1992). En torno al concepto de vocación. Educación y ciencia, 2(6), 17-20.

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