Masajes en el embarazo: cuidados y precauciones

El masaje durante el embarazo brinda gran bienestar a la futura mamá. Te contamos los cuidados y precauciones que hay que tener en cuenta al momento de aplicarlos.
Masajes en el embarazo: cuidados y precauciones
Maria Elisa Lisotti Luppi

Escrito y verificado por la fisioterapeuta Maria Elisa Lisotti Luppi.

Última actualización: 27 julio, 2022

Los masajes en el embarazo son una de las técnicas manuales más utilizadas para aliviar dolores y molestias relacionados a la gravidez. Además de brindar numerosos beneficios, como mejorar la circulación sanguínea y linfática, otorgan bienestar y relajación a quienes lo reciben. Sin embargo, hay algunos cuidados y precauciones que hay que tener en cuenta.

Las técnicas manuales son las herramientas terapéuticas más antiguas que se han empleado para reducir dolencias musculares a lo largo de la historia de la humanidad. El masaje es una manipulación sencilla de aprender y que puede dar grandes resultados en el bienestar materno. Debe realizarse a conciencia, considerando que esta práctica tendrá múltiples efectos tanto en la madre como en su bebé.

Durante el periodo prenatal puede realizarse con diferentes objetivos, como reducir dolores lumbares, aliviar piernas cansadas, mejorar la movilidad de la pelvis o favorecer el descanso, entre otros. Puede ser realizado por un terapeuta o acompañante, o puede realizarse un automasaje la futura mamá.

Teniendo en cuenta que la gestación es un proceso fisiológico en el que suceden grandes cambios físicos, el centro de gravedad se desplaza, los músculos lumbares y abdominales se exigen cada vez más a medida que va creciendo el bebé, determinadas hormonas aumentan, llevando a mayor flexibilidad en ligamentos y articulaciones, es muy común que las embarazadas sientan molestias en múltiples regiones de su cuerpo.

Por todo ello, el momento de realizar el masaje, debemos tener los cuidados y precauciones que presentamos a continuación.

Mujer recibiendo masajes en el embarazo.

Etapas del embarazo

Durante el periodo prenatal podemos agrupar los cambios físicos y emocionales en 3 trimestres. Cada uno con sus características propias. Es la primer precaución que debemos tener al momento de realizar masajes en el embarazo.

Primer trimestre

En este periodo no se recomienda realizar masajes sobre la zona media y baja de la espalda. Es una etapa en la que el feto se está formando e implantando y requiere mucho consumo sanguíneo de la mamá. Es por esto que, en el caso de realizar masajes en esta etapa, la zona del cuello es la más segura.

Segundo trimestre para los masajes en el embarazo

Desde que empieza el segundo trimestre se puede realizar masajes en toda la región de la espalda. A esta altura del embarazo los abdominales pierden fuerza para permitir el crecimiento del útero. Comienza molestar la zona lumbar, que se tensa cada vez más con el crecimiento de la barriga.

Tercer trimestre

Es la etapa en la que más molestias siente la mujer debido al peso del bebé, que ya se acerca al que tendrá al momento de nacer. Las regiones a tratar se enfocarán hacia la zona más baja de la espalda. En las piernas comienza a afectarse la circulación y se puede observar mayor retención de líquidos en la mayoría de las embarazadas. Los cuidados en este periodo se enfocarán en la técnica y postura a utilizar.

Técnica a utilizar en los masajes en el embarazo

El masaje puede realizarse con diferentes técnicas, dependiendo el objetivo que se busque con el mismo. En el segundo y tercer trimestre pueden aplicarse todas las técnicas de masajes relajantes, con la precaución de moderar la intensidad. Se debe efectuar dentro de los límites de no dolor.

Postura para los masajes en el embarazo

Se recomienda comenzar a realizar masajes en la embarazada después del cuarto mes de gestación. En ese momento, la barriga ya es más notoria, por lo que acostarse boca abajo no es una opción segura ni cómoda para la mamá. A continuación, te contamos algunas de las posturas recomendadas:

  • Recostada de lado: es la opción más acertada para realizar masajes a la futura mamá, si es que no se cuenta con una camilla específica. Preferentemente, debe recostarse sobre el lado izquierdo, adaptando la posición con almohadas debajo de la cabeza y entre las rodillas. En algunos casos puede aliviar también una pequeña almohadilla debajo del abdomen.
  • En camilla de masaje: existen en el mercado camillas especificas para realizar masajes en el embarazo, las cuales permiten una posición cómoda tanto para la mujer como para quien practica la técnica. Resultan de mucha utilidad para abordar la zona lumbar, tan afectada por el peso de la panza.
  • Sentada: es una buena opción para trabajar sobre la zona alta de la espalda, hombros y cuello. Aunque de todas las posturas posibles, es la que menos acceso permite a la zona de la espalda baja, la más comprometida en los últimos meses prenatales. Pueden utilizarse almohadas accesorias para mejorar el descanso.
  • Acostada boca arriba: esta postura puede ser útil para realizar masajes de drenaje en piernas o masajes faciales. Sin embargo, es la menos utilizada, ya que mantener la posición completamente horizontal durante mucho tiempo puede afectar la oxigenación fetal. Además, después de unos minutos en esta posición, la madre puede percibir dificultad para respirar.
    Mujer embarazada recibiendo un masaje lumbar.

Bienestar prenatal

El cuerpo materno atraviesa numerosas modificaciones simultáneas durante la gestación, con características propias en cada mujer, pero con aspectos similares en muchas de ellas. Las molestias en la zona inferior de la espalda, el cansancio en las piernas o dolores sobre los hombros suelen ser los más comunes.

Aplicar masajes en el embarazo como herramienta terapéutica brinda gran alivio a la mujer en cada etapa, sobre todo en los últimos meses. Se recomienda buscar la técnica y posición más adecuada, teniendo en cuenta la particularidad de cada mamá.


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