Doble fila de dientes en niños: ¿qué hacer?
Las consultas por la aparición de una doble fila de dientes en los niños son bastante frecuentes. Este fenómeno ocurre durante la época de recambio dental y no implica gravedad.
La doble hilera dentaria se produce cuando erupcionan las piezas permanentes sin que se hayan terminado de caer las de leche. De esta manera, ambas deben coexistir en la boca del niño y provocan este aspecto tan particular.
En este artículo te contamos a qué se debe este fenómeno y cómo proceder cuando ocurre. Sigue leyendo y entérate más.
¿Cómo se produce el recambio de los dientes?
Entre los 5 y los 6 años los niños comienzan el recambio dental, en el cual se produce la caída de los dientes de leche y la salida de los definitivos.
Durante la niñez, las piezas definitivas se desarrollan en el interior del hueso. Cuando están listas para erupcionar, reabsorben la raíz de los dientes de leche para que estos se aflojen y caigan. Habitualmente, esta transición finaliza en la pubertad, cerca de los 12 o 13 años.
Pero en el caso de la doble fila, las piezas definitivas no logran desplazar a las temporarias y acaban erupcionando por detrás de estas o bien, a los lados y ligeramente giradas.
Causas de la doble fila de dientes en los niños
Por diversos motivos, el recambio dental puede verse alterado y dar lugar a esta condición. Entre las causas más comunes mencionamos las siguientes:
- Falta de espacio en los maxilares.
- Dientes definitivos desviados.
- Piezas dentarias de leche con raíces excesivamente duras.
- Anquilosis al hueso alveolar.
- Causas genéticas.
Cómo actuar ante una doble fila de dientes en los niños
La doble fila de dientes en los niños no es un problema serio ni debe preocupar a los padres. De todos modos, al notar la situación, lo ideal es acudir al odontopediatra para que evalúe el cuadro y asesore a la familia.
El profesional puede determinar las posibles causas e intervenir si lo considera necesario. La mayoría de las veces se opta por esperar y controlar la evolución, por medio de visitas odontológicas frecuentes.
El empuje lingual y los movimientos propios de la boca suelen llevar los elementos definitivos a su sitio adecuado. Cuando los dientes de leche se caen y se genera el espacio necesario, las piezas permanentes se reubican por sí mismas en su posición correcta.
El dentista puede sugerir algunas prácticas para favorecer que las piezas de leche se muevan, como manipular el diente con las manos o empujarlo con la lengua. Ambas maniobras deben realizarse con suavidad, para no provocar dolor ni sangrado.
Así mismo, comer alimentos con texturas crujientes y duras también puede ser de utilidad. Morder una tostada o una manzana es una buena idea para promover la movilidad dentaria.
En los controles periódicos, el odontólogo valora que se produzcan cambios en la ubicación de las piezas definitivas. Si esto no ocurre al cabo de un tiempo, se puede sugerir la extracción del diente de leche. Si bien se trata de un procedimiento sencillo, requiere el uso de anestesia local para extraer la pieza completa con su raíz.
En casos muy puntuales, se puede indicar el uso de aparatos de ortodoncia para favorecer la reubicación de las piezas definitivas luego de la extracción de las temporarias.
Lo que no se debe hacer cuando hay doble fila de dientes en los niños
Puede que la apariencia de la doble fila de dientes en los niños genere impaciencia y ansiedad en los padres. Incluso, puede significar una incomodidad o un problema estético para sus hijos.
De todos modos, ser pacientes es fundamental para evitar accidentes que pongan en riesgo la salud bucodental de los pequeños. De ninguna manera se debe intentar aflojar los dientes a la fuerza. Muchos adultos optan por tironear los elementos dentarios con hilos, pinzas y otros métodos caseros a fin de acelerar su caída.
Estas maniobras no solo asustan al niño, sino que también pueden fracturar el diente, dañar la pieza definitiva y lesionar los tejidos blandos.
Adultos que acompañan
Si bien la doble fila de dientes en los niños no es un problema serio, provoca angustia en las familias y es necesario prestarle atención. En general, esta condición se resuelve de manera espontánea y no requiere de intervenciones odontológicas.
De todos modos, al notar este problema lo ideal es recibir el consejo de un odontopediatra que evalúe la situación y oriente a la familia sobre la mejor conducta a seguir.
En el caso en el que se termine optando por una extracción, procurar visitas odontológicas frecuentes ayudarán al pequeño a familiarizarse con el profesional. La confianza y la seguridad en el dentista resultan claves a la hora de afrontar la situación quirúrgica.
Mientras que el niño tenga la doble fila de dientes es necesario prestar especial atención a su higiene bucodental, ya que esta condición dificulta la limpieza y favorece el acúmulo de placa bacteriana. El cepillado dental debe ser exhaustivo en esta zona en particular, para prevenir enfermedades como las caries y la gingivitis.
Con un acompañamiento responsable y mucha paciencia, la doble fila de dientes en los niños será sólo una anécdota de la infancia.
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