Consejos para enseñar a los hijos a no idolatrar

Compartiremos en este artículo algunos consejos para evitar que la admiración que nuestros hijos sienten por sus ídolos no se vuelva negativa.
Consejos para enseñar a los hijos a no idolatrar
María Matilde

Escrito y verificado por la pedagoga María Matilde.

Última actualización: 20 enero, 2020

Durante la adolescencia, es muy común tener ídolos, personas o personajes que nos gustan y a los que seguimos y queremos. Pero lo complicado es cuando esta admiración se vuelve excesiva. Por ello, son buenos algunos consejos para enseñar a los hijos a no idolatrar a nadie y hacerles comprender que se pueden tener ídolos, admirarlos y tenerlos afecto, pero nunca a costa de los sentimientos propios.

¿Qué es y qué implica idolatrar a alguien?

La palabra idolatrar hace referencia a amar, venerar o admirar con exaltación a alguien o a algo. Significa tomar como ejemplo e imitar actitudes, formas de vestir y de hablar de aquellas personas a las que admiramos. Y, además, justificar en toda circunstancia cualquier comportamiento.

El problema de idolatrar a alguien está en que, en muchas ocasiones, esta admiración o idealización se vuelve extrema e irracional. Y no podemos ser objetivos para evaluar los valores y  el contenido de los mensajes que ellos transmiten, a través de sus discursos, actitudes y comportamientos.

El problema está cuando no podemos controlar nuestros sentimientos y nuestra personalidad se ve afectada, y cuando la necesidad de admiración se vuelve negativa y afecta nuestro estado de ánimo y nuestro correcto desarrollo en el día a día.

Adolescente aprendiendo consejos para no idolatrar.

“Cuando no eres capaz de pensar por ti mismo, ya no eres tú, eres el reflejo de quien idolatras, de alguna autoridad que te indica el camino”.

-Walter Riso-

Consejos para enseñar a nuestros hijos a no idolatrar

Los jóvenes deben ser capaces de admirar a sus figuras o ídolos preferidos, pero con capacidad crítica. Y, para ello, es importante que crezcan en un ambiente familiar en el que el diálogo sobre cualquier tema esté siempre presente. Así, los siguientes consejos para enseñar a nuestros hijos a no idolatrar pueden servir de guía para orientar las conversaciones y la interacción con ellos .

Reforzar su autoestima

Destacar y remarcar aquello en lo que son buenos, reforzando, así, su autoestima. Aun cuando se trate de actividades que comparten con otros, hacerles notar que cada uno tiene una forma de ser y de hacer, y que eso nos hace únicos y diferentes.

Hacer actividades

Conseguir que participen o acudan a actividades extraescolares, sean del tipo que sean. Deportes, arte, música o lo que ellos prefieran, de manera que puedan, desde pequeños, encontrar un hobbie o afición con la que puedan sentirse bien y realizados.

Desarrollar una mirada crítica

Reforzar en ellos una mirada crítica frente a los famosos, la fama y la farándula. Para lo cual, es importante que ellos interioricen que no todo lo que ven en la televisión y en las redes sociales es una verdad absoluta o está bien.

Reforzar su amor propio

Enseñarles a quererse y a construir confianza en ellos mismos. Lo que no quiere decir educarlos en el egocentrismo, sino en quererse y darse la oportunidad de ser ellos mismos en todas las circunstancias y ámbitos, sin necesidad de imitar a nadie, ni de sentirse menos que alguien, y respetando, a su vez, la forma de ser de los demás.

Adolescente pensando en su ídolo.

Transmitir valores

Transmitirles valores de solidaridad e igualdad con los demás, restando importancia a lo material y a lo superficial como escala de valoración de las personas.

Humanizar a sus ídolos para no idolatrar

Desmitificar con ellos a los actores, músicos y deportistas, enseñándoles que todos son humanos, con sus defectos y virtudes. Y que sus vidas ‘casi’ perfectas que comparten en las redes sociales no dejan de ser solo imágenes o momentos aislados, y que para nada representan la realidad. Asimismo, hacerles entender que, como para todos, nada es fácil y perfecto.

Conclusiones

Cuando somos adolescentes, tener ídolos, seguirlos e imitarlos es lo más normal, siempre y cuando esto no afecte a nuestra personalidad y a nuestro estado de ánimo. Para lo cual, profesores y padres deben trabajar de forma conjunta educando y formando a los jóvenes para que desarrollen un espíritu crítico y seguridad en ellos mismos.

De esta manera, nuestros hijos y alumnos podrán ser capaces de tener ídolos, pero sin idolatralos. Podrán ser capaces de admirar a otras personas, personajes y figuras, pero sin necesidad de sentirse menos. Y, fundamentalmente, con la capacidad de criticar a sus propios ídolos si estos transgreden valores fundamentales.


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