Las consecuencias de un divorcio conflictivo

El divorcio conflictivo produce en los niños consecuencias emocionales y psicológicas, tanto en el presente como en el futuro. Por esta razón, es importante pensar siempre en el bienestar del niño y evitar entrar en conflictos.

Cuando una pareja decide separarse puede hacerlo de común acuerdo o, por el contrario, de muy malas formas. Debemos tener en claro que toda ruptura va a producir sufrimiento en los niños, pero más aún cuando se trata de un divorcio conflictivo. Los padres tienen el deber de proteger a los hijos y generarles entornos seguros, por lo que ser trasparentes y mantener a los pequeños alejados de los conflictos va a resultar crucial durante el proceso.

Los niños sufren, sobre todo emocionalmente, de ver cómo sus figuras de referencia, en quienes confían, han perdido el respeto y los usan a ellos como un arma para hacerle chantaje al otro. Este daño producido los acompañará de por vida si no es tratado o no se evita. Un menor que es obligado a elegir entre papá o mamá, deja de serlo, ya que su infancia, su seguridad y el amor de su familia se ha roto.

El daño del divorcio conflictivo

Las separaciones con frecuencia son dolorosas, pero además, si se tienen hijos, el sufrimiento y el daño en ellos es considerable. Cuando una pareja involucra a los menores en los conflictos, provoca en ellos dolor y angustia. Unas veces por ignorancia, pero en otras ocasiones por rencor o en la búsqueda de su satisfacción personal. En estos casos, se olvidan del daño que le pueden causar a los pequeños.

Lo grave de todo esto es que los niños acaban por ser el arma que utilizan ambos padres para dañar al otro. Así, los menores no pueden ver a uno de sus progenitores en años o se tienen que dividir y poner una cara con su padre y otra con su madre. Incluso, hay niños que no pueden contar a uno de sus progenitores que lo ha pasado muy bien en el fin de semana con el otro.

Ser testigos de los conflictos de los padres tiene graves consecuencias en los niños. Estas pueden ser tanto a corto como a largo plazo y pueden llevarlos a convertirse en adultos resentidos, tóxicos, celosos, inseguros y problemáticos.

Consecuencias de un divorcio conflictivo en los niños

Muchas veces los padres no son conscientes del daño que producen en sus hijos con esas actitudes. Con frecuencia, los niños se ven forzados a elegir o tomar parte con uno u otro progenitor. Sin embargo, estas circunstancias generan un conflicto de lealtades en el pequeño que acaba por dañar su estabilidad emocional y psicológica. Muchos adultos emplean el chantaje emocional con sus hijos y provocan graves consecuencias, tales como las siguientes:

  • Desestabilidad emocional en el pequeño. Este no entiende cómo la persona que tiene que quererle y protegerle le produce sufrimiento.
  • Somatizaciones. Los niños pueden presentar dolores de cabeza o barriga, vómitos, sensación de sentirse enfermo, irritabilidad, problemas de comportamiento, sentimientos de culpa, disminución del rendimiento académico, retraimiento social o problemas para dormir, entre otros.
  • Síntomas ansiosos o depresivos. Estos suelen aparecer a largo plazo. Además, puede haber problemas de autoestima.
  • Problemas en la forma de construir sus relaciones. Conforme crecen, unos pueden aprender a relacionarse a través del engaño, la manipulación o el chantaje. Otros, pueden establecer relaciones apoyadas en modelos disfuncionales, donde surgen sentimientos de abandono, inseguridad, desconfianza y miedo a ser rechazados.

Ante todos estos síntomas y problemas ocasionados en el menor, en muchas ocasiones es necesaria la intervención de un psicólogo para poder abordar, tratar y orientar en toda esta problemática. Es importante trabajar las distorsiones acerca de las relaciones y sus afectos y las somatizaciones, entre otros.

¿Qué deberían hacer los padres?

Antes de la separación es importante que se tengan en cuenta las sugerencias que te brindamos a continuación.

Priorizar el bienestar de los hijos

Ante una separación, siempre se tiene que anteponer el no dañar a los hijos y velar por su bienestar. Los niños, tras el divorcio, tienen que adaptarse a la nueva situación que para ellos es totalmente nueva.

Los adultos deben dejarles en claro a los niños que no son responsables de la ruptura y que tanto papá como mamá siempre los querrán y se encargarán de que nada les falte.

Tener una relación cordial

Es muy importante que ambos padres tengan una relación cordial, sobre todo por el bien de sus hijos. Los niños observan y, si entre los progenitores hay reproches, descalificaciones y malas palabras, a ellos les llegará un mensaje equivocado sobre lo que deben ser las relaciones. Para que un menor sepa construir relaciones sanas, los padres deben ser su ejemplo y mantenerlos siempre alejados de los conflictos.

Establecer rutinas con ambos padres por igual

En caso de tener custodia compartida, el fin de los padres debe ser proporcionar la mayor seguridad y estabilidad a los hijos para que puedan adaptarse a la nueva situación. Es importante establecer unas rutinas diarias (pautas educativas, horarios y deberes, entre otras), con ambos progenitores por igual, para poder mantener su mismo entorno y educación.

Los niños son las principales víctimas

Las separaciones suelen ser siempre dolorosas, pero cuando nos encontramos ante un divorcio conflictivo quienes más sufren son los niños. Este tipo de separaciones provocan consecuencias emocionales y psicológicas que pueden afectarles en el presente y también el futuro. Por esta razón, cuando unos padres deciden separarse, siempre tienen que utilizar la cabeza, tomar decisiones y pensar en el mayor bienestar de su hijo.

Es clave intentar siempre que los niños no se sientan abandonados por sus padres. También, deben saber que cuentan con más familiares que estarán con ellos siempre, independientemente de que los padres no puedan estar juntos. De que cuidemos de su salud mental con las decisiones que tomemos en el presente, va a depender su futuro.

Bibliografía

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