El chantaje emocional en los niños y sus consecuencias

Cuando la comunicación entre padres e hijos no es efectiva y prevalece la premura por imponer demandas, surge el chantaje emocional. ¿De qué se trata esta relación?
El chantaje emocional en los niños y sus consecuencias
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 08 enero, 2021

El chantaje emocional en los niños para lograr que ellos obedezcan es uno de los recursos más crueles y que, a la larga, afecta la psique del pequeño. Decirle que no lo queremos, que es malo, o que lo vamos a abandonar si no deja de llorar son algunas de las salidas más rápidas que toman los padres para lograr respuestas inmediatas; en efecto, es una acción absolutamente errónea.

Lo peor sobre el chantaje es que, a su vez, desencadena un círculo vicioso en el que el niño también comienza a manipular a sus padres como respuesta a una copia de su actuar; finalmente, la comunicación y las demandas entre padres e hijos dejan de ser respetuosas. Descubre todas las consideraciones sobre este delicado tema.

Consideraciones sobre el chantaje emocional

El chantaje es, indiscutiblemente, una forma de dominio. Es valerse de un poder o una superioridad frente a un individuo que se encuentra en desventaja. Es un juego de poder del débil contra el fuerte, y del que tiene mucho que perder y debe ceder de inmediato a la demanda.

Sin embargo, uno de los aspectos más notorios sobre el chantaje emocional es que la persona que lo padece, en este caso el niño, debe responder con tanta inmediatez a la demanda que no puede ni racionalizar cuál es el objetivo de lo que se le pide y por qué debe obedecer. Simplemente lo hace, lleno de temor a perder algo preciado.

El tener que obedecer una orden partiendo de la inconformidad, el temor y la premura sin racionalizar desde luego que solo creará en el pequeño molestia, miedo, rencor e irrespeto hacia las figuras de autoridad.

Para saber qué tipo de padre eres, tienes que analizar tu relación con el niño.

¿Por qué padres e hijos recurren al chantaje emocional?

El individuo que ejerce el chantaje emocional sabe que está tratando de imponer una postura y, además, que está mintiendo para lograrlo. Queda claro que los padres no van a abandonar a sus hijos si no dejan de llorar o si no dejan de portarse mal.

Por otra parte, es notorio también como incluso niños de tan solo un año y medio de vida fingen llorar solo para llamar la atención y conseguir lo que deseen.

Desde luego que el chantaje, aunque se parte de una mentira y tiene una connotación moral negativa, es ejercido sin una conciencia real de las consecuencias a largo plazo. Los padres, cuando amenazan a sus hijos, no están conscientes del mal ejemplo que les inculcan, de los temores o rencores que pueden despertar en el inconsciente de pequeño.

Por su parte, el niño no puede notar que, al chantajear a los padres, hace que ellos pierdan la credibilidad hacia las demandas de sus necesidades.

Como estadística general, es importante aclarar que las familias en las que se presentan muchos más casos de chantaje emocional son aquellas que están atravesando un divorcio o una crisis por parte de los padres.

En estos casos, por ejemplo, los niños toman el chantaje comparando la inmediatez de la respuesta de sus padres con respecto a sus demandas; los adultos responden con el mismo ciclo vicioso, condicionando su amor en relación a la conducta del niño hacia su pareja.

“El chantaje emocional es un juego de poder del débil contra el fuerte, y del que tiene mucho que perder y debe ceder de inmediato a la demanda”

Cómo se puede prevenir el chantaje emocional en los niños

Debemos aclarar que el chantaje emocional no solo se aprende en respuesta a la repetición de la conducta de los padres, sino que también se ha identificado como una inclinación casi instintiva en el ser humano. Sin embargo, una de las mejores opciones para combatir esta acción es con una comunicación constante y asertiva con el niño.

Los pucheros son expresiones de disconformidad y enojo de los niños.

No existen salidas sencillas; es obvio que los niños de cortas edades no entenderán de entrada las comandas de los padres y por qué deben cumplirlas. Sin embargo, la repetición, el ejemplo y el infundir respeto pueden ser de gran ayuda.

Es importante también que identifiques si tú o tu pequeño pueden ser víctimas de chantaje emocional. Algunas de las características de los individuos que pueden caer en estas circunstancias son:

  • Necesitan constante aprobación.
  • Tienen miedo de hacer molestar a las personas más cercanas.
  • Están pasando por situaciones en las que requieren sentirse tranquilos de inmediato.
  • Siempre ceden rápidamente ante las necesidades de los demás.

Por último, recuerda que poner límites y normas con amor y respeto, aunado a un diálogo constante y sano entre padres e hijos son las mejores herramientas para lograr que no se recurra a esta conducta inaceptable.


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