¿Cómo inculcar el valor del amor en los niños?

Compartir tiempo y experiencias es una de las formas más memorables de inculcar el valor del amor a los niños.
¿Cómo inculcar el valor del amor en los niños?
Maria Fátima Seppi Vinuales

Revisado y aprobado por la psicóloga Maria Fátima Seppi Vinuales.

Última actualización: 27 julio, 2022

Hablamos mucho de la importancia del amor en las relaciones, para mejorar la convivencia o para el respeto. Podemos identificar bien las sensaciones y emociones que experimentamos cuando tenemos relaciones amorosas respecto de aquellos vínculos en los que no nos sentimos cuidados. Sin dudas, el cariño nutre nuestra vida. Ahora bien, veamos cómo inculcar el valor del amor en los niños y niñas.



Conoce de qué manera inculcar el valor del amor en los niños

Algunas de las recomendaciones para transmitir el valor del amor a los niños y niñas son las siguientes:

  1. Que sean los principales protagonistas. Es decir, si reciben amor, podrán vivirlo “en carne propia” y experimentar cómo se siente. Cada padre debe encontrar su propio estilo al momento de demostrar su amor: algunos lo harán a través de palabras, otros a través de gestos. Lo importante es que los niños puedan vivenciarlo en primera persona.
  2. Validar sus emociones y decisiones. Validar significa ser reconocido por el otro, ser “tomado en serio”. Muchas veces minimizamos cómo se sienten los niños porque nos parece “una tontería” que lloren por ese motivo. O también desoímos sus preferencias porque “ya están grandes para eso”. Enseñarles el valor del amor implica que les damos un lugar y lo respetamos. Aun cuando no se pueda seguir adelante con ciertas decisiones, debemos explicarles de manera asertiva y cuidadosa.

    mano madre e hijo
    Cuando los hijos viven en un entorno amoroso, entienden que esa es la mejor forma de vivir y de vincularse con los demás.
  3. Traducir el amor a actos concretos. Muchas veces, lo pensamos como si se tratara de un concepto abstracto. Sin embargo, hay actos cotidianos que nos hablan de una relación de afecto e interés. Por ejemplo, compartir una comida, preguntar cómo estuvo el día, dejarle la comida lista a alguien que llega tarde, entre otras cosas.
  4. Amor también es poner límites. Otra manera de enseñar “amor del bueno” es mostrarles a los niños que los límites son saludables y necesarios, que nos ayudan a cuidarlos. Por ejemplo, podemos sentirnos tentados de comer mucho chocolate, porque nos encanta, pero hacerlo nos puede provocar dolor de panza. A medida que van creciendo, también los límites van cambiando. Practicar la frustración les permitirá valorar lo que tienen y aceptar que no siempre se puede decir que si a todo.
  5. Enseñar respeto. Inculcar y promover el buen trato, no emplear gritos ni malos modos a la hora de hacer un pedido, enseñar a no reírse de los demás ni ser cómplice de humillaciones o de burlas, también es una de las formas de una crianza basada en el amor. Por otro lado, es importante evitar el uso de palabras que pueden herir a otros. Por supuesto, debemos ser los primeros en poner todo esto en práctica. Una de las maneras más cercanas en que los niños aprenden a ejercitar el amor (y otros valores) es a través del cuidado de una mascota. Por ejemplo, ser responsables de sacar a dar un paseo al perro o asegurarnos de que tiene agua y comida. Es una actividad entretenida y amena para ponerlos a prueba.
  6. Aceptar a las personas con quienes tenemos diferencias. No es necesario que nos guste lo mismo, no precisamos caernos bien con todos nuestros compañeros. Estas ideas también debemos transmitírselas a los más chicos. El respeto por todas las personas, aun cuando no nos resulten de agrado. Por otro lado, hacerles saber que, en nuestras relaciones, también existirán desacuerdos. Aquí hay dos caminos: podemos marcar límites y hacer saber que no opinamos lo mismo o, en otras ocasiones, también podemos escucharnos y aprender de los otros.
  7. Depositar confianza. Una de las muestras de amor más grande que podemos enseñarles a los menores es que confiamos en ellos, que creemos que son capaces de aprender, de crecer y de lograr sus objetivos. La confianza no solo enriquece las relaciones, sino que también los ayuda a desarrollar una autoestima sólida.
  8. Conocerse. El amor también implica compartir, conversar y conocerse con el otro. Saber qué cosas le agradan y cuáles no, preguntar cómo se siente, a qué le tiene miedo o cuáles son sus proyectos. Es importante dedicar tiempo a las relaciones.
madre e hijo felices pasan un momento de alegria en la playa
El amor se aprende día a día, a través de las experiencias íntimas e intensas con nuestros padres o cuidadores desde las etapas más tempranas de la vida.


El amor no es solo un valor, también es salud

Es crucial saber que, en el vínculo de amor y de apego que se va tejiendo entre los progenitores y los niños, también está en juego su desarrollo y su crecimiento, así como se fortalecen otras habilidades necesarias para la vida. Por ejemplo, quienes reciben una crianza con amor, tendrán una autoestima más sólida, se sentirán capaces de aprender y se verán a sí mismos como personas valiosas. Sin dudas, todo ello impacta en la salud y en la calidad de vida. Por eso, el amor es más que un valor que queremos transmitir, es ofrecer futuro y bienestar.

Por último, también es relevante saber que aquellos pequeños que se sientan queridos, también serán adultos capaces de dar y de recibir amor.


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  • Bilbao, Alvaro (2015) El cerebro del niño explicado a los padres. Plataforma Actual.
  • Melendres Carlos, Victor. (2019). La importancia de inculcar el valor del amor desde la infancia: opinión de docentes de educación básica. XIV. 36-38.

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