¿Debería ser la maestra de mi hijo?

Ante la pregunta de ¿debería ser la maestra de mi hijo? En eres mamá te respondemos: Por supuesto.

Sé la maestra de tu hijo en todo lo que puedas. No importa si tus conocimientos no siempre son los óptimos.

Tu hijo ya tendrá en el colegio profesores capacitados que lo enseñen mejor, pero vale mucho que desde casa cada madre y padre eduque a su hijo de alguna manera.

El papel de la familia en la enseñanza de los menores

La familia es la primera escuela del hombre. Apenas nace el bebé sus padres comienzan una serie de enseñanzas que le servirán para comportarse como ser humano.

Mamá y papá son los responsables de que el niño aprenda a sentarse, gatear, hablar, caminar, correr, comer, bañarse solo… entre muchas otras habilidades.

Pero también en el hogar se le enseña al niño a cómo debe comportarse cuando está fuera de casa, hablarle a otras personas mayores y relacionarse con sus amigos.

La buena educación comienza desde casa.

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Reglas de la buena educación a enseñarle al niño

Mamá debes saber que existen reglas de la buena educación que tu hijo aprende en casa.

Por más que en el colegio los maestros se dediquen a instruirlo y educarlo, él llega a su etapa escolar con una buena o, en su defecto, una mala formación.

Desde su nacimiento y hasta su entrada a la escuela tuvo suficiente tiempo para imitar el comportamiento y maneras de pensar de sus progenitores.

Haciendo un repaso por todas las normas de conductas que debe seguir un niño en eres mamá te ofrecemos un breve resumen.

Ellas te ayudarán a introducir a tu pequeño en las buenas costumbres que debe seguir desde ahora y hasta su adultez.

Presta atención.

Tu hijo debe aprender a:
• Ofrecer disculpas cuando sea preciso
• Dar los buenos días, … tardes, … noches
• Dar las gracias
• Ser tolerante con los demás
• Pedir las cosas siempre “por favor

•Nunca estar sucio. El estar aseado y tener buena presencia física debe convertirse en una regla para él
• Evitar los escándalos y discusiones en público
• Escuchar atento a quienes le hablan
• Aplicar las reglas de cortesía
• Hablar en voz baja o en un tono moderado. Evitar gritar, sobre todo cuando se encuentra en locales cerrados
• No gesticular excesivamente mientras conversa
• Taparse la boca y la nariz cuando tose y estornuda, preferiblemente con un pañuelo
• No decir mentiras
• Comportarse debidamente cuando va de visita a otro lugar. Mantenerse tranquilo, sentado o jugando según se le indique
• Ser bondadoso
• Hacerle caso a las personas mayores y respetarlas
• No arrojar desperdicios en donde no se debe. Proteger la limpieza tanto de su casa como de su comunidad
• Ser humano con todos
• Nunca herir ni matar animales

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• No utilizar malas palabras en su vocabulario ni ofender a los demás
• Ceder el asiento a las niñas y las personas mayores
• Poner en práctica las reglas de etiqueta en la mesa. No importa si por su corta edad estas se resumen en sujetar lo mejor posible los cubiertos y comer con la boca cerrada. Desde el mismo momento en que el niño comparte la cena en familia debe aprender a comportarse lo mejor posible
• Brindarles cariño a quienes le rodean
• No interrumpir a los demás sobre todo si se trata de conversaciones entre personas mayores
• Ser cuidadoso con todo, tanto con sus pertenencias como las de bien común
• Ser servicial con los demás

¿Debería ser la maestra de mi hijo?

Sí, y más que la maestra debes ser la educadora de tu hijo.

Ten presente que poner en práctica las normas de la buena educación posibilita que tanto ahora como en el futuro tu hijo tenga una buena convivencia y relación con sus semejantes.

Los buenos modales hacen que vivamos en armonía con los otros y nos comportemos como seres civilizados.

Recuerda que ellos deben acompañar a tu hijo en cualquier escenario, incluso dentro de casa y deben convertirse en un hábito; no en reglas a poner en práctica solo cuando está frente a desconocidos.

Mamá, también enseña a tu hijo lo malo del mundo, porque a ello, quieras o no, deberá enfrentarse.

Muéstrale la codicia, la violencia, las drogas… y hazle saber por qué y cómo debe alejarse de ellas.

Háblale sobre el peligro de la procrastinación, la importancia de estudiar y prepararse para la vida, lo mucho que debe amar a su familia y todo lo que creas que va a servirle para que se convierta en una mujer o un hombre de bien.

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