Conseguir una anestesia intermedia para ser utilizada en los partos ha sido un objetivo de muchos estudios e investigaciones. Uno de los grandes logros en este sentido ha sido la anestesia walking epidural, cuya principal ventaja es disminuir el dolor sin paralizar a la madre. De esta manera, se puede colaborar en el proceso del parto con mayor tranquilidad.
Esta anestesia también es conocida como la epidural ambulante. Entre otras cosas, porque la parturienta puede moverse, y lo que se inhibe es el dolor abdominal.
El cuerpo no se adormece como sucede con otro tipo de anestesias, y esto puede ser sumamente útil en las primeras tres horas de trabajo de parto.
Los médicos aseguran que la wanking epidural es tan segura como las más convencionales o conocidas popularmente. La gran ventaja es que la madre puede adoptar la posición más cómoda para empujar.
Psicológicamente también es muy positiva, ya que la mujer se siente partícipe y posee autonomía en ese momento inolvidable.
Técnica de aplicación
Es un procedimiento similar al llevado a cabo en la epidural tradicional. La diferencia es el medicamento y la dosis administrada; la paciente se sienta y forma una “C” con su espalda, y la inyección se aplica entre las vértebras, donde la aguja coloca el catéter por el que pasará el anestésico.
Ventajas de la walking epidural en el parto
- Capacidad para moverse. Una vez aplicada, la mujer no pierde sensibilidad de sus miembros inferiores. El hecho de trasladarse sin sentir los dolores que ocasionan las contracciones, ayuda a una dilatación más rápida.
- Mayor comodidad. Al tener dominio de sus zonas inferiores, la madre puede acomodarse como lo desee. De esa forma, participa del parto de la forma que la haga sentir más segura.
- Mayor facilidad en el empuje. Una de las fases más duras y bellas a la vez es la fuerza a realizar para ayudar al bebé a salir. Está comprobado que con la walking epidural este momento es más sencillo para la madre.
- Efecto rápido. Una vez colocada, la walking epidural tiene impacto en menor cantidad de minutos que la tradicional.
- Menor retención urinaria. El hecho de que se inhiban menos estimulantes musculares no genera dificultades para orinar.
- Aplicación en diferentes fases. Esta anestesia se puede aplicar en cualquier momento del parto. Será el personal sanitario especialista, en combinación con la madre, quienes decidirán cuándo utilizarla.
Inconvenientes de la walking epidural
- El catéter no puede recolocarse.
- Provoca más náuseas que la epidural tradicional.
- Hay quien considera que puede haber una mínima incidencia en las piernas que provoquen algún golpe indeseado.
- Los opiáceos administrados causan picazón en la piel.
- Cefaleas.
Aunque parece milagrosa, lo cierto es que no siempre este tipo de anestesia puede administrarse. Como todo lo relacionado a la salud, hay que realizar evaluaciones para determinar qué anestesia aplicar.
Además, cuando el parto ya está en un estado avanzado, no se recomienda administrar la walking epidural; en esos casos es preferible utilizar la tradicional.
¿La aplican en todos los centros médicos?
Algunos hospitales aún no incorporan este tipo de anestesia, en muchos casos porque se requiere de un protocolo especial; los centros necesitan de mayor personal y recursos para partos con walking epidural.
La anestesia se aplica y se espera a que haga efecto. Antes de permitir a la paciente levantarse, hay que comprobar que tiene pleno dominio de sus piernas. Esto se realiza mediante técnicas específicas que no en todos los lugares pueden ser realizadas.
Siempre es necesario que la madre esté acompañada por una persona adulta de su confianza. Más allá del apoyo psicológico tan necesario para ese día, será de gran ayuda en los traslados. Cualquier efecto imprevisto de la anestesia puede ocasionar un malestar o accidente no favorable. La seguridad de tener a alguien al lado puede ser fundamental.
Como en todos los partos, es vital un control fetal. Mientras todas las circunstancias estén bajo supervisión, los riesgos pueden inhibirse y los médicos serán siempre los que garanticen lo mejor para la madre y el niño.
Pero estar informados y preparados es un compromiso que los padres deben asumir; su participación en todo lo que rodea al parto debe ser un acto de amor y de responsabilidad.