Viajar puede transformar por completo la vida de una persona. Conocer otros estilos de vida y diferentes culturas nos hacen cuestionarnos nuestro propio punto de vista sobre las cosas. Los más pequeños no escapan a esta experiencia. Viajar desde pequeño puede ser un evento revolucionario para la vida de una persona.
En un mundo donde todos corren detrás de sus horarios y obligaciones, pisar el freno y observar lo que nos rodea parece una panacea. Conocer nuevos destinos abre la mente y repercute positivamente en muchísimos planos de la vida.
Esto no aplica solo para los adultos. Los niños, quienes están en pleno proceso de descubrimiento del mundo, pueden quedar maravillados por todo lo que hay “allá afuera”. Acostumbrar a un chico a viajar desde pequeño es un excelente hábito que los padres pueden transmitir.
¿Por qué afirmamos esto? A continuación, profundizaremos en esta cuestión.
“Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente”
–Mark Twain–
Los beneficios de viajar
Aunque muchas veces desconfiemos –y con razón– de los milagros que las empresas turísticas atribuyen a los viajes, muchos de estos efectos positivos son ciertos. Coger la maleta y salir de casa unos días tiene grandes ventajas para el bienestar físico y emocional. Estos son algunos:
- Reduce el estrés: desconectar del trabajo, los problemas y los compromisos nos lleva a descansar plenamente, recuperar energías y, por ende, ser más felices. Es importante no planificar en exceso, ya que podríamos sufrir estrés posvacacional y regresar aún peor de lo que nos fuimos.
- Estimula el cerebro: conocer nuevos lugares, aromas, gustos y vivir nuevas experiencias ayuda a que el cerebro “trabaje” para asimilar todo lo que desconoce. Así, se mantiene la mente joven y capaz de seguir incorporando información.
- Colabora con el bienestar emocional: viajar mejora la autoestima, dado que implica desafíos personales como ubicarnos y acostumbrarnos a nuevas comidas, reglas y hasta idiomas. Además, las experiencias vividas aportan mucho más a nuestra felicidad que cualquier objeto que podamos comprar.
Viajar desde pequeño es aún mejor
Si la experiencia de salir de viaje brinda tantas ventajas a los adultos, para los pequeños estas se potencian. Ten en cuenta que para ellos salir de casa es, en muchas ocasiones, aventurarse a lo desconocido; tal vez ni siquiera sepan cómo de lejos queda el destino, cómo se llega ni cuándo volverán a casa.
Por lo tanto, podríamos resumir estos tres grandes beneficios de viajar para los niños en:
1.- Una nueva perspectiva
Cuando somos niños, la forma que nos inculcan para analizar e interpretar el mundo es la que determina nuestro punto de vista. Sin embargo, cuando un niño sale de su ciudad, país o continente, aprende a ver la vida con otros ojos.
Se dará cuenta entonces de que no todo se debe hacer como el aprendió. Entre tantas cosas por observar, incorporará nuevos hábitos para su vida y otros valores con respecto al trabajo, las relaciones humanas y el medio ambiente.
Además, podrá experimentar alimentos que nunca había probado o deportes característicos de ese lugar. El mundo está lleno de alternativas, solo es cuestión de ir en su búsqueda.
2.- La curiosidad se despierta
Como verá muchas cosas que no conocía y quizás ni siquiera imaginaba, al niño le surgirán muchas preguntas. ¿Por qué aquí se habla este idioma? ¿Por qué les gusta tanto esta comida? ¿Cómo se llama esa música?
Lo mejor de esto es que sus sentidos experimentarán una sensación intensa de avidez. Su atención estará 100% dedicada a identificar cada cosa que ven.
En consecuencia, también estarán fomentando su espíritu reflexivo, crítico y racional. Todo lo que existe y acontece tiene una razón de ser, y ellos querrán saberla a toda costa.
3.- Mejora las relaciones y la calidad de vida
Viajar desde pequeño con nuestra familia representa, además de lo anteriormente citado, un desafío para todos sus integrantes. Se necesita de colaboración, tolerancia y paciencia para soportar la presencia del otro durante las 24 horas, algo que quizás no ocurre en el día a día.
Se trata de una excelente oportunidad para profundizar lazos a través de nuevas experiencias. En los viajes, los hermanos y los padres dejan de ser familiares para ser acompañantes.
Tanto ellos como los niños afrontan experiencias nuevas, por lo que lo central es lo que pasa en el exterior y no lo que hace el otro.
“Después de viajar, la familia se mostrará más unida y flexible”
Consejos que hay que tener en cuenta al viajar con niños
Si vas a emprender un viaje con tus hijos, estas recomendaciones pueden serte de gran ayuda:
- No olvides llevar toda la documentación que puedas necesitar, incluso la libreta sanitaria.
- Empaca los elementos de seguridad, higiene y alimentación que un bebé o un niño pequeño pueda requerir.
- Un par de medicamentos -de los más genéricos- no vienen mal para salir de una urgencia (evita la automedicación, de todos modos).
- Planea actividades con tiempo suficiente para descansar o hacer ajustes de última hora.
- Evita lugares con demasiada gente, sin sombra o instalaciones adecuadas para recorrer con niños.
- Ten siempre a mano algún alimento, bebida y juguetes.
Finalmente, disponte a disfrutar. Si tomas los recaudos necesarios y con una buena predisposición por parte de los asistentes, un viaje puede convertirse en un recuerdo invaluable para un niño. Viajar desde pequeño es abrir una ventana al mundo que ofrecerá una brisa fresca por el resto de sus vidas.
Bibliografía
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- SJD Hospital staff. (2016). Los beneficios de viajar para los niños. Faros. El observatorio de la salud y el bienestar para tus hijos. Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona. https://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/beneficios-viajar-ninos