Autoconcepto: ¿qué es y cómo se forma?

El autoconcepto se define como la opinión que hace o tiene una persona de sí misma. Claro está, normalmente valorada en un juicio razonable. No debe confundirse con la autoestima, aunque ambos conceptos están relacionados.

El autoconcepto se forma desde que somos niños.

Es normal que en la valoración del autoconcepto entren en juego un gran número de variables. En muchos casos, estarán condicionadas o influenciadas por lo que nos rodea y nuestra relación con el entorno.

A continuación, definimos a qué nos referimos cuando hablamos de autoconcepto y cómo se gesta.

Diferencia entre autoconcepto y autoestima

El autoconcepto está definido por la opinión sobre uno mismo. Se trata de un conjunto de ideas y creencias que nos permiten hacernos una imagen delante de otros. Es, esencialmente, nuestra singularidad como individuos.

No obstante, cuando hablamos de autoestima nos referimos a ese componente de emociones que le agregamos a dicha imagen para que tome personalidad. Es un concepto que llega a ser hasta subjetivo. Esa personalidad puede ser negativa o positiva.

El autoconcepto como teoría

Hay quienes han dividido esta percepción propia en dos grupos:

  • Identidad personal
  • Identidad social

En el ámbito personal, entran en juego variables como los rasgos personales y otras características que nos hacen únicos.

En cambio, el ámbito social se ve alterado o modificado por el entorno que compartimos con los demás.

Por ejemplo, la religión que profesamos, la comunidad donde vivimos, la institución donde estudiamos, nuestra familia. Asimismo, también es modificado en el tiempo por nuestra experiencia en la vida.
La primera relación amorosa suele surgir en la adolescencia.

Ejemplo del autoconcepto

Resulta hasta impresionante como muchas personas crean un concepto de sí mismas basado en distorsiones. Por ejemplo, las personas que han llegado a sufrir de anorexia tienen una imagen distorsionada de sí en el espejo, diferente a lo que otras ven.

Por eso se aferran a sus dietas y no reconocen tener un trastorno. Este es un claro ejemplo de cómo el entorno social y publicitario pueden condicionar la imagen que tenemos de nosotros mismos.

“El autoconcepto es un conjunto de ideas y creencias que nos permiten hacernos una imagen delante de otros”

Pero también hay ejemplos positivos. La persona que se valora a sí misma se plantea metas y dirige sus esfuerzos hacia esa realización, manteniendo una actitud positiva: “¡Sí puedo lograrlo!”.

Además, está dispuesta a influir en su entorno con esa misma actitud. Esta persona va a hacer valer sus ideas donde esté. Su autoconcepto le retribuye beneficios tangibles.

Formación del autoconcepto

El autoconcepto no resulta ser solo una visión egocentrista de nosotros mismos. Tampoco es algo estático, sino que el factor social también lo determina.

Por eso para formar el autoconcepto, es importante que la persona tenga en cuenta estos puntos:

  • Hállale sentido a la vida.
  • Desarrolla tus habilidades y cree firmemente en ellas.
  • Socializa con tu entorno.
  • No te cierres a nuevas experiencias. Sé una persona dispuesta a cambiar.
  • Sé alguien optimista y mantén una buena actitud.
  • Ponte metas en la vida a corto y largo plazo.
  • Sé un individuo productivo.
  • Mantente atento a aportar soluciones a diferentes problemas.

6 características del autoconcepto

  • Organización. La persona, para reducir los niveles de complejidad de una o varias situaciones, las asocia a una categoría.
  • Multifacético. Logra dar atención a diversas actividades en su entorno, a la vez que se marca prioridades para atenderlas.
  • Ordenado. Establece una base o punto de partida y, a partir de allí, actúa y tiene la potestad de variar en el tiempo según la posición jerárquica que haya establecido.
  • Experimental. Se va nutriendo de experiencia para formar su autoconcepto que, en un determinado momento, puede parecer algo global o abarcador pero que tiene, a su vez, características distintivas.
  • Valorativo. Se permite en el tiempo evaluarse a razón de otros conceptos o ideas que surgen en su entorno o aprendizaje.
  • Diferenciable. A partir de una idea o concepto puede manejar variables que debe tomar en cuenta, pero manteniendo sus valores de juicio.

La confianza en uno mismo es una parte del autoconcepto.

4 funciones del autoconcepto

Como hemos visto, el autoconcepto se lo forma el propio individuo a partir de la idea que otros tengan de él, y le beneficia de las siguientes formas:

  • Le permite relacionarse con otros individuos y con el medio que lo rodea.
  • Satisface las necesidades básicas que crean su personalidad.
  • Condiciona su conducta.
  • Aumenta la competencia social entre individuos.

Finalmente, el objetivo es comenzar a conocerse a sí mismo y a los otros, de manera que esas vivencias nutran a uno como persona y sienta la satisfacción de ser un individuo integral.

A la vez, se debe estar dispuesto a ajustar las opiniones y conceptos de forma coherente con la finalidad de tener una identidad propia.

Bibliografía

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