La crisis de identidad en la adolescencia forma parte de la transición entre la infancia y la adultez. En vista de las diversas alteraciones que se producen en el organismo a nivel biológico, el joven también se ve afectado en el ámbito psicológico.
En otras palabras, en el camino hacia la madurez cualquier persona puede caer en una crisis de identidad. No obstante, con el tiempo y paciencia, se puede superar sin mayor dificultad.
Causas
La búsqueda de la identidad implica muchos altibajos en la adolescencia. En este momento de la vida se experimentan las emociones con gran intensidad ante cualquier estímulo. Como por ejemplo, sentirse intensamente feliz por algo simple y trivial, o el aumento de endorfinas que genera el enamoramiento.
Todo lo anterior ocurre de forma tan intensa como breve. El joven puede oscilar en estados anímicos opuestos en un solo día. El punto es que, dichos cambios no siempre van en sintonía con la madurez psicológica del joven, por lo que, si son demasiado bruscos, pueden llegar a generar una crisis de identidad en la adolescencia.
La crisis de identidad en la adolescencia
Además del aspecto biológico y psicológico, en la crisis de identidad también inciden los factores externos, que ciertamente pueden aumentar la posibilidad de desencadenar una manifestación u otra de la misma.
Mientras que en algunos adolescentes se nota incluso en sus estética, en otros apenas se percibe. No todos son iguales.
Debemos recordar que en esta etapa nuestro hijo comenzará a construir su identidad como adulto, de ahí que no tomemos tan a la ligera la educación y correcta disciplina en esta etapa.
Ámbito familiar
El adolescente puede percibir un endurecimiento de las normas en el hogar; ya que perciben la disciplina del hogar una forma distinta. Perciben las consecuencias de sus acciones, que a diferencia de lo que ocurre en la niñez, resulta más evidente.
La ”nueva” disciplina en el hogar puede generarle al adolescente cierta resistencia a la idea de madurar, así como también crearle angustia al no poder regresar a un estado anterior donde se sentía más querido y protegido por sus progenitores.
Hay que recordar que las crisis de identidad se tratan de un proceso de adaptación.
No se trata de castigarlos sino de ayudarles a que puedan ajustarse correctamente a los principios básicos de disciplina, higiene, esfuerzo escolar, respeto, y en los demás rasgos en general que son deseables para la vida adulta.
Tenemos que tener muy en cuenta que como padres, somos el modelo principal a seguir de nuestros hijos, por lo cual cumplir con dicho rol es vital para generar una homeóstasis en el hogar.
Por ejemplo, padres fumadores que les prohíben a sus hijos fumar, pueden generar un resultado indeseado ya que no ha quedado claro el ejemplo.
Ámbito social
Durante esta etapa se desarrollarán la mayoría de las habilidades sociales que el joven denotará como adulto, así como también se empiezan a adquirir (o ampliar) los gustos respecto a música, lectura, actividades recreativas, atracción sexual hacia otros, etcétera.
Los cambios generan una enorme inseguridad ante la posibilidad de experimentar un rechazo social en esta etapa. Por ejemplo, el exceso de peso en el cuerpo puede causar sentimientos de inferioridad, angustia y tristeza que pueden derivar en una crisis de identidad.
Como padres, fomentar la autoestima, el amor propio y la asertividad en nuestros hijos les permitirá tomar decisiones que no sean controladas por las modas o los grupos sociales.
¿Qué NO es una crisis de identidad en la adolescencia?
Los adolescentes experimentarán cambios físicos, psicológicos y emocionales, de eso no hay duda. Nuestro hijo podrá pasar por etapas permisibles, las cuales pueden llegar a ser extrañas a ojos de sus padres, pero no hay por qué alarmarse ni reprocharles todo.
La aparición del gusto por un tipo especial de música es el mejor ejemplo que hace que muchos adolescentes adopten relativamente rápido un nuevo código propio de vestimenta. El compromiso con alguna causa social, como el respeto animal, o bien, manifestar opiniones políticas controvertidas.
Nuestro hijo adolescente puede denotar una gran variedad de intereses sobre temas serios o triviales. Esto es normal en un adolescente que se encuentra en búsqueda de su identidad.
Bibliografía
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