Fatiga escolar, ¿qué puedes hacer por tu hijo?

Desde el hogar se puede intervenir de muchas maneras para prevenir la fatiga laboral. Una buena conversación con los hijos es necesaria para identificar los problemas.

La clave para ayudar a nuestros hijos a vencer la fatiga escolar es conocer las causas de esta. No siempre es normal que un niño esté cansado, por eso debemos estar atentos a todas las señales, pues tal vez estemos dejando de dar importancia a un asunto grave.

Existen muchas razones por las cuales un niño demuestre cansancio escolar, pero no sabremos aquellas que afectan al nuestro si no investigamos, observamos y hacemos las preguntas correctas. Para descartar posibles problemas de cuidado, es necesario que tengamos una buena comunicación con los hijos y los maestros.

Los problemas más comunes

El niño experimenta fatiga escolar debido a factores internos y externos, lo principal es detectarlos con seguridad, porque podemos estar forzándolos a hacer algo muy difícil para ellos. Que un niño llegue cansado a la escuela, implica que descienda su rendimiento escolar; no obstante, los problemas de aprendizaje, podrían ser la causa de su agotamiento.

Una vez que los padres nos demos cuenta de que algo no va bien con nuestro hijo en la escuela, podemos comenzar por descartar los problemas más comunes en estos casos, entre los cuales cabe mencionar.

  • Poco descanso antes de ir a la escuela o trastornos de sueño
  • Falta de estímulo para aprender
  • Cansancio físico por actividades extraescolares
  • Problemas de aprendizaje
  • Acoso escolar o bullying
  • Dificultades en la visión
  • Conflictos familiares
  • Dificultad para adaptarse
  • Preocupación por su rendimiento

Estas posibles causas pueden lograr que el niño de alguna manera se sienta enfermo y ponga excusa para no ir a la escuela, pero siempre lo más importante es preocuparse por conseguir la verdadera razón antes que obligarlo a ir sin miramientos.

Uno de los principales errores que podemos cometer los padres en estos casos es ignorar el problema o pensar que se trata de pereza del niño; es normal que este no quiera ir a clases en algunos días, pero cuando esto se prolonga, es motivo para estar alertas.

¿Cómo ayudar a tu hijo a superar la fatiga escolar?

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Este tema es importante, porque no solo se trata de las dificultades que el niño tenga para aprender, sino también de los posibles conflictos emocionales que pueden afectarlo más adelante. Para un niño es tan preocupante su fatiga como lo puede ser para los padres y los maestros, sobre todo si las causas están relacionadas con su salud y su bienestar.

Permitir que tu hijo asista a la escuela con problemas de visión, con sueño o con inconvenientes de bullying, es muy delicado; afecta su salud y puede ser motivo de un trastorno mayor. En tal sentido, para ayudarlo te recomendamos atender a los siguientes consejos.

  • Mantener una buena comunicación

Esto implica relacionarse con los maestros para poder identificar en donde están las dificultades y al mismo tiempo, hablar con el niño para escuchar su versión de los hechos.
Es importante estar calmados y hacerles ver que queremos ayudarle, porque si el niño cree que se trata de un reproche, tal vez se cierre a contarnos lo que pasa.

  • Procurar su correcto descanso

    Es muy importante procurar que el niño duerma adecuadamente, así como regular su descanso entre actividades diarias. A veces son los deberes o las distintas programaciones extra cátedra, lo que causan el agotamiento físico y mental; pero el insomnio también puede venir por estas mismas razones.

     

     

    Si el problema de nuestro hijo no fuera su descanso, el dormir apropiadamente le va a traer beneficios en cualquiera que fuera su inconveniente.

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  • Garantizar su salud

    Tanto el descanso como la buena alimentación, nos ayudan a mejorar las condiciones de aprendizaje de los niños. Para complementar su bienestar, es necesario asegurarse de que no tiene problemas de aprendizaje o algún trastorno físico.

    Es recomendable que un especialista nos garantice que no tiene dificultad de visión u otro problema de salud, lo cual se esté reflejando en las señales de fatiga escolar.

  • Proveer de estímulos

    Una vez que nos aseguremos de que no hay un problema mayor, podemos comenzar por estimular su aprendizaje. Hacer ensayos de las actividades que han aprendido, con el fin de que sienta seguridad a la hora de realizar sus evaluaciones.

    Planificar horarios para los deberes, para que el niño se acostumbre a un programa de estudio en casa, que le ayuda a resolver sus dudas en casa y ofrece un descanso adecuado.
    También es importante motivarlo para aprender, que sepa la importancia de lo que le enseñan en la escuela y lo valioso que puede ser para su vida futura.

  • Enseñarle a mejorar su relación

    Es conveniente animar al niño a que mejore su relación con maestros y compañeros, con el propósito de que se sienta más seguro al llegar a la escuela.

    Podemos decirle que se sienta en confianza de preguntar lo que no entienda o por aquello que sienta curiosidad. Igualmente se le debe explicar que sus compañeros están en la misma situación que él y que nada le puede pasar si confía en sí mismo.

    Es preciso que acostumbres a tu hijo a comunicarse con los adultos a su cargo, para que tenga la iniciativa de contar lo que le pase.

 

Bibliografía

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