Ante la incertidumbre de la pregunta “¿a qué edad llevar a mi hijo de viaje?” podemos encontrar opiniones diferentes. Habrá quien diga que ¡a cualquiera!, siempre y cuando se tomen las medidas de seguridad necesarias para proteger al niño.
Otros, en cambio, tendrán más recelo a la hora de afirmar que debe ser a una edad específica. Un tercer grupo concluirá que mientras los niños sean bebés solo deben salir de casa por motivos estrictamente necesarios y, por lo tanto, nunca para irse de vacaciones con sus padres.
Ahora bien, sea cual sea tu consideración, te recomendamos que leas lo que te explicamos a continuación:
Cuando llevas a tu hijo de viaje por primera vez cambias su rutina de vida
En el momento en que lleves a tu hijo de viaje por primera vez, ten por seguro que se alejará de su rutina habitual. Desde el momento que nacen, los bebés comienzan a hacer suyas las distintas prácticas que los padres y familia comienzan a inculcarle.
Tanto si tu hijo tiene pocos meses de vida, como si ha cumplido sus primeros años, seguro que habrá aprendido ya que la hora del baño, la toma del biberón, de la leche materna o de la papilla se realiza a unas horas determinadas.
Es cierto que cuando se sale con un niño de vacaciones el ritmo de su vida y, en consecuencia, de la tuya cambian totalmente. Los horarios que en casa están perfectamente establecidos se van a ver interrumpidos por numerosos imprevistos. Ahora bien, decir que eso es malo o bueno para tu hijo queda a tu elección.
Cada familia sigue su propio método para criar a sus hijos, así como cada niño se adapta de una determinada manera a los cambios que le suceden en su vida diaria.
Con el tiempo, todos los viajes terminan en el mismo lugar, en casa
—Chris Geiger—
Pormenores a tener en cuenta cuando lleves a tu hijo de viaje
A pesar de que tú eres la principal responsable de la crianza y el cuidado de tu hijo, no podemos dejar de recordarte que, cuando lleves a tu hijo de viaje, debes asegurarte de que tanto el trayecto como la visita al lugar deseado sean seguros.
Sea cual sea la edad de tu hijo, siempre existen precauciones que debes tomar para preservar su integridad física y psicológica.
Aquí te señalamos las más importantes: busca un transporte seguro, un destino donde no existan peligros, un clima adecuado para él y unas condiciones alimenticias y sanitarias que estén garantizadas en su totalidad.
Las necesidades de tu hijo deben ocupar el primer lugar en tu lista de prioridades en cualquiera de tus viajes.
Que la edad de tu hijo esté en correspondencia con el tipo de viaje que vas a realizar
No es difícil darse cuenta de que un bebé con pocos meses de vida se sentirá inseguro si se desplaza en una mochila portabebés sujeta a la espalda de su madre mientras ella pedalea en bicicleta por un terreno pedregoso.
El ecoturismo o el mountain bike no será nunca una actividad adecuada para un niño recién nacido. Quizás, si el niño tuviera 5 años y quisiera aprender a montar en bicicleta, como madre que eres le podrías llevar a dar un corto paseo por el bosque tomando las precauciones necesarias.
Con este ejemplo un poco descabellado queremos enfatizar la idea de que el medio de transporte, el lugar a visitar y las actividades que se realizan deben estar en correspondencia con la edad de tu hijo.
Llevar a tu hijo de viaje debe ser, en todos los sentidos, una experiencia gratificante
Los viajes y vacaciones con los niños deberían dejar siempre experiencias y recuerdos agradables. Que tu hijo pueda conocer otros lugares, costumbres y culturas nuevas le aportará numerosos conocimientos y beneficios.
Una familia disfruta de sus vacaciones cuando sabe tomar las precauciones a su debido tiempo y con el rigor que merecen. Recuerda que cuando se viaja acompañado de niños es mejor no dejar espacio a las sorpresas.
¿A qué edad puedes llevar a tu hijo de viaje por primera vez? La respuesta queda a tu elección porque tú eres su madre y, como tal, cuentas con el debido sentido común para responderte a ti misma.
Solo te aconsejamos no prestar oídos sordos a las personas que tengan ya experiencia y que puedan darte un consejo al respecto y, sobre todo, al criterio de tu pediatra. Su opinión, en cualquier caso, es la que debe prevalecer.