Mamá, solo te pido un favor: enséñame a luchar por mis sueños. Muéstrame la importancia de perseguir ideales. De abrazar con pasión mis ideas. De forjar convicciones con la fuerza de mis ilusiones y esperanzas. Eso es todo lo que quiero para ser esa persona de bien que siempre deseaste formar.
Querida mami, es que ciertamente no todo en la vida se reduce a calificaciones. Son simplemente un valor numérico. Una cuestión meramente simbólica. Mi futuro no consiste en una simple nota que tienda a clasificar. No quiero comparaciones tampoco.
Mi valor no se mide con lo que marcan unos parámetros. Lo que realmente importa es mi interés, mi integridad y mis ganas de seguir aprendiendo. De saber de verdad las cosas que los demás ignoran.
Pues, madre mía, al fin y al cabo hay solo una verdad. Tú eres la encargada de construir mi futuro. Lo haces tan bien que, con total certeza y convicción, puedo afirmar que no existirá mejor porvenir para mí. Te amo mami, y agradezco todo lo que haces día a día por mí.
Enséñame a luchar por mis sueños
Enséñame desde pequeño a luchar por mis sueños para que, de mayor, salga a comerme el mundo. Arrebataré mis más profundos anhelos, arremeteré contra la vida misma. Si lo haces, de adulto continuaré siendo entonces ese ser puro e inocente, que seguirá creyendo con todas sus fuerzas en el mundo.
Es que, mamá, de este modo seré capaz de trabajar por lo que deseo. Motivado, incentivado, con fe y esperanza. Solo de esa manera no me limitaré a luchar simplemente por un salario. Tendré una estrella que me guíe y me direccione a lo largo del camino de mi vida. Noche a noche, día a día.
Ese sueño será mi razón de vivir y de pelear. Me levantaré en cada caída para volver a intentarlo, hasta el cansancio. Incúlcame una vocación, una afición que me impulse a seguir. No importarán las condiciones ni las circunstancias. No habrá ninguna clase de limitaciones ni barreras.
El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños
-Eleanor Roosevelt-
La clave para luchar por mis sueños
La clave para luchar por mis sueños reside en unos cuantos condimentos imprescindibles. Son tan necesarios como inprescindibles para poder ir hacia adelante. Aniquilando miedos, disipando temores. La permanencia, perseverancia y persistencia deben primar ante cualquier obstáculo o traba.
Adiós a los desalientos, no existen imposibilidades. Únicamente existen alas que me permitirán volar. Cree en mí, confía en mi potencial. Abraza y cuida mi ser, fomenta mi personalidad y autoestima. Alimenta a diario mi independencia y mi libertad.
Conviérteme con el correr del tiempo en un alma fuerte, poderosa. No existen debilidades. Explícame todo lo que necesitaré para soñar este mágico sueño, que es la razón de mi vida para seguir soñando. Acción y reacción, pero sobre todo, una estructura. No hay lugar para planes improvisados cuando se trata de imaginar a lo grande y construir murallas.
Sobre todo, necesito creer. Conlleva ciertas dosis de optimismo y una mente igual de fría que de positiva. Para ello, necesito la templanza y tenacidad de los distinguidos seres obstinados que hicieron historia. Finalmente, todo deseo se inicia queriéndolo con insistencia, pero también luchando.
Un cielo de estrellas para luchar por mis sueños
Te entrego cada uno de mis sueños para que los cuides y protejas para siempre. No olvides que mi deseo más profundo es una estrella capaz de dar vida a toda una constelación. Mi futuro. El camino estará así compuesto por un conjunto de luces brillantes y parpadeantes.
Iluminarán el camino a seguir. No importan las nubes que se crucen en mi camino. Sé que ellas siempre estarán allí para guiarme e iluminarme. De ese modo, mami, llegaré a mi destino. A esa meta tan ansiada y esperada. Y esa, mami, será mi misión en esta vida: cumplir mis deseos para vivir la vida al máximo.
Por eso, hermosa heroína de mis días, te lo pido una vez más. Enséñame a luchar por sueños e ideales. Para un futuro mejor que me permita ser una mejor persona. Para transitar por este mundo honrando la vida. Simplemente, para ser feliz y pleno. ¡Gracias mami, sé que lo haces mejor que nadie!