5 Claves para prevenir el analfabetismo emocional

El analfabetismo emocional es un concepto que hace alusión a la incapacidad para moverse, sentirse cómodos, manejarse y ser dueños de nuestras emociones. Señala la carencia de desarrollo de las habilidades emocionales más básicas. En tal sentido, se puede decir que todos nacemos de alguna manera analfabetas en este aspecto.

Por lo tanto, queda de parte de los padres educar a sus hijos en este sentido para que el analfabetismo emocional no los acompañe hasta la edad adulta. Se tienen entendido, que podemos prevenirlo mediante la atención a las emociones básicas.

¿Cómo se observa el analfabetismo emocional?

La educación emocional no es algo que se enseña en la escuela. Es el aprendizaje que los niños asimilan desde que nacen dependiendo de su entorno y relación con las demás personas.

Por otra parte, la inteligencia emocional se desarrolla a medida que se practique y en qué cantidad. Ayuda a ser más empáticos, sociables y tener una mayor confianza de sí mismo, por lo cual ayudará a que las personas sean más felices.

Para reconocer que una persona sufre de esta carencia podemos observar las siguientes señales:

 

  • Fanatismo político, deportivo, ideológico, religioso, sexual. Muchas veces se relaciona a aspectos como el separatismo, patriotismo o racismo.
  • Manifestación enfermiza de querer tener razón en todo
  • Actitud autócrata, no solo es apreciable a nivel político; también se percibe a nivel individual en distintos contextos
  • Intolerancia a las críticas e inflexibilidad
  • Represión, censura
  • Estrés
  • Sometimiento físico, emocional y psicológico
  • Adicciones diversas: trabajo, juegos, alcohol, drogas, comida, sexo
  • Pesimismo
  • Violencia
  • Victimismo
  • Enfermedades crónicas diversas


 

5 claves para desarrollar prevenir el analfabetismo emocional

Para poder educar a los niños en cuanto al manejo de sus emociones, es importante que los padres sepamos manejarlas.

Al respecto, existen elementos básicos que atender desde el interior. Aun cuando no hayamos recibido este tipo de educación, la relación social permite adecuarnos.

Estas claves son indispensables para tener conciencia de nuestras emociones:

 

  • Reconocerlas emociones. Darse cuenta de lo que se siente, a veces sentimos cosas que no reconocemos; pero es importante, saber que existen.
  • Aceptarlo que sentimos. Es conveniente no negar las cosas que se sienten, sea lo que sea. Sobre todo, es importante que reconozcamos los sentimientos como nuestros. Sabemos que ciertas emociones tal vez nos avergüenzan, pero hay que afrontarlo.
  • Gestionarlas emociones. Considerar que hay un espacio, un tiempo o un lapso, que hace que la persona pueda observar y decidir qué desea hacer con lo que siente. Darnos tiempo y permitir que las emociones afloren en el momento correcto.
  • Expresarse con libertad. Una vez que se tome la decisión, sienta la libertad para demostrar esa emoción, y que es libre de expresarlo como quiere.
  • Crear nuestras propias emociones. Es posible generar emociones desde el interior. Esto puede facilitar la vida, tanto en lo personal, como en lo interpersonal. Es preciso estar consciente de que esto puede ser percibido por los demás y afectarnos para bien o para mal.

 

¿Cómo ayudar a los niños en este proceso?

Como hemos dicho, esto no es algo que se aprende en la escuela o con instrucciones exactas. Las habilidades emocionales se desarrollan por medio de las experiencias diarias. La conexión con nuestro entorno y las orientaciones familiares son determinantes.

Ayudar a los niños a evolucionar en este aspecto es una misión  la que nos podemos acercar siguiendo estas recomendaciones.

Conexión con el bebé

Es importante la forma en que los padres se dirigen a sus hijitos. Esta interacción genera conexiones neuronales que trazan su mapa mental, por ejemplo, mirarlo, hablarle, reaccionar a sus emociones. La inteligencia emocional se enseña desde que el niño está en el vientre materno.

Escuchar al niño

Entre lo más importante para el desarrollo emocional es el ejemplo. Es decir, así como se trate al niño, este tratará a los demás. Si los padres son alegres, cariñosos y respetuosos, el hijo lo tomará como un ejemplo y lo ejecutará. El método de escucha activa es muy importante para que el bebé se sienta atendido al saber que se le está prestando la atención adecuada.

Ayudar al niño a identificar emociones

Es imprescindible que los niños sean capaces desde muy pequeños de identificar y darle nombre a sus emociones y sentimientos. Que se sientan libres de expresarlos sin ningún miedo y aceptarlos.

El enojo, la tristeza o la felicidad, tienen el mismo valor. Se puede hacer mediante juegos o libros para que desarrolle emociones más complejas como la frustración.

Que expresen sus emociones

Es normal que cuando los niños están muy pequeños, no sepan lo que realmente están sintiendo y de qué manera pueden reaccionar. Por lo tanto, lo más común es el llanto y la rabieta. Es por ello que se les debe hablar de que no pasa nada al llorar o por tener miedo. Es conveniente que sepan que hay mociones positivas y negativas, y que además son normales. Nunca debemos burlarnos de sus emociones.

El contacto físico

La inteligencia emocional se practica muy bien con el contacto físico. Las caricias, los abrazos y besos son indispensables para los niños. La cercanía los hace sentir más seguros con mucha confianza en sí mismos, lo cual genera una sensación de bienestar.

 

Bibliografía

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