Riesgos de la retención de placenta

Riesgos de la retención de placenta

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 27 abril, 2020

El parto no termina cuando nace el bebé, la expulsión de la placenta se describe como la tercera fase vital del proceso. Esta fase puede ser mucho más fácil y rápida, porque sucede posterior al esfuerzo de la expulsión del bebé. Hay métodos que implican el uso de una inyección de oxitocina sintética para inducir contracciones uterinas, que ayudan a expulsar la placenta.

¿Qué es la retención de la placenta?

En ocasiones, la expulsión de la placenta no siempre se produce inmediatamente después del parto de forma natural. Cuando la placenta no es expulsada en la primera hora tras el proceso de alumbramiento, puede generar ciertos riesgos.

La placenta retenida ocurre también cuando una parte de la placenta no es expulsada. La retención por lo general sucede en el parto vaginal, pero durante la cesárea puede no haberse retirado por completo.

Esto se puede determinar al estudiar si la placenta tiene un desgarro o se nota que no es toda la placenta. En casos raros, la retención de la placenta no presenta síntomas al instante, sino que aparecen poco a poco.

¿Qué causa la retención de placenta?

Las mujeres que sufren de placenta retenida, siempre evidencian ciertas causas conocidas.

Algunos factores pueden aumentar el riesgo de retención de placenta. Entre las principales causas se encuentran:

  • La placenta se implantó dentro de una cicatriz en el útero
  • Hubo un nacimiento prematuro
  • Parto inducido
  • Placenta lobulados u otras anormalidades de la placentarias

Si una mujer presenta unos de estos riesgos no se debe alterar, y no puede considerar esto como una garantía de complicaciones a futuro. El doctor sabrá como indicar las instrucciones pertinentes. Por esta razón, es importante que la madre esté pendiente durante la tercera fase del nacimiento de su bebé.

Signos y síntomas

Para identificar que existe retención de placenta, es preciso atender a las siguientes señales.

  • Hemorragia posparto, mucho después de la aparente expulsión de la placenta
  • Extraño flujo vaginal, especialmente con mal olor
  • Fiebre
  • Calambres
  • Grietas o rasgaduras en la placenta expulsada
  • Producción de leche tardía

La mayoría de las mujeres con los problemas en el posparto normalmente se preocupan por una baja producción o retraso de leche. En el caso de la placenta retenida hay un fuerte retraso, considerable cuando existen sospechas de que ocurra este trastorno.

Tratamiento

Si la madre tiene una tercera etapa natural y llega un momento donde no se expulsa la placenta, probablemente el doctor encargado querrá inyectarla con oxitocina sintética. Esta inyección ayuda a estimular el útero y que este se contraiga. Esto ayudará a expulsar la placenta, pero si esto no funciona, el doctor intentará con otro medicamento.

Si existe la preocupación de infección cuando se dio de alta, algunos doctores harán que reingrese la madre. En este caso se realiza un procedimiento ambulatorio para eliminar la retención de la placenta. Al ir a casa se le indicarán antibióticos vía oral para prevenir y tratar los signos de infección.

¿La retención de placenta se puede prevenir?

Todos los partos son diferentes, por lo cual es muy difícil reducir riesgos de complicaciones raras. Si la mujer ha tenido una placenta retenida con un nacimiento anterior, es probable que tenga un mayor riesgo de tener otro. Por lo  tanto, el especialista debe tener mucho cuidado y prestar mucha atención durante la tercera fase.

Cuando el nacimiento es de bajo riesgo, no se producen muchas intervenciones médicas, entonces menor será el peligro de complicaciones. Se debe tener a la madre y al bebé juntos, el contacto piel a piel y sin molestias, esto puede reducir el riesgo de placenta retenida.

Evitar aquellas inducciones que son innecesarias, demasiado oxitocina sintética puede causar atonía uterina. Esto sucede cuando el útero no se está contrayendo de manera efectiva, porque no está en óptimas condiciones. Por eso es importante la elección y comunicación con el partero o médico. Es conveniente establecer una confianza para entrar con mayor seguridad de que no habrá complicaciones inesperadas.

 

 


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.