Breastsleeping: porque dormir “con teta” también es normal y saludable

Breastsleeping

Seguro que a ti te ha ocurrido más de una vez. Despertarte por la noche porque tu bebé está llorando y darle el pecho. En ocasiones ni tan solo se alimentan: lo único que necesitan es el pecho de mamá para relajarse y, de este modo conciliar el sueño. Es lo que se conoce como breastsleeping.

No hace mucho en “Eres Mamá” te hablamos del concepto de tetanalgesia. Es un concepto casi idéntico que conforman una misma realidad: la necesidad de cercanía entre la madre y el hijo para aliviar el estrés gracias al pecho, a la teta. No obstante, en este caso se le añade esa magia donde el descanso del bebé puede propiciarse de un modo más óptimo: practicando el colecho al mismo tiempo que la alimentación.

Algo que muchas mamás vienen practicando desde hace años recibe ahora nuevas e interesantes investigaciones que pasamos a explicarte. Queda claro, sin duda, que cada familia es muy libre de llevar a cabo o no esta práctica. Hay mamás que dejan a un lado la lactancia para pasar directamente al biberón. También hay familias que no terminan de ver con buenos ojos el colecho. Es algo personal e igual de respetable.

Sin embargo, nunca está de más conocer estas realidades no exentas de gran interés teórico y práctico.

Breastsleeping o dormir con teta

El término breastsleeping ha sido rescatado por el antropólogo, experto en sueño y en desarrollo infantil James McKenna. Según él mismo nos explica, cuando una madre amamanta a su bebé y luego comparte la cama, se crea un escenario mucho más íntimo y seguro.

El hecho de tener que levantarnos cada pocas horas para dar el biberón o el pecho al bebé, y dejarlo posteriormente en la cuna, genera en muchos bebés el clásico estrés por separación. Sabemos que no todos los niños reaccionan igual, pero el breastsleeping crea, para empezar, un vínculo mucho más íntimo y fuerte entre el bebé y su madre.

Veamos más datos a continuación.

El breastsleeping para los primeros meses de vida del bebé

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Según nos explican varios estudios, una forma de asentar esa impronta biológica entre el bebé y su madre es favorecer la cercanía entre ambos durante los primeros meses de vida.

La lactancia, practicar el método canguro de piel con piel o incluso el colecho, favorece el desarrollo neuronal del recién nacido. Se trata de estar “pegados” el mayor tiempo posible. De ahí, que el breastsleeping se alce como un mecanismo maravilloso donde se satisfacen todas las necesidades del niño: alimento, calor, cariño, seguridad…

Se sabe también que existe un período crítico sensitivo donde el bebé, donde nada más nacer, necesita el pezón de su madre para poder madurar neurológicamente.

  • El pezón estimula las células nerviosas de la mucosa del paladar hasta el bulbo olfatorio del bebé. Este proceso excepcional favorece múltiples procesos internos que no deberíamos “romper”, ofreciéndole al bebé un simple chupete la mayor parte del tiempo.
  • Cuando el bebé no tenga el pezón de su madre, los sustituirá por un dedo. Así pues, debemos tenerlo claro, la necesidad de tener el pecho de la madre en la boca no es una simple manía que debamos eliminar. Esta necesidad, esta conducta, irá madurando y desapareciendo por sí mismo al cabo del tiempo.
  • Cada etapa tiene su vital importancia. Si la respetamos, si la favorecemos, optimizamos el desarrollo de nuestros hijos, de ahí la importancia del breastsleeping.

¿Hay riesgo de asfixia?

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Este es sin duda el principal miedo que podemos tener. Nos preocupa la postura, el que nuestro bebé tenga acceso al pecho pero que su posición no sea la adecuada y exista riesgo de asfixia.

La Academia Americana de Pediatría nos recuerda siempre que en la cuna del bebé no debe tener almohadas ni peluches, solo un colchón firme con una sábana bien sujeta. Ahora bien… ¿qué ocurre en caso de que queramos dormir con nuestro bebé? 

  • Lo más importante es que tanto el papá como el bebé estén de acuerdo en ello y que sean responsables. No debemos usar muchas mantas y es importante que la mamá busque una posición cómoda y segura para favorecer el descanso y el acceso al pecho cuando el bebé lo demande.
  • Algunas mamás lo que hacen durante la noche es dormir unas horas con el bebé en una cama aparte. Más tarde, se deja al niño en la cuna para descansar más cómodamente con la pareja. Esto es algo que decidirá cada familia en función de las necesidades y la disponibilidad.

El breastsleeping aumenta la producción de leche

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Según el doctor McKenna, el breastsleeping ayuda a la mamá aumentar su producción de leche. La calidad de la misma es mejor y las dosis aumentan al tener un mayor contacto físico con el bebé.

  • Según Mackenna, el roce con la madre, los movimientos, la temperatura y el intercambio de gas carbónico de la mamá ejercen una influencia positiva para evitar que esto ocurra.
  • Asimismo, se produce una sincronización entre los ciclos de sueño de la mamá y el bebé cuando duermen cerca. De forma que se evitan los episodios de apnea.

El breastsleeping sería, además, muy adecuado para los bebés prematuros. Algo interesante que como hemos señalado al inicio, vale la pena tenerlo en cuenta si así lo queremos.

Bibliografía

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