Las tareas escolares son motivo de conflicto en muchos hogares. Incluso, pueden derivar en gritos, rabietas y llantos. En ocasiones, los chicos no quieren hacer los deberes solos, lo cual obliga a los padres a estar más pendientes de lo que les gustaría.
Un niño podría resistirse a resolver las tareas de forma autónoma por diferentes razones; las actividades le resultan muy complejas, no tiene el hábito de hacer tareas sin compañía o tiene desinterés en lo académico. Aquí profundizamos en los motivos y compartimos estrategias para conseguir que hagan los deberes por sí solos.
Desafíos que enfrentan los niños al hacer los deberes solos
Antes de enojarte con tu hijo porque está jugando en su habitación a escondidas de ti en lugar de realizar las tareas escolares, ten presente que no siempre se trata de pereza. Más bien, existen algunos motivos más profundos que pueden explicar por qué un niño no quiere hacer los deberes solo.
1. Le resultan muy difíciles
La primera razón a considerar es que necesite ayuda. Si las actividades le resultan muy complejas, si no sabe cómo empezar o si no comprende las consignas en su totalidad, es altamente probable que se muestre reticente a realizarlas. De hecho, es lo que, a veces, los adultos hacemos al procrastinar una tarea que nos resulta difícil.
Si este es el caso, es imprescindible identificar sus dificultades y ofrecerle apoyo. ¿Es en todas las asignaturas o en algunas? ¿Cuáles son las tareas que se resiste a hacer solo? Puedes tratar de aclararle sus dudas, además de conversar con su docente para que pueda trabajar con él los contenidos que le están costando. Además, el apoyo escolar externo es otra alternativa posible.
2. Se ha acostumbrado a hacerlos en compañía
A veces, los chicos no quieren hacer las tareas de forma independiente porque han adquirido el hábito de hacerlas en compañía. El acompañamiento o la mera presencia de su madre, padre u otro familiar, funciona para que los niños logren concentrarse en las actividades y así evitar distracciones que obstaculizan el aprendizaje.
Aunque conlleva un proceso, modificar un hábito es posible. Si consideras que tu hijo puede hacer la mayoría de los deberes con autonomía, puedes ir afianzando su independencia acompañándolo lo justo y necesario. De esta manera, cada vez ganará mayor confianza para completar las tareas sin la necesidad de tenerte cerca.
Contar con los apoyos necesarios para aprender y realizar tareas es tan importante como retirar esos apoyos para hacerlas y aplicar lo aprendido por uno mismo.
3. No tiene interés suficiente
La falta de motivación o interés es uno de los grandes impedimentos a la hora de realizar los deberes escolares en casa. Además, es esperable que los niños sientan mayor gusto y entusiasmo por algunas asignaturas que por otras. A lo mejor, demande ayuda para hacer los deberes de matemáticas, pero no de ciencias naturales o literatura. O viceversa.
En este sentido, es importante hacer uso de la creatividad para proponer actividades lúdicas y así incentivarlos a llevar a cabo las tareas que les resultan difíciles o aburridas.
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4. Está cansado
Es difícil que un niño cansado se muestre dispuesto en hacer los deberes solo. Como padres, debemos asegurar buenos hábitos de sueño, así como estar atentos al nivel de estrés asociado a la sobreexigencia. También, valorar el tiempo de ocio y descanso de nuestros hijos es crucial; el juego debe ser una prioridad.
La cantidad de deberes que los niños deben realizar en el hogar viene siendo cuestionada por algunas familias, ya que la consideran excesiva. Un artículo publicado por la Universidad de Sevilla expone esta problemática e invita al debate. A su vez, sugieren que los padres deben intervenir en su justa medida, teniendo en cuenta las capacidades y estilo de aprendizaje de su hijo.
¿Cómo conseguir que mi hijo haga los deberes de forma independiente?
Cada persona es única. Esto significa que cada pequeño tiene necesidades, tiempos e intereses específicos. Sin embargo, hay estrategias generales que pueden ser de gran utilidad para conseguir que un niño haga los deberes de forma individual. Mencionamos algunas técnicas señaladas por psicopedagogas de la Universidad Católica de Córdoba en su proyecto:
- Determinar una hora específica de estudio con el fin de adquirir el hábito.
- Delimitar un espacio de estudio cómodo, limpio y luminoso, que no cuente con distracciones tentadoras para los niños.
- Garantizar momentos de descanso y entretenimiento para evitar el agotamiento.
- Confirmar que el niño cuenta con todo lo necesario para hacer los deberes solo: como tener a disposición los materiales requeridos y haber comprendido la consigna en su totalidad.
- Permitir los errores y equivocaciones, interpretándolos como oportunidad de aprendizaje.
- Prestar especial atención para dar más o menos apoyo en la medida en que lo necesiten.
Por otro lado, reconocer el compromiso hacia las tareas escolares y la ejecución autónoma de las mismas como logros importantes, resulta esencial para fortalecer la independencia. A su vez, los niños se vuelven más autónomos cuando se enfrentan a desafíos que implican responsabilidad y compromiso.
De acuerdo a esto, es imprescindible permitirles que hagan cosas sin tu ayuda, incluso si lo hacen mal. Piénsalo así: si nunca le quitas «la rueditas» de apoyo de la bicicleta, jamás aprenderá a mantener el equilibrio por sí solo. En cambio, si se las quitas, luego de algunas caídas logrará sostenerse por su pedaleo. Lo mismo sucede con los deberes: cuanto más resuelvas tú, menos resolverá él.
La autonomía se construye poco a poco
Ningún niño se vuelve autónomo de la noche a la mañana. Esta capacidad requiere de un proceso que implica tiempo. Se va construyendo poco a poco, conforme el niño va ganando confianza en sí mismo. Algo importante: no todos los chicos adquieren independencia a la misma edad y en los mismos aspectos. Cada niño tiene su ritmo individual y es crucial respetarlo.
Bibliografía
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