No te alarmes, pero en los intestinos de nuestros niños habitan más de 400 especies de microorganismos que lo colonizan desde el útero materno. Sin embargo, para sorpresa de todos, entre más variada es la comunidad de bacterias o flora intestinal, más saludable será el bebé. Por eso, te compartimos algunos consejos para recuperar la flora intestinal en niños cuando esta se altera.
¿Qué es la flora intestinal?
La flora intestinal o microbiota se puede describir como un ejército de bacterias que viven en la mucosa del intestino grueso. Allí, trabajan en conjunto para lograr la salud del huésped. La misma está formada por billones de bacterias que llegan a alcanzar entre todas un peso entre 300 a 600 gramos. Más del 95 % de ellas viven en la luz del colon, mientras que el resto lo hace en el estómago y en el intestino delgado.
¿De dónde se obtienen las bacterias?
Toda parece indicar que la colonización de la flora microbiana en el intestino inicia desde el vientre materno y, luego, continúa en el nacimiento. Cuando el niño crece, algunos factores ambientales y la alimentación también intervienen en este proceso.
- Del vientre materno: en 2017, la revista Pediatric Obesity titula uno de sus trabajos como ¿Estamos colonizados con bacterias en el útero? La evidencia parece indicar que hay una trasmisión directa de bacterias desde el útero de la madre al hijo. De allí, que sea tan importante la buena salud general de la madre durante el embarazo.
- La forma de nacimiento: la flora varía según si el parto es por cesárea o vaginal. Cuando es por cesárea la colonización aparece de manera tardía, es de poca proporción y baja diversidad. En cambio, en el parto vaginal, las bacterias vaginales y fecales colonizan el intestino y muestran una gran diversidad.
- La edad gestacional: en los bebés pretérmino la flora es menos diversa y hay un bajo número de bacterias beneficiosas, conocidas como probióticas. Entre ellas, las bifidobacterias y los lactobacilos.
- La alimentación: la leche materna es el principal factor que permite la colonización del intestino del recién nacido. Esta facilita el crecimiento de un 85 % de las bacterias probióticas. Luego, aparecen otras que crecen con los cambios en la alimentación durante el crecimiento.
- Factores genéticos, ambientales, actividad física y estilos de vida: la flora puede cambiar en función de las condiciones ambientales o la condición social. El entorno, la ubicación geográfica, la raza e incluso la exposición a mascotas desde pequeños, tiene un efecto significativo en el microbioma de los niños, tal como lo refiere la revista Elife.
¿Cuáles son sus principales funciones?
Las principales funciones de la flora intestinal son expuestas por Only About Children:
- Fortalece el sistema inmune: el intestino alberga el 70 % del sistema inmune del cuerpo y establece una barrera protectora contra las bacterias patógenas que evitan enfermedades.
- Mantienen la salud digestiva: los probióticos producen una grasa de pequeño tamaño llamada ácido butírico, que sirve para dar energía a las células del colon. También estimulan los movimientos intestinales para prevenir el estreñimiento.
- Producen vitaminas: las bifidobacterias producen vitaminas del complejo B para favorecer la salud del huésped.
- Contribuyen a la salud mental: la flora intestinal produce sustancias químicas entre el intestino y el cerebro que ayudan a activar los neurotrasmisores que favorecen la salud mental.
¿Cómo se puede alterar la flora intestinal en los niños?
A continuación, te contamos cuáles son las causas que conllevan a la alteración o disbiosis de la flora intestinal en los niños.
Uso no controlado de antibióticos
Algunos antibióticos destruyen que destruyen las bacterias patógenas que causan la enfermedad, también pueden deshacer la flora intestinal. Además, tal como lo refiere la revista MicrobiologyOpen en 2022, ante el uso indiscriminado de antibióticos se puede alterar la composición microbiana, modificar sus funciones y sobre potenciar la resistencia de las bacterias a estos fármacos.
Alimentación incorrecta
El Journal of Traslacional Medicine en 2017 explica que algunos componentes de la dieta pueden modificar la variedad de bacterias intestinales. Ente ellos, el exceso de azúcares, los cereales refinados, las grasas no saludables o el bajo contenido de fibra en la alimentación.
Enfermedades
Algunas enfermedades como las diarreas de origen infeccioso pueden alterar el equilibrio entre las distintas formas de flora intestinal en los niños. Otras, como las que se mencionan en la revista PeerJ, también pueden modificar el ecosistema bacteriano.
En caso de que alguno de estos factores alteren la flora intestinal, hay que equilibrarla lo más pronto posible. Está bien documentado el papel de la disbiosis en el desarrollo de varios trastornos metabólicos como la diabetes, la obesidad y los relacionados con el sistema inmunitario.
Debes consultar de inmediato al pediatra en estos casos: el niño tiene migraña frecuente, sufre de intolerancia a ciertos alimentos, es muy susceptible a las infecciones, padece estreñimiento y diarreas alternadas, cólicos o presenta exceso de gases y dolor abdominal.
Descubre estos consejos para recuperar la flora intestinal en niños
Cuando alguno de estos factores afectan la cantidad y diversidad de la flora intestinal en los niños, hay que reconstruirla de inmediato. Para esto se usan algunas estrategias sencillas que puedes implementar desde tu casa.
Dar una alimentación apropiada
Algunos cambios sencillos en la alimentación puede ayudar a recuperar la buena forma de la flora intestinal. En la revista Cell Metabolism refieren que una manera es aportar a las bacterias los nutrientes que permiten su crecimiento, a los que se les llaman prebióticos.
Fibra como prebiótico
La fibra dietética, como no es digerida, viaja hasta el colon para ser fermentada por la flora bacteriana. Así obtienen la energía y mantienen las funciones de sus células. Al inicio, se aconsejan los vegetales fuente de fructoligosacaridos (FOS). Este tipo de fibra se ha demostrado que restablece la flora intestinal preexistente. Se encuentran en espárragos, cebolla, cambur, fresas, manzana, puerro, tomates, durazno y achicoria, entre otros.
Los vegetales a incluir son los que aportan carbohidratos digeribles, como la fructosa, la glucosa y la sacarosa. Estos se encuentran en frutas y verduras sin almidón. Por su parte, un jugo de zanahoria o un puré de manzanas, resultan una buena opción para ayudar a restaurar la flora intestinal. Otras fuentes de fibra se encuentran en los cereales integrales, como el arroz, el maíz y el trigo.
Los probióticos
Otra forma de restaurar la flora intestinal es a través de los probióticos comerciales. Se trata de incrementar el consumo de alimentos elaborados con bacterias fermentadoras y beneficiosas. Entre este grupo se aconsejan los lácteos fermentados como el yogur, pero aquellos cuya etiqueta diga que contiene «cultivos vivos»; y el kéfir, un tipo de leche ácida menos espesa.
Realizar actividades antiestrés
La revista Brain, Behavior and Inmunity, en 2019, compartió que el estrés en niños y adolescentes afecta la composición microbiana de la flora intestinal, independientemente de la dieta. Además, indica que hay que despertar emociones positivas en ellos para que bajen el nivel de estrés y estabilicen la microbiota intestinal. Por eso, es importante dar espacio a los niños a través de la pintura, el deporte, el baile o las manualidades, entre otras tareas.
Masticar bien los alimentos
Un artículo de Open Access concluyó que una masticación apropiada puede desempeñar un papel clave para proporcionar un entorno intestinal favorable. Por lo tanto, un buen consejo es estimular buenos hábitos alimenticios en los niños para facilitar la digestión y mejorar la flora intestinal.
Reducir la ingesta de antibióticos
La indicación de antibióticos debe quedar en manos del médico pediatra. Sin embargo, como padres, hay que tomar conciencia sobre el efecto del uso excesivo de estos fármacos sobre la salud intestinal.
Llevar a cabo una dieta y una vida saludable
Hay que tratar de mantener o recuperar la flora intestinal en nuestros niños, ya que es una barrera que refuerza el sistema inmune y evita enfermedades. En caso de una alteración, hay que acudir de inmediato al profesional de la salud para que indique el tratamiento. Además, te aconsejamos mantener una dieta saludable, que incluya la adición de más bacterias beneficiosas. También, incentivar buenos hábitos de masticación y activar las actividades antiestrés.
Bibliografía
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