Exceso de ejercicio físico en adolescentes

En ocasiones, los adolescentes realizan actividad física de forma desmedida, con el pretexto de los buenos hábitos. Pero, ¿cuáles son las consecuencias y cómo podemos prevenirlo? Te lo contamos.

Todo el mundo sabe que la actividad física es buena para la salud. Mantenerse activo es, sin lugar a dudas, es una condición sine qua non para estar y sentirse bien. Sin embargo, el exceso de entrenamiento puede ser contraproducente y derivar en graves problemas. Lo cierto, es que muchos hábitos que a priori parecen contribuir con la salud física y mental, a menudo generan el efecto contrario.
Uno de los factores que puede llevar a una persona a realizar ejercicio compulsivamente es el problema por la distorsión en la imagen corporal. Esta percepción alterada, a menudo, se presenta durante el período de la adolescencia, cuando el individuo se encuentra inmerso en una etapa de plena transformación
En este artículo, hablamos precisamente de las causas y consecuencias del exceso de ejercicio físico en adolescentes y mencionamos algunas estrategias para prevenir esta problemática.

Actividad física en adolescentes

La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que los niños y adolescentes, de entre 5 y 18 años, hagan 60 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada o vigorosa de carácter aeróbico. En cambio, la actividad intensa aeróbica y la que implica levantamiento de pesas debería realizarse en un promedio de tres veces a la semana.
El punto es que mientras muchos adolescentes llevan a cabo una vida sedentaria, otros jóvenes exceden los límites de lo conveniente y exponen su cuerpo a un entrenamiento intenso durante horas y horas cada día. Ya sea porque destinan gran parte de su jornada en el gimnasio, hacen running en exceso o practican un deporte compulsivamente, algunos jóvenes no logran medir su entrenamiento según lo aconsejable para su salud.

“La persona adicta sufre compulsión a realizar ejercicio, siente la necesidad y tiene el deseo de realizarlo aunque ello conlleve un deterioro físico, o comprometa sus relaciones afectivas, o de pareja, o llegue a tener problemas con los amigos y familiares, e incluso a eludir compromisos laborales”.

– Antolin, V., De la Gándara, J., García, I., Martín, A. –

Muchas veces, el ejercicio físico se convierte en la prioridad de la vida de los adolescentes y los lleva a descuidar otras áreas, como los estudios, los vínculos sociales o el ocio.

¿Qué lleva a los adolescentes a realizar ejercicio físico en exceso?

La adolescencia está marcada por los cambios físicos y emocionales. Se trata de una etapa particularmente sensible y vulnerable, en donde los individuos se enfrentan a múltiples exigencias sociales. Así, uno de los mandatos más fuertes y que más daño conlleva se basa en el aspecto físico. En consecuencia, si los jóvenes desean encajar en los patrones de belleza aceptados socialmente, deben vestirse y tallar su cuerpo de un modo específico.
Afortunadamente, en los últimos años los cánones de belleza han sido cuestionados por grupos de personas cansadas de tener que lidiar con una serie de imposiciones establecidas. Por otro lado, la baja autoestima, las inseguridades o la necesidad de escapar de algún problema emocional, puede impulsar a los adolescentes a ejercitarse descontroladamente. Como vemos, el exceso de ejercicio físico puede presentarse por múltiples motivos. 

Consecuencias perjudiciales

En verdad, cualquier conducta excesiva acaba por perjudicar a la persona que la lleva a cabo. Incluso, cuando se trata de comportamientos o hábitos saludables, pero que no se incorporan en su justa medida.
Junto con otros factores, los mandatos sociales impactan psicológicamente en los adolescentes y pueden derivar en problemáticas severas, como la vigorexia, que hace referencia a la obsesión y compulsión por la actividad física. Se trata de una adicción muy asociada con los trastornos de la conducta alimentaria y es habitual en adolescentes con la idea fija sobre su apariencia.
Además de los daños psíquicos y emocionales, el exceso de actividad puede derivar en otras complicaciones físicas como las siguientes:

  • Lesiones musculares y/o articulares.
  • Deficiencia cardíaca.
  • Enfermedades como la rabdomiólisis.
  • Insuficiencia renal.
Que los jóvenes se muestren interesados por realizar ejercicio físico y deseen sentirse a gusto con su cuerpo no representa ningún problema. El conflicto aparece cuando los lleva a adoptar actitudes desmesuradas.

Cómo prevenir el exceso de ejercicio físico en los jóvenes

Es esencial aclarar que los únicos indicados para determinar que hay una adicción al deporte o una actividad física compulsiva son los profesionales de la salud. Ellos evaluarán la situación de la persona y, al tener en cuenta los criterios diagnósticos característicos de una adicción comportamental, podrán determinar el tipo y gravedad del problema.
No obstante, el trabajo de prevención nos corresponde a todos como sociedad, estemos o no involucrados directamente en la problemática. Lo cierto es que cada uno de nosotros puede aportar su granito de arena para ayudar a los jóvenes a sentirse bien sin la necesidad de excederse con el entrenamiento físico.

Los adultos deben dar el ejemplo y acompañar a los jóvenes

Es importante que los adultos nos inclinemos hacia el equilibrio. Esto puede ser mediante el propio ejemplo, como acudir al gimnasio con una frecuencia controlada, o dándole relevancia al descanso. También, a través de los mensajes que transmitimos de forma expresa: “Tienes que mantenerte activo para sentirse y estar bien, más allá de los resultados visibles en el cuerpo”. “El descanso es igual de primordial que el ejercicio”.
De cualquier manera, si notamos al joven muy reticente a la hora de disminuir el entrenamiento, acudir a una consulta con un psicoterapeuta es una alternativa conveniente. En este espacio, podrá trabajar más en profundidad sus emociones, sus pensamientos y sus conductas. 

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Antolin, V., De la Gándara, J., García, I., Martín, A. (2009). Adicción al deporte: ¿Moda postmoderna o problema sociosanitario? Norte de Salud Mental, ISSN-e 1578-4940, Vol. 8, Nº. 34, 2009, págs. 15-22.
  • Gadea, S. (2006). La adicción al ejercicio se convierte en enfermedad que combina problemas psicológicos. Director técnico de medicina deportiva y cultura física del IMSS.
  • Gonzalez Martí, I. (2015). El exceso de ejercicio físico como consecuencia del trastorno dismórfico muscular (vigorexia). Tándem: Didáctica de la educación física, ISSN 1577-0834, Nº 48, 2015, págs. 7-13.
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