Llamamos journaling al hábito de escribir los propios pensamientos, sentimientos y experiencias de vida. Se trata de plasmar en un cuaderno las reflexiones, los miedos, los deseos y las emociones a través de las palabras.
Si bien llevar a cabo esta práctica es profundamente valioso en cualquier etapa de la vida, durante la adolescencia podría tener un sentido aún más significativo. En este sentido, debemos tener en cuenta que este período suele vivirse con una intensidad emocional considerablemente particular. Por eso, ¿qué mejor que un diario para expresar tal alboroto sentimental?
¿Qué es el journaling?
Dicho sencillamente, el journaling es la práctica de registrar la propia vida en un diario. Esta es una propuesta que no cuenta con instrucciones rígidas, pues no hay forma correcta o incorrecta de hacerlo. Cada quién puede elegir cómo abordar esta experiencia y decidir qué tan profundo o llano quiere que sea su escrito.
En el cuaderno se puede escribir sobre los temores más profundos y los pensamientos más recónditos. Pero también es válido redactar situaciones que la persona ha vivido a lo largo del día y reflexionar acerca de ello.
Depositar los pensamientos en un papel tiene un impacto mucho más relevante de lo que muchas personas imaginan. Lo interesante del journaling es que no hay presiones, ni mandatos, ni exigencias. La escritura terapéutica es escribir sin filtro. Cuando una persona redacta sus pensamientos y emociones, el ruido mental se suaviza mientras que el papel se llena.
Beneficios de que los adolescentes practiquen journaling
Los efectos positivos de esta actividad son verdaderamente poderosos y están comprobados científicamente. Aquí, te contamos algunos de los beneficios que te harán proponer a tus hijos adolescentes esta práctica sin dudarlo.
1. Favorece el autoconocimiento
Los adolescentes están en pleno proceso de transformación, pues su identidad comienza a decretarse y fortalecerse. El journaling es un estupendo método para conectarse con uno mismo y así conocerse mejor. Escribir es mirar más de cerca el corazón y escuchar más atentamente los pensamientos. También, permite descubrir las propias zonas sombrías y luminosas.
A través del autoconocimiento, resulta más sencillo esclarecer las ideas y reflexionar sobre la propia vida: lo que uno quiere ser, lo que no, aquello que desea alcanzar o lo que quisiera dejar ir. De esta manera, quien escribe diariamente sus pensamientos, consigue una mente más liviana y clara.
2. Mejora el bienestar después de eventos estresantes o traumáticos
Expresar por escrito una situación traumática o muy difícil, ayuda a elaborarla. Tengamos en cuenta que la simbolización de las experiencias difíciles de procesar se logra a través del lenguaje. Un estudio realizado en 2018 por la Universidad de Cambridge concluyó que escribir sobre eventos traumáticos, estresantes o emocionales se traduce en mejoras en la salud física y psicológica.
En este sentido, la práctica de journaling ayuda a desahogarse y también a cicatrizar heridas. Además, funciona como una herramienta que tiene como objetivo simbolizar, a través de las palabras, situaciones emocionalmente intensas. Este es un asunto que los adolescentes conocen bien.
3. Reduce la sensación de ansiedad y angustia
Además de ordenar los pensamientos, el ejercicio de escribir en un papel permite vaciar la mente de recuerdos perturbadores, incómodos o dolorosos. Los miedos adolescentes, la intensidad de los primeros amores y desamores, el estrés por lo académico y la relación compleja con el propio cuerpo son asuntos característicos de esta etapa, que a menudo los hacen perder el equilibrio emocional.
Al escribir sobre esos temas, los jóvenes logran exteriorizar lo que los aflige o angustia y mitigar así las sensaciones menos placenteras.
4. Representa un espacio seguro
Un diario personal es un espacio seguro para los adolescentes. Allí, pueden expresarse libremente sin que nadie los juzgue. No hay opiniones ajenas ni críticas ni riesgo de ser rechazado. Al contrario, se trata de un ejercicio libre de presiones en el cual los jóvenes pueden escribir sin filtro, pues no entra en juego la preocupación por el qué dirán.
“Jugar con palabras, eso es todo: el lenguaje como un esparcimiento, el lenguaje como
una actividad, como un estilo de vida”.– Wittgenstein –
Una práctica sin exigencias
Afortunadamente, el journaling no requiere de materiales costosos ni del cumplimiento estricto de reglas rigurosas. Basta con tener un bolígrafo y un cuaderno para iniciarse en esta práctica que, como hemos dicho, contribuye significativamente al bienestar de quienes lo practican. A su vez, destinar mucho tiempo en este ejercicio no representa una condición necesaria: algunos minutos son suficientes para comenzar a escribir un diario.
Por otro lado, no tener talento en la escritura no es excusa para el journaling. No es necesario crear textos maravillosos ni redactar como un escritor de renombre. Recuerda que lo más importante es ser genuino con las propias emociones y pensamientos, y dejarse llevar por las palabras.
Bibliografía
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- Baikie, K. y Wilhelm, K. (2005). Beneficios para la salud emocional y física de la escritura expresiva. Avances en el tratamiento psiquiátrico, 11(5), 338-346. doi:10.1192/apt.11.5.338.
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