Ejercicios sencillos de escritura terapéutica para niños

Escribir es una valiosa herramienta para que los niños desarrollen cualidades positivas y aprendan a gestionar sus emociones desde una temprana edad.
Ejercicios sencillos de escritura terapéutica para niños
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 02 mayo, 2020

Con la llegada de las nuevas tecnologías, los niños cada vez emplean menos la escritura a mano. Pero esta tiene grandes beneficios para su desarrollo emocional, especialmente cuando se utiliza con unos objetivos adecuados. Si quieres conocer los beneficios de la escritura terapéutica para los niños, a continuación te los explicamos.

La escritura terapéutica es una sencilla pero valiosa estrategia de gestión emocional. Para los niños puede resultar difícil identificar, comprender y procesar lo que sienten en cada momento. No obstante, escribir nos abre una puerta para moldear nuestros pensamientos y conocernos más.

Ejercicios de escritura terapéutica para niños

1. Diario de gratitud

La escritura terapéutica puede ser empleada con diversos fines. Uno de los más necesarios es ayudar a los pequeños a desarrollar una actitud de gratitud ante la vida. La gratitud es una de las fortalezas destacadas por la psicología positiva para lograr una existencia más plena y feliz.

Si enseñamos a un niño a crecer con esta cualidad, le estaremos otorgando el regalo de poder hallar siempre el lado amable de la vida, de las personas y de sí mismo.

Para lograrlo, uno de los ejercicios más útiles y sencillos es el diario de gratitud. El mismo consiste en que el niño posea un cuaderno o libreta en el que, cada día, anote tres aspectos por los que se siente agradecido. Este ejercicio puede realizarse por las mañanas, antes de ir al colegio, para comenzar el día con una actitud positiva, o por las noches, antes de acostarse, para recordar todo lo bueno que tuvo su día.

Niño escribiendo en su diario de gratitud como parte la escritura terapéutica para niños.

No es necesario que sean grandes cosas; se puede agradecer porque el día amaneció soleado, por la rica comida que preparó mamá o por lo bien que lo pasó jugando con sus amigos en el parque. Reconocer el valor de estas pequeñas situaciones cotidianas promoverá en el niño el optimismo y la sensación de plenitud.

2. Gestión de emociones

La escritura terapéutica también puede serles de gran ayuda para procesar las emociones negativas. Las estrategias de afrontamiento que desarrollamos para enfrentar las vivencias dolorosas determinan en qué grado estas nos van a afectar. Por ello, es imprescindible que los pequeños aprendan a no huir de las emociones, sino a aceptarlas y gestionarlas adecuadamente.

Cuando se encuentren pasando por una situación adversa, anímalos a escribir sobre cómo se sienten 10 minutos cada día. Que expresen por escrito, sin temores ni limitaciones, todo lo que experimentan, lo que les enfada, lo que les asusta…

Esto los ayudará a asumir todas sus emociones como algo natural y a no reprimirlas en su interior. Además, si ellos lo desean, pueden compartir contigo sus escritos para que puedas orientarlos sobre cómo actuar al respecto.

Pueden realizar este ejercicio cada vez que necesiten lidiar con un estado emocional de tristeza, ira, ansiedad, frustración… Por ejemplo, cuando se peleen con un amigo, cuando suspendan un examen importante e, incluso, puede ayudarles a atravesar el duelo por la pérdida de un ser querido.

Niña haciendo ejercicios de escritura terapéutica.

3. Otros ejercicios de escritura terapéutica para niños

  • Cada mañana, escribir dos motivos por los que su día va a ser bonito, especial o agradable. Anotar dos eventos del día que están deseando que ocurran. Esto fomentará una actitud positiva y optimista.
  • Al finalizar el día, escribir cómo ha acontecido, dos veces. La primera, centrándose en lo malo, y la segunda, anotando solo los eventos felices. Con este ejercicio promovemos que los pequeños comprendan que siempre habrá algo negativo, pero también algo positivo. De nosotros depende elegir en qué enfocarnos.
  • Diario de autoestima. Consiste en que el pequeño escriba cada día un adjetivo positivo sobre sí mismo y lo acompañe de la narración de la situación. Por ejemplo: “soy un buen amigo porque he ayudado a Pablo con una tarea que no sabía hacer”. O “soy valiente porque me he atrevido a hablar en público ante la clase aunque me daba miedo”. Recordemos que la autoestima no se construye a base de halagos vacíos, sino a raíz de que los niños asuman y superen retos.

En definitiva, la escritura terapéutica es una herramienta sencilla y muy beneficiosa. Podemos utilizarla tanto para fomentar emociones positivas, como para desarrollar actitudes saludables o para gestionar las emociones adecuadamente. Estos ejercicios son una buena manera de que los pequeños adopten el hábito de relacionarse saludablemente con sus distintos estados emocionales.


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  • Seligman, M. E. (2014). Niños optimistas. DEBOLS! LLO.
  • Fernández, E., & Bacon, F. (2013). Invitación a la escritura terapéutica: ideas para generar bienestar. International Journal of Collaborative Practice4(1), 27-47.

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