Me preocupa el futuro de mi hijo: quiere ser artista

¿Tu hijo te ha dicho que quiere ser artista y tú estás en desacuerdo? ¿Te preocupa su futuro laboral y económico? Considera estas recomendaciones antes de perder la cabeza.

“Mamá, papá… quiero ser artista”. Este es un comunicado que muchos progenitores prefieren no escuchar de sus hijos, pues de primera consideran que este tipo de profesión no permite alcanzar un buen nivel de vida desde el punto de vista económico. Por el contrario, optarían por que los jóvenes escojan rumbos profesionales más seguros y estables, como se cree que son algunas carreras tradicionales.

Está claro que como padres, queremos lo mejor para nuestros hijos. Por eso, siempre vamos a preferir que tomen los caminos que consideramos más acertados. El punto es que quien elige su propio norte, es uno mismo. Una vez autónomos, los jóvenes tomarán muchísimas decisiones que no coincidirán con nuestras creencias o valores. ¿Te preocupa el futuro de tu hijo porque quiere ser artista? Reflexionemos sobre esta cuestión.

Vivir del arte

El mundo laboral sufre profundas transformaciones que dejan a más de uno boquiabierto. Hasta hace algunos años, el abanico de posibilidades a la hora de elegir el rubro profesional no era tan amplio y diverso como lo es en la actualidad. Y no hablamos de una cuestión exclusiva de la esfera del trabajo. Al contrario, la enorme cantidad de posibilidades de ser y estar, es una realidad que abarca la vida entera, desde lo más superficial hasta lo más profundo.

Esto nos hace pensar que el mundo se ha complejizado de tal manera que aquellos rumbos profesionales que parecían asegurarnos el futuro, hoy ya no representan ninguna garantía. Lo mismo sucede a la inversa. Aquellos oficios que hasta hace poco parecían una pérdida de tiempo, ahora pueden llegar a sorprendernos gratamente.

Es cierto que vivir del arte incluye una cuota de incertidumbre, ya que la industria de la música, el cine, el teatro, la fotografía o el dibujo no son precisamente escenarios predecibles. Sin embargo, esto no significa que el futuro de los jóvenes decididos a dedicarse al arte esté destinado a ser carente de recursos ni mucho menos. Entonces, si tu hijo quiere ser artista, procura no reaccionar reactivamente antes de tiempo.

Generalmente, los jóvenes cuentan con información contundente sobre cómo funcionan los rubros en los que están interesados. Además, el mundo del arte presenta un amplio abanico de posibilidades.

¿Cómo acompañar a un hijo que quiere ser artista?

Tiene coherencia que como padres no nos guste que un hijo quiera ser artista. Es probable que, de acuerdo con nuestra percepción, el mundo del arte nos parezca peligroso o indiscutiblemente frágil. Pues, interpretamos la realidad desde nuestros propios ojos. Sin embargo, ahora más que nunca debemos saber que la realidad que vemos no es absoluta ni la única vigente.

Aquí, te compartimos algunas recomendaciones para acompañar la decisión de tu hijo que quiere dedicarse a cualquiera de las ramas del arte, antes de perder la cabeza.

1. Escucha lo que tiene para decir

Antes de reaccionar de forma impulsiva y de responderle: ¡¿Artista?! ¿Eres consciente de que te vas a morir de hambre?, tómate un momento para oírle empáticamente. Lo que menos necesita en este momento es que no te muestres dispuesto a escucharle. La idea no es que trate de convencerte, sino que se sienta seguro compartiéndote una idea, un deseo o una decisión personal.

Es posible que, luego, tu hijo se interese por conocer tu opinión, siempre y cuando seas capaz de ofrecerle una respuesta parcial. De momento, escucha sus palabras y saca tus conclusiones: ¿lo escuchas seguro?, ¿crees que idealiza el mundo artístico?, ¿lo percibes lo suficientemente maduro como para tener en cuenta el lado B?, ¿qué dice que quiere conseguir al ser artista?, ¿tiene motivación?, ¿de veras le gusta?

2. Aprende de él

Los jóvenes suelen pasar gran parte de su tiempo en escuchar la música que les gustaría hacer en algún momento, en ver películas en las que quisieran actuar o en asistir a eventos artísticos de los que les encantaría ser parte algún día. A su vez, se interesan por investigar y aprender de los procesos creativos de sus artistas favoritos, así como por comprender los caminos que los llevaron al éxito. En este sentido, es más que recomendable que evites caer en el adultocentrismo y seas capaz de tomar una actitud curiosa y humilde a la hora de escuchar las contribuciones de tu hijo. No subestimes su capacidad de afrontar nuevos desafíos.

Otra actitud de los padres nada conveniente es la de concebir profesiones en forma de pirámides; es decir, de mayor a menor valor. Supone establecer jerarquías de carreras en función de criterios subjetivos, por ejemplo; los trabajos de tipo administrativo son de simple rutina, la abogacía es tarea de charlatanes, las profesiones artísticas son para gente rara, etc. Estos prejuicios nacen básicamente de la falta de información de los padres respecto a esas carreras.

– Erika Llerena –

Probablemente, tu opinión resulte muy valiosa para el joven. Dile lo que piensas con argumentos claros, pero no incuestionables. Es importante que puedas brindarle una perspectiva lo menos sesgada posible.

3. Dale tu punto de vista

Recuerda que tú quieres lo mejor para él y que de ninguna manera buscas que te sienta como una amenaza. Procura no darle indicaciones de forma autoritaria sobre cómo debería vivir su vida. Una vez habiéndote introducido en el mundo de interés de tu hijo, simplemente ofrécele tu perspectiva y compártele tu visión. Nadie niega que tú llevas más experiencia que él. Pero intenta no darle un testimonio rígido en el que despliegas cómo es la vida y cómo es el mundo laboral.

4. Apoya su decisión

Este punto puede ser el más difícil, pero es también el más importante. El apoyo familiar es, sin lugar a dudas, un elemento fundamental para que los jóvenes atraviesen la transición hacia la adultez de una forma placentera y agradable. Recuerda que apoyar su decisión no significa estar de acuerdo con ella, sino, validar y acompañar su elección desde un lugar amoroso.

Además, puedes impulsarle a que se forme en la disciplina que quiere ejercer, así como ayudarle a potenciar su sentido de la responsabilidad. A menudo, un artista es también un empresario. En este sentido, construir una cultura empresarial y llevarla a cabo de forma eficaz será un reto más que desafiante. Si tu hijo quiere ser artista, opta por fomentar su pensamiento crítico y ayudarle a que no se deje llevar por el entusiasmo desmedido que puede despertar un proyecto seductor.

Lo más importante es la felicidad

En definitiva, lo que más nos importa es que nuestros hijos sean felices y capaces de vivir una vida agradable y auténtica. Incluso que tengan el coraje de correr riesgos para así crecer personalmente. Además, que disfruten de sus vínculos, de su trabajo y de su tiempo. El resto, ¿no es secundario?

Bibliografía

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  • Llerena Carpio, E. Y. (2019). Influencia de los padres de familia en la elección vocacional de los estudiantes del nivel secundaria de la institución educativa 40194 “Ricardo Palma” de Secocha del distrito de Mariano Nicolás Valcárcel-Camaná, Arequipa 2018.
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