Razones por las cuales nunca debes humillar a un niño

Hoy te presentamos cuatro motivos por los que la humillación y las burlas hacia los hijos deberían estar vetadas de tu hogar y de toda crianza positiva.

Razones por las cuales nunca debes humillar a un niño

Herir los sentimientos de un pequeño y crear heridas emocionales imborrables es tan fácil como lastimar su dignidad. Más aún cuando somos los padres los autores de esos comentarios y acciones malintencionadas. Sigue leyendo y conoce algunas razones por las cuales nunca debes humillar a un niño (ni en público ni en privado) para lograr transmitir una lección.

Lastimosamente, son muchos los padres que utilizan la humillación como una manera de castigar a sus hijos en un intento fallido de disciplina. Sin embargo, esas actitudes autoritarias y en donde se demuestra la poca inteligencia emocional de los adultos, solo trae a su paso que la autoestima y la confianza de los niños se derrumbe por completo.

4 motivos por los que nunca debes humillar a un niño

Una gran cantidad de madres y de padres piensan que esos comentarios inocentes (o intencionales) en donde sus hijos terminan pasando vergüenza son inofensivos. No obstante, ese pensamiento está lejos de la realidad y cada día lastima la autoimagen de los niños, haciendo que también aprendan mediante el mal ejemplo a ser potenciales bravucones.

Estas son algunas razones por las que nunca debes humillar a un niño.

1. Es probable que normalice situaciones de abuso

Cuando los padres utilizan la humillación y la vergüenza como métodos de disciplina, ya sea en público en privado, es una situación similar a la que viven los niños cuando son víctimas de bullying. Pero el agravante en esos casos es que no se trata de un desconocido quien te juzga y minimiza, sino que son las personas que deberían brindarte su amor y comprensión.

Acoso escolar
La mayoría de los niños que son acosadores aprendieron ese comportamiento debido al contexto en el que crecieron.

Los niños que sufren humillaciones por parte de sus padres es más probable que utilicen esos mismos comportamientos en el colegio y luego en su vida adulta. Lo que genera personas poco empáticas, irrespetuosas y sin responsabilidad afectiva. Así que cuida mucho del ejemplo que brindas desde el hogar y de los comentarios cargados de discriminación y prejuicios que dices frente a tu hijo.

2. Hiere su autoestima y la confianza en sus padres

Muchas veces detrás de un comentario que se dice a la ligera se generan traumas que nos acompañan de por vida. No existe necesidad de opinar sobre la apariencia, gustos, enfermedades o problemas personales de otras personas. Y del mismo modo en el que a ti no te gustaría que un ser querido te humillara, tampoco lo hagas con tus hijos.

Recuerda que para que los niños crezcan de la mejor manera posible, es indispensable que tengan confianza en sus padres y cultiven su autoestima desde la infancia. En consecuencia, enséñales de inteligencia emocional y corrige desde el diálogo y el respeto para que aprendan lecciones que les servirán de por vida. No emplees el maltrato psicológico, porque solo genera traumas y heridas.

3. Puede conducir a la depresión y la ansiedad

No todos los padres son conscientes del gran impacto que tiene su comportamiento sobre sus hijos o de lo mucho que lastiman esos comentarios que se dicen sin pensar. Cuando la humillación es el pan de cada día de un pequeño que solo busca afecto puede llegar a experimentar episodios de depresión y de ansiedad. Todo a razón de la percepción que tiene de sí mismo.

Debido a lo anterior, en lugar de utilizar la vergüenza y la humillación (enemigos naturales de toda crianza positiva), mejor bríndales a tus hijos el acompañamiento emocional que necesitan de ti. El mundo ya es lo suficientemente cruel con todos como para que el refugio que simboliza la familia se convierta en un campo de guerra.

4. Genera traumas que nunca lo abandonarán

A pesar de que los recuerdos de las humillaciones provenientes de los padres viven en la memoria de los niños, la modernidad ha permitido que esos malos momentos vivan por siempre en la nube. Esto se debe a que muchos padres no tienen remordimiento de exponer a sus hijos ante los malos comentarios del Internet. Haciéndolos objeto de burla durante toda su vida.

Niño llorando en el hombro de su papa
Las palabras duelen más dependiendo de quien las diga. Por consiguiente, cuida mucho lo que les dices a tus hijos sin pensar.

Procura cuidar de los sentimientos y de la intimidad de tus pequeños al momento de decidir subir algo personal a redes sociales. Y así como a ti no te gustaría en lo absoluto que millones de desconocidos se burlaran de ti por cosas de las que no tienes la culpa, no expongas a tus pequeños a humillaciones públicas por un par de “me gusta”. Existen recuerdos personales que únicamente son graciosos en familia.

Nunca debes humillar a un niño si quieres educar desde el respeto

Emplear una crianza positiva con los hijos es una de las mejores maneras para cultivar su inteligencia emocional y hacer que sean futuros adultos seguros, empáticos y responsables. Sin embargo, eso no es posible cuando se humilla a los niños como una forma de disciplina. Por lo que, si tu objetivo es educar desde el amor, el respeto y el diálogo, no dejes que la falta de tacto sea la responsable de las heridas futuras de tus pequeños.

Bibliografía

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