Las sonrisas radiantes que vemos en la tele o en las celebridades nos pueden llevar a creer que todas las dentaduras deben verse así de blancas. Por eso, si notas que los nuevos dientes de tu hijo son amarillos, puede que te preocupes. En algunos casos, esta coloración es un llamado de atención que no debes pasar por alto. Pero, en otras oportunidades, se debe a un fenómeno natural que no debería alarmarte. Descubre aquí las razones por las que los nuevos dientes de tu hijo se pueden ver amarillos.
El color natural de los dientes
Lo primero que tienes que saber es que todos tenemos un color de dientes propio. Así como hay diferentes colores de ojos, de piel y de cabellos, también hay distintas tonalidades para las piezas dentarias. Esta variación hace que algunas personas tengan piezas más blancas y otras más grisáceas o amarillas. Esto no implica que, por ser dientes que se ven más oscuros, tengan una peor higiene o estén manchados.
Los motivos de estas distintas tonalidades es la composición de los dientes. La corona de las piezas, que es la porción que vemos en la boca, está formada por 3 capas, que de afuera hacia adentro son el esmalte, la dentina y la pulpa. Cada una de ellas posee un determinado grosor. De la combinación de estos espesores surgen las distintas tonalidades.
El esmalte es la parte más externa del diente y se caracteriza por ser translúcido. Por lo tanto, deja entrever la dentina que se encuentra por debajo, que tiene una coloración más amarillenta. Así, las personas que tienen una capa de esmalte más gruesa cuentan con piezas dentarias más blancas. En cambio, cuando la capa externa es más delgada, se puede observar más tejido subyacente y los dientes se perciben más oscuros. Entonces, una de las razones de que los nuevos dientes de tu hijo se vean amarillos puede ser que esa sea la coloración natural.
Los dientes de leche son más blancos que los permanentes
Es muy frecuente que los padres crean que los nuevos dientes de su hijo son amarillos cuando comienza la época del recambio dental. Pero, en realidad, esta sensación se debe a un fenómeno óptico. Como las piezas de leche son mucho más blancas que las permanentes, este contraste de colores hace parecer a los elementos definitivos demasiado oscuros al compararlos con los temporarios.
Las coronas de los dientes de leche poseen las tres capas que te contamos. La mineralización de los tejidos duros es diferente que en las piezas permanentes y las capas son más delgadas. Esto les da a las piezas temporarias un aspecto más blanquecino. De hecho, el aspecto blanco de estos dientes se asemeja con la coloración de la leche, lo cual es uno de los motivos por los que se los conoce con este nombre.
Por su parte, las piezas definitivas cuentan con más tiempo para la formación y mineralización de su corona. Las capas de esmalte y de dentina son más gruesas, por lo que su coloración es más oscura. Además, cuando se salen algunas piezas temporarias y emergen las definitivas, las diferencias de tonalidades se hacen evidentes. Esto sucede por la cercanía de los dientes viejos más blancos con los nuevos más amarillos.
Otras causas por las que los nuevos dientes de tu hijo son amarillos
Aclaradas estas dos situaciones normales que pueden provocar que los nuevos dientes de tu hijo se vean amarillos, veamos otras posibles causas de la coloración:
- Mala higiene bucal: cuando el cepillado de dientes es insuficiente o no se hace de manera correcta, se acumula placa bacteriana sobre las superficies dentarias. Si la placa persiste en el tiempo, puede calcificarse y transformarse en sarro, algo muy notorio por su color amarillo oscuro.
- Traumatismos: si tu hijo sufrió un golpe sobre el diente, el traumatismo puede ocasionarle un daño a la pulpa que se traduce en un cambio de coloración en la corona. Se trata de una mancha interna que no se quita con el cepillado. Primero, el diente se ve amarillo y, luego, vira al marrón o el negro.
- Medicamentos: el uso de algunas medicaciones durante la gestación o en la primera infancia del niño puede teñir las piezas dentarias de amarillo o marrón. El ejemplo más común son las tetraciclinas.
- Fluorosis: la exposición crónica a concentraciones elevadas de flúor durante la formación de los dientes ocasiona la decoloración de las mismas. Esta condición puede manifestarse con manchas amarillas.
- Hipoplasias: se trata de un defecto en el desarrollo del esmalte durante su formación. Esta afección puede verse en los dientes como manchas, puntos o rayas blancas o amarillas.
- Caries: esta enfermedad puede manifestarse como manchas amarillas en las piezas dentarias.
Consejos para evitar que los nuevos dientes de tu hijo se vean amarillos
Si los nuevos dientes de tu hijo se ven amarillos porque ese es su color natural o solo se trata de una ilusión óptica por el contraste con las piezas de leche, no hay nada por hacer. De todos modos, esta coloración también puede deberse al acúmulo de placa bacteriana, al sarro o a las caries.
Para evitar que los nuevos dientes de tu pequeño se cubran de bacterias, se manchen o se enfermen, deberás ocuparte de su cuidado. Con algunas prácticas simples podrás mantenerlos limpios y sanos. Para ello, ten en cuenta los siguientes consejos:
- Mantener una adecuada higiene oral: el cepillado de dientes durante 2 minutos, 2 veces al día y con la cantidad adecuada de pasta dental con flúor, es fundamental para controlar la placa bacteriana. El uso de hilo dental también evita que se junten residuos en las zonas interproximales.
- Cuidar la dieta y reducir el consumo de azúcares: esta es otra forma de evitar que la dentadura de los niños resulte afectada. Al limitar los alimentos dulces se disminuye la proliferación de las bacterias, se evita la aparición de caries y se reduce el daño sobre el esmalte.
- Visitar al odontopediatra cada 6 meses: el profesional podrá detectar cualquier problema que aparezca a tiempo y tratarlo de manera oportuna.
Dientes para siempre
Si los nuevos dientes de tu hijo se ven amarillos, lo más probable es que se deba a la diferencia de tonalidad con las piezas de leche que aún quedan en la boca. Esta percepción no es algo para alarmarse ni preocuparse, pues dejará de notarse cuando se complete el recambio dental. De todos modos, no debes descuidar la higiene y los cuidados que las nuevas piezas dentarias necesitan para mantenerse sanas y limpias. Recuerda que estos elementos deben durar en la boca de tu pequeño para toda la vida.
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