Cuando nuestros hijos están enfermos normalmente confiamos de forma ciega en los pediatras. Son personas formadas que están ejerciendo esa profesión por vocación y por el amor que sienten tanto por la salud como por los niños.
Pero como en todas las profesiones, puedes encontrarte con personas que no sean del todo agradables y que debas marcarles algunos límites. Quizá también debas hacerlo con tu pediatra.
Si tu pediatra es una de esas personas que no saben mantener las distancias o que no encuentran el límite entre lo profesional y lo que no lo es, entonces deberás tener en cuenta algunas cosas que no debes permitirle hacer.
Cosas que no debes dejar hacer a tu pediatra
No le dejes hacer juicios precipitados
El hecho de que tu hijo de tres años tenga una rabieta porque el médico le toca el oído para explorar su otitis -porque le duele-, no es razón para que tu médico lance un diagnóstico de trastorno por oposición desafiante. En este caso a tu pediatra tendrás que pararle los pies para que no emita juicios de valor sin fundamento, y menos cuando solo ha visto a tu hijo durante 10 minutos.
El trastorno por oposición desafiante no es algo que se deba tomar a la ligera y mucho menos que se deba decir con 10 minutos de visita en un consultorio. Si el niño llora es porque le duele y quizá se le deba mirar con más cariño o paciencia, nada más que eso.
No permitas que te asuste con estadísticas
A tu pediatra deberás frenarle en seco cuando te empiece a asustar con estadísticas. Las estadísticas están muy bien pero eso no significa que deba pasaros a vosotros también. La mayoría de las nuevas madres suelen estar mirando y buscando mucha información para saber si su hijo está evolucionando correctamente. Quizá tengas un bebé que tiene 15 meses y que no camine y que tampoco hable, pero hazme caso cuando te digo que si tiene buena salud, lo hará antes o después.
La mayoría de la población suele tener sus propias opiniones en cuando al desarrollo de los niños, pero aunque hayan estadísticas, es necesario que se respete el ritmo del niño. Confía en tus instinto de madre y disfruta de tu bebé, no te asustes antes de tiempo.
Pedirte algo que no te haga sentir bien
La intuición de madre siempre debe ser la protagonista en cualquier circunstancia, incluso cuando se trata de ir a visitar a tu pediatra. Si tu hijo tiene un cumpleaños en verano y el médico le dice que mejor que no vaya para que no se resfríe más… quizá hacerle caso no sea la mejor opción y sí el tomar precauciones. Esta sería una decisión personal y familiar para realizar.
No olvides que tú estás con tu hijo todo el día y que tu médico lo ve tan solo 15 minutos cada pocos meses o incluso más. Has visto cómo tu hijo crece, aprende y cómo es cuando tiene un mal día o cuando está muy feliz. Tú eres quien sabe realmente cuando algo anda mal en su salud o cuando está perfectamente.
No hay nadie en el mundo que conozca mejor a tu hijo que tú, lo único que no sabes es si tu hijo solo está resfriado o si quizá tiene faringitis estreptocócica, esto será cosa de tu pediatra el poder diagnosticarlo en caso de que sea necesario.
¿Alguna vez has sentido la necesidad de tener que pararle los pies a tu pediatra por alguna cosa en concreto? Recuerda que él/ella será el profesional, pero no debe inmiscuirse en tu vida personal ni en la de tu hijo si tú no le das permiso para hacerlo.