¿Qué debo saber antes de adoptar a un niño?

Las razones por las cuales una pareja decide adoptar a un niño pueden ser diversas, pero antes de dar un paso tan importante, es mejor prepararse e informarse muy bien con el fin de ofrecerle excelente calidad de vida al nuevo miembro de la familia.

Muchos especialistas recomiendan la adopción como la mejor opción cuando la mujer no puede tener un bebé por problemas de fertilidad. Pero también existe la posibilidad, de que sea una alternativa para mejorar la vida de un niño en condiciones de pobreza, abandono y maltrato.
No obstante, adoptar a un niño, cualquiera que fuese el motivo, implica asumir una serie de responsabilidades, pero si no se conocen con anticipación: la convivencia y el proceso de adaptación, tanto de los padres adoptivos como del niño, pueden verse comprometidos.
Debemos tener en cuenta que el niño no solo requiere cubrir sus necesidades y vivir en un hogar armonioso, sino que necesita de padres comprensivos que lo amen y apoyen, sin importar su origen.
Es imprescindible contemplar la adopción como la “aceptación de un hijo más” (siendo biológico o no) y no como un acto solidario.

Adoptar un niño o una niña significa que hay que educarlo, quererlo y cuidarlo, tal cual como se hace con un hijo biológico

El proceso de adoptar: preparación jurídica y psicológica

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Lo más importante a la hora de tomar la decisión de adoptar a un niño es tener la absoluta seguridad de querer dar este paso. Seguidamente se presentan algunos aspectos que involucran el proceso:
Preparación jurídica. Cada país u organización posee sus propias condiciones y normativas para que una pareja adopte a un pequeño. Lo mejor es que te informes con un abogado o en la propia institución acerca de los trámites que tendrás que hacer.  Por lo general, es un proceso bastante largo y de mucho papeleo que debes tener al día.
Preparación psicológica. Antes de que llegue el nuevo integrante a tu grupo familiar, es recomendable que realices un análisis de las circunstancias y experiencias de vida que trae este pequeño, a saber:
• Entorno o circunstancia proveniente.
• La edad del pequeño.
• Saber si posee discapacidades o tratamientos médicos.
• Condiciones en las que vivía con sus padres biológicos.
• Historial de vida.
• Cómo es su comportamiento y reacciones en la cotidianidad.
Personalidad  (características, rasgos, temperamento, etc.).
Toda esta información la podrás obtener en la institución en la que adoptarás al niño. 

¿Sabré hacerlo bien? ¿Me querrá? Y, ¿lo querré yo a él?

Adopta el optimismo
Los niños adoptados han experimentado situaciones complicadas, las cuales la mayoría de los padres adoptivos desconocen, sintiéndose en ciertos momentos desorientados y culpables. Pero lo más conveniente es controlar la situación recurriendo a la ayuda profesional.
Además, debes saber que los niños entienden las cosas de manera distinta a los adultos, cualquier cambio en su vida puede significar un desequilibrio emocional; lo mejor es darle tiempo para que progresivamente vaya entendiendo lo que está ocurriendo en su vida.
Es probable que durante este proceso de adaptación surjan episodios con reacciones de rechazo hacia ti y otros miembros de la familia, terrores nocturnos, depresión, falta de apetito, entre otras conductas. Cuando este tipo de situaciones se manifiesten procura no alarmarte, al contrario, llénate de una gran dosis de paciencia y haz el esfuerzo de ayudarlo a superar esta etapa.

Consejos para lograr la adaptación en el hogar

La llegada del niño al nuevo hogar debe ser lo más sano y tranquilo posible. Para él, todo es nuevo y hay que entenderlo de la mejor manera, así que hay que iniciar un paulatino acercamiento, mostrándole el hogar, los objetos, su nueva habitación, explicarle los derechos y deberes que debe cumplir, etc.
Con la finalidad de hacer un vínculo afectivo  ideal con el niño, una buena idea es planificar actividades en las que participen todos los miembros cercanos de la familia. Dependiendo de la edad del niño pueden por ejemplo jugar una partida de un videojuego, ir a pescar, hacer picnic, leer un cuento, etc.
Las expresiones de cariño deben ser sinceras y graduales, de manera que se vayan incrementando con el tiempo y con los momentos en familia. Una forma de expresarlo es con un tono de voz suave, frases motivadoras hacia sus cualidades evitando abrazos y besos que pueden agobiarlo desde un comienzo.

“La sangre solo hace parientes, el amor hace familia”

-Anónimo-

Bibliografía

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