La Dra. Kristina Butler, ginecóloga en Mayo Clinic de Arizona, Estados Unidos, asegura que comúnmente los quistes ováricos hemorrágicos no representan una amenaza para la fertilidad femenina. Contrario a lo que muchas mujeres creen, este padecimiento no constituye un motivo para que una mujer sea infértil, quizá es una condición que complique el proceso, pero no es algo definitivo.
Este tipo de padecimiento femenino está relacionado a la ovulación, aparecen especialmente en mujeres antes de llegar a la menopausia, pero aún no se ha establecido la causa que lleva solo a algunas a padecerlo. Existen claros controles contra los quistes, los cuales dependen del tamaño y los síntomas que provoquen.
Pese al temor al respecto, la fertilidad no debería verse afectada con la aparición de quistes hemorrágicos porque estos se forman como producto de la ovulación. Es decir, cada vez que se libera un óvulo durante el ciclo menstrual, el folículo que se rompe puede sangrar y originar una bolsa que más tarde se llena de líquido.
Los pequeños sacos llenos de líquido se forman en la parte superficial del ovario, pueden ser de diferentes tamaños, pero en ocasiones ni siquiera provocan síntomas alarmantes. Los especialistas no han descubierto por qué aparecen; sin embargo, se conoce que no alteran el ciclo, sino que se originan en este.
¿Cómo nos afectan los quistes ováricos?
En muy frecuente que una mujer conviva con uno o más quistes hemorrágicos sin haberlo notado, estos aparecen durante la ovulación y permanecen llenos de líquido sin que haya síntomas destacables. Pueden ser diagnosticados por medio de procedimientos ajenos al caso, a veces aparecen en una prueba en la región pélvica sin que produjera dolor u otra señal.
Cuando los médicos detectan la presencia de quistes de menor tamaño, pueden ser pequeños o medianos, pero sin mayor afección en la mujer, estos pueden sugerir que se realice un control. En gran medida, los controles son indicados para vigilar que el quiste no aumente de tamaño, pero normalmente estos desaparecen por sí mismos en poco tiempo.
Las ecografías de control deben realizarse cada cierto tiempo, en estas se puede evidenciar o no un aumento de volumen. En tal sentido, cuando se percibe un quiste con una dimensión superior a los 10 centímetros y además la paciente manifiesta dolor, los especialistas aconsejan una cirugía de extracción.
Hasta los momentos se puede decir que no representan problemas en cuanto a la fertilidad de la mujer, incluso con la cirugía, es posible que no haya la necesidad de extirpar el ovario. Aunque en ciertos casos el quiste ha comprometido el tejido del ovario y requiere ser extirpado, todavía tenemos esperanza de quedar embarazadas manteniendo el otro ovario en óptimas condiciones.
Problemas de infertilidad no se relacionan con los quistes
Como hemos comentado, según la Dra. Butler, en general no es un problema tener un quiste a la hora de querer ser madres. En el caso de que nuestros ovarios se vean comprometidos por la presencia de estos tumores, habrá muchos factores que influyeron para arrojar resultados negativos a nuestras aspiraciones de ser madre.
De acuerdo a lo explicado, el ciclo ovulatorio de la mujer continúa aún con este padecimiento, es decir, que quizá la causa de infertilidad sea otra muy diferente. Además, solo necesitamos de un ovario en sanas condiciones para tener opciones de un embarazo, por lo que es posible que la maternidad nos llegue incluso habiendo pasado por la extirpación de uno de estos.
La doctora asegura que los quistes ováricos hemorrágicos no repercuten en la fertilidad porque estos por sí mismos no afectan el proceso que hace fértil a una mujer. La única manera de que sean considerados una causa de infertilidad es que por su efecto sea precisa la extracción de los dos ovarios.
Tristemente no hay métodos conocidos para evitar que aparezcan los quistes y tampoco de prevenir que reaparezcan. Algunos investigadores afirman que quizá con la supresión artificial de la ovulación puede lograrse un valioso efecto; sin embargo, el resultado contrario es inconsistente con la razón que nos preocupa. En otras palabras, suprimir la ovulación impide un posible embarazo, pero no así la aparición de quistes.