El pensamiento alternativo, clave de la flexibilidad mental

El pensamiento alternativo nos abre las puertas a muchas oportunidades y es importante fomentar su desarrollo desde la infancia. Te contamos cómo.

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¿Sabes qué es el pensamiento alternativo? Es la clave (y la base) de la flexibilidad mental, pues nos ayuda a crecer como personas y a buscar diferentes perspectivas para una misma situación.

Así mismo, nos saca del pensamiento rígido y nos permite tener una mente más creativa en todos los ámbitos de la vida. Por todo esto, resulta tan importante inculcarlo a los niños desde que son pequeños.

A continuación, te contamos todo lo que debes saber de este aprendizaje y cómo fomentarlo en tus hijos.

El pensamiento alternativo

Cuando pensamos le damos forma a las ideas a través de la función ejecutiva cerebral. De esta forma, nos hacemos una representación mental de la realidad que nos rodea y damos lugar a que surjan nuevas ideas o diferentes puntos de vista para una misma situación.

El pensamiento alternativo es esa herramienta que nos ayuda a gestionar los pensamientos desde una perspectiva diferente. En general, este suele ser bastante positivo y nos incentiva a buscar soluciones a los problemas que se nos presentan y a ver la vida de un modo más optimista.

Esta habilidad mental se centra en la búsqueda activa de soluciones, como sucede en la lluvia de ideas. También, aumenta la creatividad para pensar las estrategias que mejor se adaptan a nuestras circunstancias y a nuestras posibilidades.

La imaginación se focaliza en los aspectos positivos de las cosas y en aquellas posibilidades de mejorar y de avanzar.

En síntesis, el pensamiento alternativo es los que nos hace reaccionar y sentir de una forma determinada ante cierta situación.

Dificultades en el desarrollo del pensamiento flexible en los niños

Cuando los niños tienen dificultades con el pensamiento alternativo o son poco flexibles, corren el riesgo de ver las cosas de una sola manera.

El pensamiento rígido no les permite adaptarse bien a los cambios y los lleva a atascarse en pensamientos repetitivos y pesimistas. Les cuesta mucho encontrar las soluciones a los problemas, porque no pueden ver más allá de los aspectos negativos de las cosas. De hecho, carecen de estrategias para proyectar ni resolver los problemas con éxito.

Todo esto puede afectar negativamente al aprendizaje y al desempeño de la vida en general, tanto en casa como en la escuela.

Ante un problema se quedan paralizados y no hacen nada. Y en la gran mayoría de los casos, esperan a que otros resuelvan sus conflictos porque no se sienten capaces de hacerlo por sí solos. Esto les genera una enorme frustración y un enfado hacia ellos mismos y hacia el entorno.

Algunas características de la rigidez mental en los niños son las siguientes:

  • No suelen aceptar las ideas de otras personas.
  • Hablan de lo mismo una y otra vez.
  • Se frustran siempre que las cosas les salen mal, pero repiten los mismos errores.
  • No les gustan los cambios ni los nuevos retos porque les generan nerviosismo.
  • Se enfadan cuando otros no siguen las normas.

Causas de los problemas en la flexibilidad mental

Normalmente, los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) suelen mostrar dificultades para desarrollar el pensamiento alternativo. No obstante, este no un rasgo exclusivo de esta condición.

Es muy común que cuando los padres son autoritarios o de pensamiento rígido, los hijos también lo sean.
Una velocidad de procesamiento más lenta de lo esperable también puede manifestarse a través de una limitación del pensamiento alternativo. Esto es porque hay menor capacidad de adaptación al cambio y pocas estrategias para buscar soluciones creativas.

Cómo ayudar a los niños a potenciar el pensamiento alternativo

Niño genio jugando al ajedrez.

Para potenciar el pensamiento alternativo en los niños es conveniente tener en mente algunos de los siguientes consejos:

  • Fomentar la lluvia de ideas para encontrar soluciones a un problema concreto.
  • Dividir una tarea complicada en varias más sencillas.
  • Dar opciones posibles para resolver un inconveniente y así reducir la ansiedad. Así mismo, incentivar a que los niños escojan la alternativa que mejor se adapte a esa circunstancia.
  • Trabajar este tipo de pensamiento con juegos de mesa o de cartas. Al ver las opciones de jugada de los otros jugadores, les será más fácil imitarlos.
  • Analizar y debatir acerca de las enseñanzas de los cuentos y las películas, así como las variables para resolver los distintos conflictos de las historias.

Todas estas resultan muy útiles para trabajar el pensamiento alternativo de los niños como base de la flexibilidad mental. Pero en general, cualquier juego, actividad o experiencia que involucre a la creatividad, también será bienvenida para conseguir que la mente de tu pequeño se desarrolle en este aspecto. 

Bibliografía

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  • Bausela Herreras, E. (2014). Funciones ejecutivas: nociones del desarrollo desde una perspectiva neuropsicológica. Revista mexicana de investigación educativa, vol.11 no.1. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1578-908X2014000100003
  • Mayo Clinic. El TDAH en niños. [Internet] Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/adhd/symptoms-causes/syc-20350889#:~:text=El%20trastorno%20por%20d%C3%A9ficit%20de,atenci%C3%B3n%2C%20hiperactividad%20y%20comportamiento%20impulsivo.
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