Lunares con pelos en niños: ¿qué debes saber?

Saber las características distintivas de los lunares es importante para reconocer aquellos que son atípicos. A continuación, te brindamos más información.

Los lunares con pelos en los niños representan tumores melanocíticos benignos de la superficie cutánea. Estos suelen permanecer estables respecto de su comportamiento y tamaño o desaparecen en el transcurso de la vida. Su aspecto puede variar entre los niños. Esto se debe a que depende del momento de adquisición del lunar, de la diferenciación de la célula de origen y de las mutaciones adquiridas que pueda tener.

¿Los lunares con pelos en los niños pueden malignizar?

Las primeras dos décadas de vida se caracterizan por la aparición y el desarrollo de los lunares. Por eso, resulta una etapa muy importante para controlar los nevos. La mayoría de los lunares desaparecen o permanecen estables durante la vida y menos del 5 % pueden sufrir cambios que se detectan en los exámenes dermatoscópicos.

¿Se pueden quitar los pelos de los lunares?

Quitar los pelos de los lunares no aumenta las probabilidades de malignizar una lesión pigmentada. Por otra parte, tocar constantemente o rascar el lunar no lo va a transformar en una lesión maligna. Sin embargo, no es recomendable hacerlo, ya que existe mayor riesgo de que se desarrolle una infección bacteriana secundaria debido a las manos sucias de los niños.

Los lunares que poseen pelos tienen una mayor probabilidad de ser benignos y de tener un riesgo de lesiones muy bajo.

El control dermatológico en los niños

Se recomienda un control anual con el médico dermatólogo para que evalúe y analice los lunares que presenten los niños. Asimismo, se tendrá en cuenta si hubo modificaciones en ellos respecto de las consultas anteriores. Por su parte, la asiduidad de las consultas depende, en gran medida, de los antecedentes familiares, del tipo de piel y de la cantidad de lunares que el niño tenga.

La picazón tampoco suele ser un signo de malignidad de los lunares con pelos en los niños. Lo más habitual es que la piel se encuentre seca y que requiera de una correcta humectación.

Tratamiento de los lunares

En general, la mayoría de los lunares, con pelos o sin ellos, no requieren de ningún tipo de manejo terapéutico. Sin embargo, aquellos que afectan en el aspecto estético, se encuentran en una región del cuerpo con demasiado roce o el médico indique extirpar, deben ser removidos. En el caso de los nevus congénitos gigantes, se indica exéresis debido a que las probabilidades de desarrollar lesiones malignas puede ser elevada.

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La regla del ABCDE

Los autoexámenes regulares de la piel disminuyen la profundidad de los carcinomas en el momento del diagnóstico. Además, facilitan un menor riesgo de lesiones malignas de la piel cuando se combinan con visitas periódicas al dermatólogo. La regla del ABCDE abarca las características clínicas de estas afecciones:

  • A: Asimetría: cada mitad del lunar debe ser similar.
  • B: Bordes: estos deben ser lisos y definidos de manera clara y no borrosos ni festoneados.
  • C: Color: uno de los motivos de consulta más frecuente de los lunares es su coloración anormal.
  • D: Diámetro: controlar el tamaño de las lesiones pigmentadas de la piel, en especial en aquellas que miden más de 6 milímetros o se encuentren en crecimiento.
  • E: Evolución: el crecimiento en forma de cúpula o de manera exagerada puede ser una advertencia de malignidad.

Hay que tener en cuenta que los lunares en los niños se encuentran más activos respecto de los de los adultos. Por lo tanto, la presencia de alguno de estos cambios no necesariamente significa algún grado de malignidad.

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La dermatoscopia es una técnica en la que se utiliza un instrumento con aumento y luz para hacer un diagnóstico de las lesiones pigmentadas o potencialmente malignas de la superficie cutánea.

La regla del «signo del patito feo»

Ambas reglas de autoexamen de lunares son complementarias entre sí y no son alternativas iguales. Por esto, la regla del «signo del patito feo» es otra señal de advertencia de lesiones malignas. Esta se centra en el concepto de que la gran mayoría de los lunares normales del cuerpo son semejantes entre sí, mientras que las lesiones malignas tienden a diferenciarse del resto. Es decir, siempre se deben comparar todas las afecciones pigmentadas de la piel entre sí.

Las lesiones atípicas pueden distinguirse por su tamaño, su coloración o sus características particulares. Por ende, este tipo de lunar requiere de un mayor seguimiento en controles médicos o indicación del médico de exéresis quirúrgica.

Lunares con pelos en los niños y la protección solar

Es importantísimo aplicar las medidas de cuidado y protección solar desde edades tempranas. Esto se debe a que el 80 % del daño de los rayos solares se produce en la niñez y en la adolescencia. En este sentido, la protección de la exposición solar directa mediante filtros o métodos físicos es la mejor indicación de cuidado y prevención de lesiones malignas en el futuro.

Bibliografía

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  • Everett MA. The management of congenital pigmented nevi. J Okla State Med Assoc. 1991 May;84(5):213-8. PMID: 2072185.
  • Robinson JK, Nickoloff BJ. Digital epiluminescence microscopy monitoring of high-risk patients. Arch Dermatol. 2004 Jan;140(1):49-56. doi: 10.1001/archderm.140.1.49. PMID: 14732660.
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