Si eres padre o madre, sabrás de sobra que los niños y las niñas tienen rabietas, igual que les pasa a los adolescentes e incluso a los adultos. Aunque, por supuesto, no son las mismas rabietas las que tiene un niño pequeño que un adolescente o una persona de cierta edad. Por eso es tan importante apaciguarlas y vamos a explicarte cómo calmar las rabietas de los niños según Montessori.
Cuando un niño aprende desde pequeño a que sus picos emocionales pueden calmarse, aprenderá una mejor autorregulación en el futuro. Las rabietas son una señal clara de baja tolerancia a la frustración. Los padres tenemos herramientas para ayudar a nuestros hijos a que no empeore su estado emocional.
Aprende a calmar las rabietas de los niños según Montessori
Para calmar las rabietas de los niños según Montessori, primero debes saber que es una metodología que se centra en el respeto al menor, así como tener en cuenta en todo momento su evolución y su capacidad de aprendizaje.
María Montessori defendía el acompañamiento de los niños para su aprendizaje; los adultos deben ser sus guías desde el más profundo amor y respeto. Hay que darles el espacio que necesitan para que, por medio de la exploración, los pequeños aprendan a través de sus propios recursos, siempre y cuando el adulto esté presente y sea su guía.
Los errores son los grandes maestros, y las emociones y los sentimientos… Esto es fundamental cuando se quieren gestionar las rabietas en los niños. Estas pueden alterar el estado emocional de los padres, pero es primordial mantener la calma para ser un buen guía del pequeño que necesita aprender a controlar sus emociones más intensas.
Las rabietas suelen aparecer cuando los niños quieren tener algo y no lo consiguen. La baja tolerancia a la frustración (natural en las edades más tempranas) hace acto de presencia en forma de enfado exagerado que el niño no es capaz de controlar por sí mismo.
Si los padres guían al pequeño en estos momentos tan delicados e importantes para su aprendizaje, entonces, el menor será capaz de aprender a controlar estos picos emocionales y en el futuro se autorregulará con éxito. ¡Tendrá una autoestima más fuerte y una estupenda confianza en sí mismo! Pero ¿cómo conseguirlo?
Desde el respeto, un abrazo sincero
Quizá tú también tengas las emociones algo desbordadas si tu pequeño está teniendo una crisis intensa: el enfado y en cansancio aparecen dentro de ti. Pero debes comprender que para poder aportar calma a tu hijo, debes tener calma también. Si te sientes mal, respira hondo y no manejes la situación hasta que sientas que puedes hacerlo desde el respeto.
Muestra a tu hijo empatía y nunca le grites, le regañes o tengas un comportamiento agresivo. De esta manera, le darás un espacio adecuado para esa explosión de sentimientos y, después, a través de un abrazo sincero, calmarás esa emoción que se ha apoderado de su ser.
¿Qué te dice con esa rabieta?
Todas las rabietas van con un mensaje detrás; el niño te está diciendo sin palabras que tiene una necesidad que no ha cubierto. En este sentido, es importante que seas un observador activo y que permitas que tu pequeño te asienta con la cabeza ante las preguntas que le haces sobre lo que puede estar necesitando. Quizá solo necesite ayuda en algo o un abrazo.
Habla cuando llegue la calma
Habla con tu hijo cuando se haya tranquilizado, pero nunca antes. Para calmar las rabietas de los niños según Montessori, escucha todo lo que tiene que decirte y permite que se exprese con confianza hacia ti. Habla con él y hazle preguntas cortas que sepa responder sobre su enfado. Dile que le entiendes y que le comprendes, pero que no es razón para que actúe de una forma negativa.
No te pongas a la defensiva
Bajo ninguna circunstancia te pongas a la defensiva cuando tu hijo tenga una rabieta. Mírale con compasión, sabiendo que necesita algo y que puedes ayudarle. Sé humilde, no te sientas un ser superior, simplemente un guía que necesita para comprender mejor su entorno y su yo interno.
Para ello, para calmar las rabietas de los niños según Montessori, habla con la voz calmada. La empatía que le muestres a tu hijo hará que se calme automáticamente y que, si tiene el cuerpo tenso por ansiedad, también se relaje. Ponte en su lugar, mira desde sus ojos,y verás un mundo totalmente diferente.
Para calmar las rabietas según Montessori, nunca le juzgues
Nunca le juzgues, ni le critiques ni mucho menos le insultes. Llorar y sentirse triste no es algo malo, de hecho, es necesario reconocer estas emociones para poder regularlas en el futuro.
En definitiva, enseña a tu hijo a entender la emoción para que, en el futuro, sepa expresar cómo se siente sin llegar a un estado iracundo.
Bibliografía
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- Prada Gallego, M. (2019) Educar en la felicidad: Montessori en el hogar, de la teoría a la práctica. Editorial: Oberon.