El deporte y las emociones infantiles

Las emociones juegan un papel esencial en la vida deportiva de los niños. Pero no solo dentro del campo, sino también fuera de él.

Niña jugando al tenis.

El deporte juega un papel importante en las emociones infantiles. De hecho, estas tienen un impacto inmenso en el rendimiento de los niños a todos los niveles; también en su percepción de la participación deportiva.

Cuando los niños pierden la calma y la concentración por sus emociones, su ansiedad aumenta. Aprender a manejar las emociones es tan importante para el éxito del pequeño como lo es el dominio del deporte en sí.

El deporte y las emociones infantiles

Niño practicando judo para comprender la relación entre el deporte y las emociones infantiles.Emociones negativas

No cabe duda de que las emociones negativas están presentes en los deportes en general y en el deporte infantil en particular. Por lo general, los niños se sienten frustrados cuando no pueden desarrollar una habilidad o cuando no son capaces de aprender una nueva técnica tan rápido como quisieran.

Además, es habitual que los chicos se enfaden y se sientan decepcionados cuando pierden. A nadie le gusta perder. El problema es considerar esto como un fracaso, algo bastante corriente entre los niños, en especial cuando acumulan muchas derrotas.

También es habitual que experimenten miedo si perciben riesgos físicos en el deporte. Esto es muy importante cuando a su alrededor ven muchas lesiones o se sienten amenazados por otros jugadores que no juegan limpio.

Reemplazar en el deporte las emociones negativas por otras positivas

Para que los niños sean capaces de generar emociones positivas en el deporte hay que echarles una mano para que sean capaces de ver que es posible reemplazar las emociones negativas y usarlas como herramientas de motivación, persistencia y resiliencia.

El orgullo por el trabajo bien hecho o por el máximo esfuerzo, así como la satisfacción por haber llegado al final de una competición ayudarán a los chicos a mejorar su percepción del deporte. También ayudará a que su participación sea más agradable.

Para potenciar este punto de vista, es importante que padres y entrenadores no pongan el foco en el resultado final ni en la consecución final de habilidades. Para que esto funcione, hay que valorar la mejora continua, el juego limpio, el compañerismo y el interés.

Además, es importante no ignorar las preocupaciones de los niños, no infravalorar sus emociones negativas. Hay que escucharlos y ayudarles a ver lo bueno que ha pasado, así como ayudarles a ver desde una perspectiva diferente eso que les angustia.

Ayudar a los niños a dominar las emociones

Las emociones que los niños experimentan en el deporte pueden ser muy intensas. Pero, tanto si son negativas como positivas, es importante ayudar a los pequeños a dominar esas emociones que les produce deporte.

Esto se debe a que los chicos pueden haber visto a deportistas adultos reaccionar de maneras extremas, tanto en casos de éxito como de fracaso. Esto es especialmente aparatoso en el caso de los deportistas profesionales. Los niños asumen que estas manifestaciones extremas son la forma en la que tienen que reaccionar. Pero esto puede dar lugar muchos problemas, tanto personales como sociales.

Además, en el deporte unas veces se gana y otras se pierde. No controlar los impulsos puede provocar que los niños se sientan en una noria que no les traerá nada bueno en el futuro. De hecho, que los chicos aprendan a dominar la emociones derivadas del deporte les será muy útil de cara a su vida adulta, no solo en cuanto a la práctica deportiva, sino también en otros ámbitos.

Estrategias para ayudara los niños a controlar sus emociones

Jim Taylor, especialista en psicología del deporte y crianza de los hijos, y profesor en la Universidad de San Francisco, propone las siguientes estrategias para que los padres puedan ayudar a sus hijos a dominar sus emociones son las siguientes:Niño en natación.

  • Conocer el bagaje emocional del niño. Si un menor suele sentirse frustrado, enojado o asustado, lo más fácil es que también le ocurra lo mismo en la práctica deportiva.
  • Ser un modelo a seguir saludable. La mejor forma de enseñar a niño a reaccionar ante las emociones es ser un modelo de referencial. Por lo tanto, los padres deben demostrar, a través de sus acciones, la manera que consideran adecuada de manejar las emociones.
  • Permitir que los hijos sientan todas las emociones. Muchos padres intentan proteger a los niños para que no tengan emociones negativas y no se sientan mal. Pero si no experimentan este tipo de emociones no aprenderán nunca a manejarlas.
  • Participar en el entrenamiento emocional. Esto significa guiar a los niños cuando estén molestos para que reconozcan cómo se sienten y puedan reconocer en el deporte las emociones infantiles.
  • Reconocer las emociones con sinceridad y honestidad. Los padres deben reconocer plenamente las emociones de sus hijos y no devaluarlas o infravalorarlas.

Para finalizar, es importante considerar que muchas de las frustraciones que sienten los niños con el deporte se deben a que sienten que han defraudado a sus padres y entrenadores. Por eso, es muy importante hacer ver a los pequeños que eso no es así (incluso aunque así sea). Y es que muchos padres se proyectan en sus hijos, por eso hay que recordar que esta es la experiencia del niño, no de sus padres.

Bibliografía

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