En el proceso de la enseñanza de la lectura, existen varias teorías. El más estudiado es el reconocimiento de las palabras a través del modelo de la doble vía, introducido por Marshall & Newcombe en 1973. Este modelo distingue dos grandes grupos de operaciones cognitivas: las implicadas en el reconocimiento de las palabras y las que intervienen en la comprensión.
Nos centraremos en el proceso de reconocimiento de las palabras a través de ‘el modelo de la doble vía’. Según este modelo, existen dos vías para acceder al léxico: la vía fonológica y la vía léxica. Ahora bien, un déficit en cualquiera de estas dos vías puede dar lugar a dificultades de aprendizaje.
El reconocimiento de las palabras: el modelo de la doble vía
Leer una palabra es una operación tan automática que parece difícil que conlleve operaciones específicas. Así pues, leer palabras como “casa” o “niño”, nos resulta muy sencillo. Parece algo tan natural como escucharlas o percibirlas. Las leemos globalmente y accedemos a su significado de forma inmediata.
Pero, en otras ocasiones, si nos enfrentamos a palabras desconocidas, muy largas o poco familiares, el proceso de lectura y el acceso al significado nos resultan más complicados; tal y como demuestra el siguiente estudio publicado por la Universidad de Granada. Además, al leer palabras desconocidas, se pueden dar dos situaciones:
- Si nos encontramos con la palabra “niullor”, al leerla, primero accedemos al sonido de la palabra, y más tarde, accedemos a su significado. Nos hemos dado cuenta de que se refiere a la gran ciudad. Por lo tanto, el reconocimiento y el significado de la palabra ha sido un proceso más lento.
- Si nos encontramos una palabra desconocida, por ejemplo “Ahumimeitec”. Somos capaces de leerla, y hemos accedido a su forma oral, sin embargo, no hemos podido acceder a su significado, puesto que es una palabra inventada.
Estos ejemplos nos llevan a explicar el modelo de la doble vía en el reconocimiento de las palabras: “a través de dos vías que facilitan acceso léxico al tratar de leer, una vía es mediante el sistema semántico, y la otra por medio de las conversiones grafema-fonema”. Así lo detallan Elizabeth Ijalba Peláez y Eduardo Cairo Valcárcel en el artículo “Modelos de doble-ruta en la lectura”.
¿Cómo funciona la vía léxica en el reconocimiento de las palabras?
La vía léxica la hemos utilizado al leer “casa” y “niño”. Hemos leído estas palabras globalmente sin necesidad de descomponerlas. Además, hemos accedido a su significado de manera inmediata. Así pues, mediante esta vía, leemos las palabras conocidas y familiares, es decir, palabras que ya existen en nuestro vocabulario visual y mental.
Por lo tanto, la vía léxica o directa supone un reconocimiento inmediato de la palabra escrita, así como el acceso a su significado. Ahora bien, este reconocimiento inmediato requiere memorizar los patrones de letras que distinguen unas palabras de otras, fruto de haberlas visto muchas veces.
¿Cómo funciona la vía fonológica en el reconocimiento de las palabras?
Al leer las palabras “niullor” y “Ahumimeitec”, hemos visto que el proceso de lectura ha sido más lento, ya que son palabras desconocidas para nosotros. Pues bien, para leerlas, hemos utilizado la vía fonológica o indirecta.
Para leer mediante esta vía, se hace un proceso interno. En primer lugar, dividimos la palabra en fonemas (sonidos) y después las unimos para, así, llegar a su significado. Por lo tanto, la vía fonológica consiste en acceder al significado de las palabras mediante la conversión grafema-fonema. Es decir, transformamos los símbolos gráficos que vemos en fonemas (sonidos) que conocemos.
De tal manera que, mediante la vía fonológica, se puede leer todo tipo de palabras. Palabras que no hemos visto nunca, palabras largas y pseudopalabras. Sin embargo, esta vía es más lenta que la vía léxica, mediante la cual leemos globalmente.
Hay que tener en cuenta que, si no se conocen las reglas de conversión grafema-fonema se tenderá a sustituir el sonido de unas letras por otras. Por ejemplo, si nos encontramos con la letra /c/ en la palabra cine y no se conoce la regla, se leerá /quine/ en vez de /cine/.
Estas dos vías, fonológica y léxica, deben adquirirse en el proceso de aprendizaje de la lectura. Y, además, deben manejarse perfectamente para convertirse en un buen lector, ya que, cuando leemos, se activan las dos a la vez; la léxica para las palabras conocidas y la fonológica o indirecta para las palabras desconocidas.
Así pues, en caso de no manejar correctamente alguna de las dos, el niño tendrá dificultades en el reconocimiento de la palabra y, consecuentemente, en la lectura y en la comprensión.
Dificultades en el reconocimiento de las palabras
Como hemos dicho anteriormente, para que el niño se convierta en un buen lector, es imprescindible que maneje correctamente las dos vías de reconocimiento de las palabras.
Hay niños que tienen dificultades en operar con las dos vías y otros que solo tienen problemas en alguna de ellas. En caso de tener dificultades al operar con la vía fonológica, se habla de dislexia fonológica. Y, si la dificultad está en la vía léxica, se habla de dislexia de superficie.
Así pues, un niño con dislexia fonológica podrá leer palabras familiares a través de la vía léxica, pero tendrá dificultad en leer palabras largas y desconocidas. Cometerá muchos errores de omisión, adición, inversión y sustitución, ya que tiene dificultades en el proceso de conversión grafema-fonema.
El niño con dislexia de superficie tendrá problemas a la hora de leer palabras irregulares. En consecuencia, leerá haciendo repeticiones, rectificaciones y silabeos. Además, será más lento en la lectura. Sin embargo, no tiene dificultades en la conversión de grafema-morfema de palabras regulares.
El reconocimiento de la palabra escrita mediante el modelo de la doble vía: un progreso en el aprendizaje
Como hemos visto, existen dos vías diferentes, aunque complementarias, para acceder al significado de las palabras: la vía léxica y la vía fonológica. Es importante que el niño, durante el proceso de aprendizaje de la lectura, adquiera y domine las dos vías de lectura. Esto lo convertirá en un lector competente.
Si el pequeño presenta dificultades en alguna de las dos vías, se le tendrá que prestar ayuda, de lo contrario, tendrá problemas tanto para leer como para comprender textos.
Bibliografía
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