Todo acerca de la fase lútea corta

Se trata de una de las dificultades más comunes a la hora de concebir. Conoce los síntomas que tiene y cuál es el tratamiento más adecuado para curarla.

Conoce de qué se trata la fase lútea corta

¿Alguna vez has oído hablar acerca de la fase lútea corta? Si no es el caso, te comentamos que se trata de una de las dificultades más comunes a la hora de concebir. De hecho, muchas mujeres la padecen y no están al tanto de ello hasta que su médico se los diagnostica.

¿Qué es la fase lútea corta?

Según los especialistas, una fase lútea corta puede perjudicar tu fertilidad dado que este estado impide la implantación del óvulo fertilizado, así como también puede causar abortos espontáneos reiterados durante las primeras etapas del embarazo. Así pues, se trata de una condición a la que hay que prestar atención.

La fase lútea corta se regista con mayor frecuencia en mujeres que superan los 35 años de edad, y en los casos en los que la producción de la progesterona en el cuerpo lúteo es insuficiente o de una duración excesivamente breve.

Recordemos que la progesterona (P4) es la hormona sexual que se encarga de establecer las condiciones necesarias para que pueda darse la fecundación. En otras palabras, prepara el útero para que esté apto en el momento en que los espermatozoides intenten fertilizar el óvulo.

Cuando no existe una producción de progesterona suficiente en el cuerpo femenino, la fecundación resulta casi imposible.

¿Cómo se da la fase lútea corta?

Durante un ciclo menstrual normal, la fase lútea se inicia luego de la ovulación. Su duración suele ser desde la finalización de la ovulación hasta el comienzo del siguiente período. A lo largo de este lapso de tiempo, el cuerpo lúteo libera progesterona, ayudando a que la membrana endometrial pueda prepararse para la implantación.

Sin embargo, muchas mujeres que poseen una deficiencia de la fase lútea (DFL) o de una fase lútea corta, no son capaces de producir la suficiente cantidad de progesterona durante ese proceso. Por ende, su endometrio no responde a la estimulación de la hormona y la membrana endometrial no está preparada para soportar la implantación. Esta es la razón por la cual la fecundación no es posible.

Si bien es complicado precisar un factor específico que cause esta dificultad. Existen numerosos factores que afectan el ciclo menstrual. En contados casos, los DFL o la fase lútea corta, tienen su origen en los problemas con la tiroides o por caso de hiperprolactinemia.

Por otra parte, la hiperprolactinemia es la condición en la cual se presentan elevados niveles de la hormona sexual llamada prolactina -responsable de la producción de la leche materna- de forma anormal en el sistema reproductor femenino.

Sintomatología

Debido a que la mayoría de las mujeres que padecen DFL tienen ciclos menstruales aparentemente normales –puesto que sus períodos serán regulares– un porcentaje muy bajo de ellas experimentará con frecuencia ciclos menstruales de duración breve.

En líneas generales, la sintomatología de la fase lútea corta es bastante sutil. De hecho, a menudo los síntomas pueden pasar inadvertidos.

No obstante, aquellas que intentan activamente quedar embarazadas, pueden notar algunos síntomas de esta enfermedad un poco antes que las demás. ¿Cómo lo notan? En tanto experimenten problemas al intentar concebir. Esto se debe a que la progesterona causa un aumento significativo de la temperatura basal de su cuerpo.

Aquellas mujeres organizadas que realicen una tabla o gráfico de su ovulación, probablemente descubrirán que sus períodos ocurrirán antes de los 14 días tomados como referencia, luego de su ovulación. Entre las señales de alerta más frecuentes e importantes que pueden indicarnos cierta insuficiencia del cuerpo lúteo. Entre ellos, se destacan los siguientes:

El tiempo es un factor determinante en nuestro organismo.

  • Esterilidad.
  • Infertilidad.
  • Aborto espontáneo.
  • Duración de fase lútea menor a 9 días.
  • Pequeños sangrados durante la fase lútea.
  • Concentraciones bajas de progesterona en la sangre.

¿Cómo se diagnostica?

El método de diagnóstico actual más preciso y detallado es la biopsia endometrial. Este se realiza 1 o 2 días antes de que la mujer tenga su período y el procedimiento consiste, básicamente en tomar una muestra de la membrana endometrial.

Una vez tomada la muestra, el médico fecha y analiza si esa fecha concuerda con la del ciclo actual, la mujer está atravesando su “fase” en un ciclo menstrual normal. En caso de existir una diferencia de más de 2 días entre la fecha proporcionada por el laboratorio y aquella en que la mujer tiene su ciclo, se considera “fuera de la fase”.

Cuando se evidencia un ciclo menstrual fuera de la fase o irregular, esto se considera como un posible indicador de una deficiencia en la fase lútea.

Sin embargo, toda mujer debe esperar a tener dos resultados de biopsias que indiquen el “fuera de la fase” para que efectivamente se le diagnostique una fase lútea corta. Por eso existe una serie de exámenes más minuciosos y detallados capaces de determinar sus causas.

Tratamiento para la fase lútea corta

Afortunadamente, tratar y curar esta condición es bastante sencillo. Por supuesto, el tratamiento depende del factor causal y de la medicación o droga hormonal que el médico indique a la mujer con la fase lútea corta para solucionar su problema. Así los problemas de infertilidad pueden cesar rápidamente.

El tratamiento que se emplea habitualmente es el suministro de progesterona natural a partir de la ovulación y hasta completar las 13 primeras semanas de gestación. Por lo general, las dosis utilizadas son de 300mg por día y la administración suele ser vaginal.

Un tratamiento alternativo implica la inyección intramuscular de una hormona llamada gonadotropina coriónica humana. Se aplica una dosis de 10.000 unidades internacionales cada 10 días, durante el mismo lapso que en el caso anterior.

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