Hay situaciones en la vida que sobrepasan nuestras capacidades de hacerle frente, eso nos sucede a todos, incluso es algo que puede ocurrir varias veces a lo largo de la vida. En general, aunque la situación sobrepase nuestra barrera de lo aceptable, desarrollamos nuevas estrategias para lograr superarla, así es como los seres humanos nos vamos haciendo fuertes.
Cuando una persona no logra desarrollar estrategias extra para superar las adversidades, recurre a otras vías menos saludables emocionalmente, una de ellas es autolesionarse.
¿Cómo reaccionan los niños al estrés o al dolor emocional?
Los niños, en general suelen reaccionar de maneras muy variadas. Hay unos más sensibles que otros y también con experiencias personales distintas. Todo esto influirá en su manera de afrontar las situaciones difíciles. Algunos de los comportamientos que podemos encontrar son:
- Cambios de humor repentinos, se vuelven llorones o se enfadan rápidamente.
- Lucen temerosos.
- Pierden el apetito.
- Tienen problemas para dormir.
- Alopecia (se les cae el pelo).
- Onicofagia (se comen las uñas).
- Tienen dificultades para mantenerse atentos.
- Se autolesionan.
¿Qué significa autolesionarse?
Autolesionarse tiene que ver con infligirse daño voluntariamente, esto genera una sensación de alivio y desahogo en la persona que padece el trastorno. Puede aparecer en niños, adolescentes o adultos, siendo más común en las mujeres y en los últimos dos grupos. El tipo de lesiones suelen variar y comprenden cosas como:
- Morderse.
- Cortarse o rasguñarse.
- Quemarse.
- Golpearse fuertemente.
- Marcarse la piel con haciendo presión con objetos.
Por desgracia, este comportamiento ha ido en aumento en los últimos años. De hecho, un estudio de la Revista de Psicopatología y Psicología Clínica demostró que este comportamiento se observa hasta en el 28 % de los adolescentes. Así que si tu hija se autolesiona, pon atención a lo que te decimos a continuación.
¿Por qué lo hace?
La persona que se autolesiona, sea niño o adulto, suele hacerlo en privado como una expresión de un profundo dolor emocional que no ha sabido canalizar de otra manera. Muchas personas asocian las autolesiones con el suicidio, sin embargo, se trata de una forma de aliviar la angustia emocional de un momento determinado.
En el caso de los niños, puede ocurrir en igual proporción en hembras y varones y suele ser una especie de grito silencioso en el que reclaman ayuda y atención de manera desesperada. Cuando un niño se autolesiona, amerita atención psicológica inmediata. No es momento de abordajes caseros, es una situación de emergencia emocional.
Más allá de saber por qué tu hija o hijo se está autolesionando, es más importante identificar cuando lo está haciendo. Sin embargo, este hecho puede llegar a ser muy difícil, ya que los adolescentes no lo manifestarán de forma explícita. En este sentido, deberás identificar algunas de las siguientes señales:
- Cambios en el comportamiento o actitud.
- Presencia de lesiones anormales que no sanan o empeoran.
- Cicatrices sospechosas.
- Aislamiento repentino.
- Múltiples cortes en el mismo lugar.
- Usar muchos parches o curitas.
- Usar ropa manga larga a pesar de un clima caluroso.
¿Qué la llevó a autolesionarse?
Si tu hija/o se autolesiona, con toda seguridad está atravesando por una situación muy dura y que le ha resultado difícil de lidiar, puede deberse a situaciones como:
- Cambios abruptos.
- Muerte de un ser querido importante.
- Algún tipo de abuso (físico, sexual, emocional).
- Autoestima baja.
Algunos niños también lo hacen con la intención de llamar la atención o de encajar en algún grupo donde esto es una práctica habitual, se aprovechan de la vulnerabilidad emocional de las chicas que quieren ser parte del grupo y le imponen retos como autolesionarse para dejarles ser miembro. Estas condiciones no son menos graves que las anteriores, todas ameritan intervención especializada, pues de algún modo te dejan ver que tu hija no tiene solidez emocional suficiente ni siquiera para sobrellevar el día a día social.
Y ahora ¿qué hago?
- Solicita cuanto antes una cita con un buen psicólogo que aborde el aspecto emocional del ser humano. Existen psicólogos sociales, educativos, infantiles, de pareja, industriales, la gama es amplia, asegúrate de elegir al profesional adecuado.
- Revisa de inmediato qué está pasando en la vida de tu hija/o, intenta ubicar la causa, esto es indispensable.
- Adopta una actitud cálida, de comprensión y afecto para tu pequeña/o que te necesita más que nunca.
- Abre la comunicación con tu hija/o, propicia que se sienta libre de hablarte, que tu escucha le proporcione paz y seguridad sean cuales sean las razones que llevaron a hacer esto.
- Probablemente tú también estés inmersa en la situación que llevó a tu hija/o a autolesionarse, así que prevé atención psicológica para ti también. Es indispensable que te reconozcas con humildad como una madre falible como somos todas, con posibilidades de cometer errores.
- Sé totalmente sincera y transparente con el profesional que los atenderá, no te reserves información o des información a medias, esto solo retrasará la mejoría de tu hija/o y la tuya también.
- Asegúrate de respetar la privacidad de tu hija, evita hacer comentarios con otras personas que la hagan sentirse expuesta en algo que le resulta doloroso.
- Sé consecuente hasta el final con el tratamiento psicológico. Aunque veas cambios importantes y creas que ya todo ha sido superado, mantén tu asistencia constante hasta que el especialista les dé el alta, de lo contrario tendrán amplias posibilidades de recaer.
Toda experiencia es un aprendizaje
Quisiéramos que nuestros hijos aprendieran solamente a través de experiencias maravillosas y enriquecedoras, ojalá que así fuera. Sin embargo, a veces la vida nos presenta situaciones que nos ponen a prueba desde todo punto de vista, son eventos que son muy desagradables y marcan nuestra vida de una manera negativa, pero que debemos aprovechar de una manera positiva.
Si este ha sido el caso de tu hija/o, además de acompañarla en su proceso de recuperación, enséñale que toda experiencia es un aprendizaje, apóyala/o a salir fortalecida/o de este capítulo en su vida para que sea solo eso, un mal capítulo y no la novela completa.
Aprendan juntos acerca de lo que las llevó a este punto para que nunca más vuelvan a pasar por allí. De eso se trata la vida, crecerse con las adversidades.