Una mamá sobreprotectora evita, a veces inconscientemente, que sus hijos asuman sus propias vidas. Se caracteriza porque logra que estos evadan o no adquieran responsabilidades, ni asuman libertades y experiencias acordes a su edad.
¿Te has preguntado alguna vez si eres una mamá sobreprotectora? Analiza estos signos y descúbrelo por ti misma.
Recuerda que tu tarea como madre no se debe enfocar solamente en proteger a tus hijos y evitarles la confrontación. También es necesario que les des las herramientas para enfrentar y superar retos, para ser personas independientes y capaces.
“Los niños que solo escuchan alabanzas se vuelven adictos a ellas, evitan aquellas tareas difíciles en las que se sienten inseguros y acaban fracasando cuando se embarcan en actividades en las que no son buenos”
–Ashley Merryman–
Cosas que hace una mamá sobreprotectora
1.- Tratar de resolver todos los problemas de los niños
Cuando surgen las dificultades, las madres sobreprotectoras toman el control rápidamente. Se esfuerzan al máximo porque sus niños no experimenten ningún tipo de incomodidad.
Para que los hijos no sufran, no les permiten desarrollar la tolerancia a la frustración y la capacidad para resolver problemas.
2.- Tener contacto muy frecuente con el colegio de los chicos
En vez de enseñarles a los hijos cómo actuar ante una situación, buscan intervención de terceros. Cuando se presenta un problema en la escuela, los padres sobreprotectores acuden a los docentes para que lo resuelvan.
No importa si se trata de una nimiedad, buscan inmediatez y mantienen a sus hijos en una burbuja.
3.- Hacer cualquier cosa para garantizar que sus hijos tengan éxito en todo
Los seres humanos aprendemos miles de lecciones a partir de los errores y la frustración. Sin embargo, la sobreprotección hace que los niños no se involucren en una actividad en la que no sean los mejores.
De nuevo, la intención es buena, pero se está privando al niño de explorar y de desarrollar habilidades nuevas.
4.- Ser extremadamente condescendiente cuando las cosas no salen bien
Es maravilloso que los niños sepan darle nombre a sus emociones y expresar lo que sienten. Pero también necesitan aprender a manejar la tristeza, el enfado y la impotencia.
Más que hacer cualquier cosa para que se sientan bien, hay que ayudarlos a aceptar lo que les sucede y a superarlo.
5.- Controlar sus amistades
Las personas con las que conviven los hijos en su infancia y adolescencia pueden influir mucho en sus comportamientos. Una mamá sobreprotectora evitará al máximo que los niños se involucren con otros chicos si no los consideran “buenos”.
Contrario a esto, son los mismos chicos los que deben darse cuenta de quiénes les hacen bien y quiénes no. Aprender a crear relaciones interpersonales sanas es otra habilidad que las personas deben desarrollar por sí mismas.
6.- Ser muy invasivo en el mundo de los hijos
Permanecer excesivamente vigilante de lo que los hijos hacen termina siendo algo enfermizo. Es muy bueno que una madre busque el bienestar de sus hijos, pero llegar al límite es perjudicial.
Con el paso del tiempo, los chicos exigirán intimidad y empezarán a construir su vida privada. Es algo normal que forma parte de su proceso de maduración. No obstante, un padre sobreprotector no respetará los límites y el derecho de su hijo a mantener cosas secretas.
7.- Asignar pocas tareas o responsabilidades en casa
La cooperación y el sentido de pertenencia hacia la familia se construyen gracias a la disciplina. Muchos niños que son sobreprotegidos no tienen claro el concepto de reciprocidad o de aportar al funcionamiento de la sociedad.
Si esto sucede, los pequeños sentirán que sus propios sentimientos, pensamientos y necesidades deben ser la prioridad de todos.
8.- Disfrazar las realidades del mundo
Como adultos, los padres saben que en el mundo hay injusticias, maldad y situaciones desagradables. Los niños también necesitan saber de la existencia de estos peligros y estar preparados para superarlos.
De otra manera, ellos estarán en riesgo de ser consumidos por un mundo feroz para el que no fueron educados.
Consecuencias de ser una mamá sobreprotectora
Un niño sobreprotegido desarrolla un concepto de sí mismo deficiente, se siente inseguro y se torna en exceso dependiente de los otros. Manifiesta problemas en lo que respecta a su cuidado y aseo personal y se desentiende de asuntos que son de su competencia.
Con frecuencia manifiesta nerviosismo, miedo, timidez y agresividad. Tiende a estar solo y en general a tener dificultades para relacionarse con los otros.
Será en el lenguaje que la sobreprotección se refleje de manera más acusada. A veces porque el niño con un simple gesto ve cubierta la necesidad y no cree necesario buscar más y mejores recursos de expresión.
Aprender a hablar amerita de un ambiente de estímulo, de ensayo y error, de confianza y seguridad creciente en el conocimiento del entorno. Pero los padres sobreprotectores no conciben que sus hijos pasen dificultades o que se equivoquen.
En ese sentido, limitan el uso de palabras y reducen la capacidad oral de crear e imaginar con las palabras, que es propia de los niños. Estos tienden a hablar con lentitud o a tener una dicción inapropiada, que en algunos casos es celebrada por los padres e incluso imitada.
¿Cuántos de estos signos de una mamá sobreprotectora identificas en ti? Aunque quieras lo mejor para tu hijo, es necesario que le enseñes a estar preparado para lo difícil.
No siempre vas a estar presente para asistirlo en todo lo que necesita, fórmalo en la independencia y la resiliencia.
Bibliografía
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