Disfrutar la adolescencia de tus hijos no es una misión imposible, como muchos creen. Se pueden llevar todos los cambios físicos y comportamentales de los adolescentes de una forma amigable si te preparas para ello. Así es, tú también debes prepararte para vivir una etapa tan importante en la vida de cualquier ser humano.
Durante la adolescencia se transforman todas las cosas con las que tu hijo ya estaba familiarizado. Ven el mundo de una manera distinta y ante lo desconocido reaccionan con prevención y hostilidad, en algunos casos. Estas son algunas de las medidas que puedes poner en práctica para sacar el máximo provecho a este momento de la vida.
La adolescencia representa una conmoción emocional interna, una lucha entre el deseo humano eterno a aferrarse al pasado y el igualmente poderoso deseo de seguir adelante con el futuro.
-Louise J. Kaplan-
Recuerda que tú eres el adulto. Como padre o madre tu deber es ayudar a tu hijo a ser independiente. Es mucho más cómodo ser amigo y cómplice pero no es lo que ellos realmente necesitan. Un adolescente necesita más de tu guía, tus recomendaciones y lecciones que de tu amistad.
¿Cómo disfrutar la adolescencia de la mano de tus hijos?
1. Conserva la calma ante las situaciones adversas
Ningún problema en la vida se resuelve mejor cuando el estrés domina. Lo más saludable para ti y tus hijos adolescentes, es dar un paso al lado, respirar profundamente y conversar. Como adulto, es necesario que actúes racional y calmadamente.
2. Habla menos y escucha un poco más
Todos los seres humanos buscan ser escuchados con respeto, especialmente los adolescentes. Sé el tipo de persona que siempre está dispuesta a escuchar los problemas y a dar un consejo cuando sea necesario. Esto no quiere decir que debes estar de acuerdo en todo, solamente debes escuchar sin interrumpir y sacar a relucir tus habilidades para resolver conflictos.
3. Respeta los límites
Uno de los más grandes retos para los padres de un adolescente, es respetar los límites. A medida que los hijos crecen, también crece su necesidad de privacidad y autonomía. Para que desarrollen su capacidad de discernimiento, requieren muchas oportunidades y muchos errores de los que obtendrán lecciones de vida.
4. Planea actividades familiares que se adapten a todos
Una salida a comer, cocinar juntos, o un paseo en bicicleta, son momentos ideales para compartir y relajarse. Pon la condición de no usar celulares o computadoras durante la hora familiar a menos que sea indispensable. El tiempo en familia es un tesoro invaluable.
5. Reconoce tus errores
Como padre siempre quieres ser modelo de conducta, pero un buen ejemplo no consiste solo en tratar de ser “intachable” sino también en reconocer los errores propios. Eres humano y como tal tienes el derecho a equivocarte y el deber de disculparte. Demuéstrales a tus hijos que al igual que ellos estás en un proceso constante de aprendizaje y que puedes ayudarles a través de tu experiencia.
Algunas ideas para poner en práctica
- Procura tener una buena relación con sus amigos. Conócelos y permite que estén de visita en tu casa. Así sabrás con quiénes se relacionan y tendrás un tema de conversación adicional.
- Comparte alguno de sus pasatiempos o intereses. Sea el arte, el deporte o la tecnología, una actividad que los motive es la excusa perfecta para compartir más disfrutar la adolescencia de tus hijos.
- Pregúntales siempre cómo estuvo su día y cuéntales sobre el tuyo. Los detalles más pequeños hacen la diferencia y abren la puerta de la confianza y del diálogo.
- Nunca vayas a dormir sin haberles dado las buenas noches. Aprovecha esos minutos antes de dormir para darte cuenta si hay algo que les preocupa o les entristece.
- Cuéntales anécdotas familiares y cosas que hicieron cuando eran más pequeños. La historia familiar los hace sentir incluidos e importantes dentro del equipo.
- Procura que a la hora de comer toda la familia esté reunida.
Como ves, son acciones pequeñas las que hacen la diferencia para sobrellevar sanamente la etapa de la adolescencia en tus hijos. Aunque inevitablemente hay confrontación en algunos momentos, tu casa no tiene por qué convertirse en un campo de batalla. Haz del diálogo, del trabajo en equipo, de la disciplina positiva y de la comprensión tus mejores aliados.
Bibliografía
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