La fontanela del bebé, ese punto blando en el cráneo también conocido como mollera, suele preocupar a muchos padres. Y es que, en verdad, ese resquicio en los huesos de la cavidad craneal, tiene mucho para decir. Quédate con nosotras para que conozcas sus particularidades.
Las fontanelas
Las fontanelas, también llamadas suturas, son las uniones blandas cubiertas de membranas que se encuentran ubicadas entre los siete huesos que componen el cráneo.
A pesar de que normalmente existen varias fontanelas, las más conocidas por los padres son la posterior y, sobre todo, la anterior; de ahí que cuando se hable de fontanela inmediatamente salte a la mente el nombre de mollera.
Fontanela lambdoidea
La fontanela posterior (fontanela lambdoidea) es la sutura que se ubica en la parte posterior del cráneo.
Por lo general, termina de cerrarse poco tiempo después del nacimiento del bebé, allá por la semana 8; pero existen muchos casos en los que el niño nace con ella ya cerrada. Los adultos, a veces ni se enteran de su existencia.
Fontanela bregmática
La mollera (fontanela bregmática) es la que más tema de conversación causa en la familia y más conocen los padres.
La fontanela anterior es aquella que se encuentra en la parte superior del cráneo un poco adelante del centro de la cabecita, y que no termina de cerrarse, en varias ocasiones, hasta cerca de los 2 años de edad.
¿De qué sirven las fontanelas?
Estos hoyitos son imprescindibles para el momento del nacimiento. Una vez que el bebé sale por el canal del parto, las fontanelas permiten que los huesos se superpongan para que el cerebro no sea dañado.
Luego del nacimiento, siguen cumpliendo diversas funciones, entre ellas, la fundamental: permitir que la cabecita crezca a medida que el cerebro también aumenta su tamaño.
En las revisiones del pediatra el médico palpa la fontanela anterior de los niños para tener una mejor valoración acerca de su desarrollo y descartar de esta manera algunos parecimientos como la craneosinostosis (cierre temprano de las fontanelas que impide el crecimiento normal cráneo-cerebro).
Por otro lado, una mollera abultada o muy abierta es un síntoma del incremento de la presión intracraneal y el aumento de líquido (hidrocefalia); y una que esté demasiado hundida da indicios de deshidratación.
¿Hay que preocuparse cuando la fontanela del bebé esté hundida o abultada?
Claro que hay que preocuparse. Todo lo relacionado con el bebé debe ser motivo de atención; sin embargo, a la fontanela anterior hay que observarla. No porque la veas abultada en un determinado momento esto es indicio de que haya algún problema.
La mollera, a veces, se ve latir al unísono con las pulsaciones del corazón, se abulta cuando el niño vomita, llora, o hace esfuerzos; y se hunde cuando lo mantenemos incorporado y tranquilo. En ninguno de estos casos debes preocuparte.
Un hermoso cuerpo promete un alma bella.
-Sócrates-
Ahora bien, si notas que la fontanela anterior se mantiene, por ejemplo, abultada todo el tiempo, debes llevar a tu hijo con su pediatra porque él será quien mejor determine si se trata de algún trastorno o padecimiento.
¿Cómo quitar la costra de la mollera del bebé?
Aunque el bebé tenga una buena higiene, la fontanela anterior suele llenarse de caspa y esa es una de las principales preocupaciones que esta peculiar zona causa a los padres.
La costra amarillenta y grasosa que se forma es imposible de sacar solo con el frote de la yema de los dedos. Por lo general, cuando hay que limpiarla se necesita otra forma de aseo para retirar lo que también se conoce como costra láctea.
Por eso, cuando notes que tu bebé tiene caspas en su mollera procede de la siguiente forma:
Usa un algodón y empápalo de aceite para bebés. Pásalo suavemente por la mollera de tu hijo y haz que el cráneo se le moje bien de aceite.
Espera unos minutos para que la caspa se ablande. Toma su peinecito de cerdas suaves y comienza a pasarlo con delicadeza por toda esa zona. Para que te sea más fácil levantar la suciedad realiza movimientos cortos siempre de atrás hacia adelante.
Cuando termines de sacar la costra lava la cabeza de tu hijo como normalmente lo haces, siempre, sin ejercer mucha presión.