No te dejes engañar porque francamente no cabe duda alguna. Ciertamente eres la mejor madre para tu hijo. Olvida esas variables absurdas que impone la sociedad para medir algo que es imposible de evaluar. Resulta ridículo competir y, especialmente, ser juzgada en una labor tan noble como la maternidad.
No te alarmes ni te avergüences si, de repente, tu hijo te hace pasar calor en público. Los berrinches y pataletas son el pan nuestro de cada día, y quien diga que su hijo jamás incurrió en ellos sencillamente te está mintiendo.
Quita de tu cabeza esa fatal y errada idea de que eres mala madre. Quizás no seas la mejor mamá de todo el mundo, pero, ¿quién puede atribuirse semejante título? ¿Acaso no alcanza con simplemente ser la mejor madre para tu hijo? ¿Acaso no basta con ver a tu hijo crecer feliz?
Permítete errar, confundirte y redireccionar tu camino. Asúmete imperfecta, perfectamente imperfecta. Solo así aprenderás a lidiar con los errores y enojos de tus hijos. De este modo, actuarás de una manera más natural y más desenfadada. Quédate tranquila, mujer, eres la mejor madre que tu hijo pudiera tener.
Con virtudes y defectos, la mejor madre
No tienes de qué preocuparte, hermosa mujer. Nadie ha nacido sabiendo ni mucho menos teniendo una ligera idea de lo que implica ser madre. Cada una vive la maternidad de una manera diferente y brinda a sus hijos aquello que considera mejor y conveniente.
Tienes un sinfín de virtudes. Tu inmenso amor te convierten en un ser noble, abnegado, fuerte y valiente. Tu corazón está desbordado con todo el afecto y cariño que tienes para regalar a tu pequeñito sol. Esa pequeña vida ha moldeado en tu interior altas dosis de paciencia, tenacidad y perseverancia que creías inexistentes.
Conoces en acción el verdadero significado de las palabras sacrificio, entrega y dedicación. Ello es, claramente, lo que te convierte sin más en la mejor madre que haya podido tener tu hijo. Sí, es cierto, posiblemente también tengas defectos. Pero créeme que la balanza siempre se inclinará a tu favor.
Así que ya deja de una vez de mortificarte y sentir culpas innecesarias. Haces lo que puedes, como puedes, desde el instante que te supiste madre para sacar adelante a tu hijo. Y qué más da si la economía, los tiempos y las exigencias de los de afuera no dan el golpe de gracia.
Tú mejor que nadie sabes qué es lo que necesita ese niño para crecer en un ambiente sano, pleno y feliz. Y no hay mayor riqueza que aquella que puedes marcar para siempre en su corazón. De ese modo construirás una persona de bien a futuro y así entenderás que lo haz hecho perfectamente bien.
Una madre con todas las letras
Efectivamente, eres una madre con todas las letras. Una mamá excelente, ejemplar. Olvidar algunos productos cuando haces las compras, preparar la comida tarde o no llegar a mantener la casa en orden no es variable reprochable.
Por el contrario, dan cuenta de que eres una madre luchadora. Pues el tiempo se lo debes pura y exclusivamente a tu hijo. Otros lugares también te convocan y te sientes a la altura de esta batalla cultural: trabajar por una vida mejor y estudiar para el día de mañana también formarán a tu hijo por el ejemplo que das.
¿Te sientes desbordada y lloras aunque nadie comprenda tus planteos? Pues entonces, no te sientas sola. En cada rincón de este mundo, probablemente una madre se encuentra en la misma situación. Que la leche, las papillas, los llantos infantiles, las calificaciones escolares y demás motivos nos encuentran en una misma circunstancia.
Tranquilízate, es normal perderse. Es esperable, de hecho, que no te den los tiempos. Es lógico que, ante días malos y buenos, sientas un tsunami emocional. Ciertamente te expondrás también a dudas y miedos. Simplemente se trata de aprender cada día de todo lo que acontezca.
Se trata además de disponerse a disfrutar de esa infancia que tenemos enfrente. Toma su pureza, accede a esa invitación para volver a tener una infancia feliz. Disfruta cada minuto de la crianza de tu hijo. Y sobre todas las cosas ama intensamente como solo tu sabes.
Es ese amor el que nuevamente te llevará al centro de esta misión. El amor te conducirá en esta aventura que elegiste vivir junto a tu hijo. Solo así el resultado será inevitablemente bueno. Continúa por este camino, que ya nadie tiene dudas: eres la mejor madre para tu hijo.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Bowlby, J. (1986). Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida. Madrid: Morata.
- Bowlby, J. (1995). Teoría del apego. Lebovici, Weil-HalpernF.
- Garrido-Rojas, L. (2006). Apego, emoción y regulación emocional. Implicaciones para la salud. Revista latinoamericana de psicología, 38(3), 493-507. https://www.redalyc.org/pdf/805/80538304.pdf
- Marrone, M., Diamond, N., Juri, L., & Bleichmar, H. (2001). La teoría del apego: un enfoque actual. Madrid: Psimática.
- Moneta, M. (2003). El Apego. Aspectos clínicos y psicobiológicos de la díada madre-hijo. Santiago: Cuatro Vientos